Crítica de X, dirigida por Ti West

Título: X. Año: 2022. Duración: 105 min. País: Estados Unidos. Dirección: Ti West. Guion: Ti West. Música: Tyler Bates, Chelsea Wolfe. Fotografía: Eliot Rockett. Reparto: Jenna Ortega, Brittany Snow, Mia Goth, Kid Cudi, Martin Henderson, Owen Campbell, Stephen Ure.

X es una película de terror ambientada en el año 1979. Esta nueva propuesta del norteamericano Ti West es un slasher clásico a lo american gothic mezclado con una historia que, de tapadillo, nos remite al universo del porno norteamericano de los años 70, y más concretamente hace referencia a un título señero, Garganta Profunda (1972). Sin duda, X es un título muy atípico en nuestra cartelera; primero porque su productora, A24, tiene un alcance limitado en nuestras salas comerciales al tratarse de una compañía dedicada a películas independientes y de bajo presupuesto; en segundo lugar, porque X es una cinta muy subidita de tono, con escenas de sexo muy medidas, pero suficientemente explícitas como para despertar el “interés” del espectador.

X, crítica de la película de Ti West, con Mia Goth

Un grupo de urbanitas que se dedica a la producción de cine porno decide alquilar una casa de campo para rodar una película titulada “Las hijas del granjero”. Históricamente, la aparición del video, a finales de los años 70 y principios de los 80, generó nuevas oportunidades en la industria porno, que encontró un nuevo canal de exhibición dentro de la intimidad de los hogares. En X, los protagonistas deciden aprovechar esa oportunidad con la creación de esta título de bajo presupuesto pero bien ambientado, y con un toque auteur que le aportará el operador de cámara.

No habrá que esperar mucho para que se sucedan los asesinatos de los pornógrafos, siguiendo el típico esquema del slasher. En todos los asesinatos hay implícita una moralina que el género dejó atrás en los años 80, aquella que imbuía a las víctimas con un halo pecaminoso (sexo, consumo de drogas, propagación de ideas progresistas) y convertía a los asesinos en vengadores y restauradores del orden conservador del Medio Oeste norteamericano. Estos tópicos eran muy habituales en aquella legendaria ola de cine de terror norteamericano conocida como american gothic. La aparición puntual de un telepredicador aleccionando a sus fieles a combatir la promiscuidad y el pecado, junto al escenario rural donde se desarrolla la trama, nos transporta a aquella dorada del género, en la que el cine denunciaba la represión conservadora contra los movimientos progresistas nacidos a raíz de la guerra de Vietnam y sus devastadoras consecuencias para la sociedad norteamericana.

La matanza de Texas (1974) es el título que nos sirve de referencia para situar a X dentro del contexto de esa vuelta al terror rural estadounidense. El esquema no podría ser más típico y tópico: un grupo de urbanitas viaja (por lo motivos que sean) a una zona rural, paran en una gasolinera y entablan el primer -y no muy afortunado- encuentro con los locales, más tarde llegan a su destino, donde las furibundas fuerzas conservadoras -normalmente representadas por granjeros, predicadores o rednecks– se empoderarán para dar una buena lección a los urbanitas y un escarmentar a esos los aires de liberación sexual y progresía venidos de la ciudad. La variante en X es que la represión sexual de los asesinos es otro de las factores que motivarán la masacre.

X, crítica de la película de Ti West, con Mia Goth

Con este telón de fondo, Ti West, que no es un cineasta que se caracterice precisamente por la profundidad intelectual de sus propuestas, realiza una película gore, entretenida y muy sexual, jalonada de sentido del humor. El gore, que lo hay a raudales, es efectivo y hasta chistoso en algunas escenas, muy disfrutable, en definitiva. Muerte y sexo, gore y fluidos corporales -aunque estos no se vean en absoluto- conviven en X, entre cuchilladas, disparos a bocajarro y coitos interminables. La película sienta cátedra ni posiblemente sea un referente del género en el futuro, pero ofrece un espectáculo terror honesto y dotado de sentido

Ti West cumple su propósito con honestidad y ofrece un marco y unas referencias muy asequibles para el espectador. El elenco está liderado por la ascendente Mia Goth, que interpreta a Maxime Minx, un personaje trasunto de la legendaria actriz porno protagonista de Garganta Profunda, Linda Lovelace, una jovenzuela que abandonó el seno de un hogar conservador y, en su escapada, con su proxeneta y productor, se dedicó de lleno al cine porno como vía de liberación sexual y personal. Y es que al sueño americano se puede llegar por muchos caminos.

Ti West ha rodado en secreto la precuela de X, se llamará Pearl y que tratará sobre el origen de los asesinos de X, en lo que parece que será un enfermizo melodrama a lo Douglas Sirk. A24, la productora de X, se ha planteado crear su primera franquicia de terror, de la que se espera, no lo solo esta precuela sino una secuela posterior. El éxito de público y crítica de X lo hecho posible y este proyecto va a ser un estupendo despegue comercial para A24 y para un Ti West que llevaba tiempo sin acercarse a las cámaras desde que rodó In a Valle of Violence (2016).

 

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