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Casi llegando al ecuador de nuestra estancias -y también de nuestras crónicas- en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya, hoy vamos con una programación variada que va a ir desde los clásicos del cine fantástico norteamericano hasta los nuevos horrores del nuevo cine de terror francés, pasando por la animación.

God told to me

Larry Cohen no es un nombre desconocido para el aficionado al fantástico. Creador de un buen puñado de títulos de culto, la retrospectiva de Sitges Classics y la temática de este año, Ciudad Pánico, nos trae una de sus obras más desconocidas, God told to me.

Este director norteamericano se especializó en películas de terror cuyos argumentos estaban ubicados físicamente en entornos urbanos. Gold told to me tiene esa impecable factura con olor a calle y textura de ladrillo castigado por la contaminación, con un tratamiento fotográfico al que la cámara digital de hoy en día no llega ni de lejos. Sus personajes son policías, chulos, drogadictos, veteranos de Vietnam madres solteras y una amalgama de individuos que solo tienen su cabida en una gran ciudad de los años 70. Gold told to me es una película gótica, un urban gothic heredero de la corriente American gothic que se ubicó en un principio en las zonas rurales para dar el salto a las grandes ciudades.

El argumento de God told to me pivota entre el cine de psicópatas, el caos social y los fenómenos desconocidos, para conformar una historia algo complicada, con giros de guion que despistan y desubican a la historia por momentos. Los diálogos tampoco son muy afortunados y añaden más confusión si cabe. Lo mejor de este título no son su argumento ni su ritmo precisamente si no la ambientación, el retrato de unas calles crueles donde Tony Di Bianco, encarnando al detective protagonista, se enfrentará a lo humano y a lo ¿divino?

La película termina con una innecesaria concesión al true crime que ya nos pone la cabeza del revés; eran cosas de la época y sobre todo de un guion tan loco como irregular.

Gold told to me
God told to me

Four souls of coyote

Hacemos otra parada en la sección Animat para ver Four souls of coyote, una película que reivindica el respeto por la naturaleza y la cultura indígena estadounidense. La cinta, dirigida por Áron Gauder, es un prodigio de animación, pero no es todo. Ante todo, cuenta una historia fascinante, un relato amalgamado por varias leyendas indias sobre la creación del universo, de la Tierra, de los animales y del ser humano.

Four souls of coyote tiene un metraje extenso, casi dos horas. La mayoría del público, aunque sea aficionado al cine fantástico, no estamos acostumbrados a una película de animación tan larga y se hace un poco cuesta arriba, pero su visionado merece mucho la pena. La película es densa. Requiere un esfuerzo para integrar los conceptos cosmogónicos que cuenta, un ejercicio de abstracción para salir de los lugares comunes y pensar de forma no lineal; también pensar de otra manera a los personajes que aparecen.

El recorrido comercial de Four souls of coyote será muy limitado. Algunos festivales, quizás ediciones en formato físico en unos cuantos países y paso por según qué plataformas digitales. Esperemos que aún así el público, ya sea en las salas o en casa, quiera dedicar un par de horas a visionar esta joya y a intentar entenderla.

Four souls of the coyote
Four souls of the coyote

Monolith

Llega la que por ahora nos parece la película más inteligente del festival, la producción australiana Monolith, protagonizada por la Lily Sullivan, la final girl de Evil Dead Rise y dirigida por el novel Matt Vesely, que ha presentado la cinta en nuestro pase.

Las películas independientes que estamos viendo últimamente tienen muy pocos personajes y optan por propuestas casi teatrales para desarrollar toda la historia. El caso de Monolith es así pero estas circunstancias juegan a favor de la película creando una atmósfera en la que la protagonista deberá realizar una investigación que terminará enfrentándola con su parte más oscura.

No solo destacamos la impecable interpretación de Lily Sullivan, también el trabajo de planificación y dirección. Pero aún más interesante es el trabajo que se ha realizado con el sonido en Monolith, segundo y no menos importante protagonista de una película densa y que por momentos se debate entre la ciencia ficción y el drama, confundiendo al espectador de manera inteligente. Se echa de menos un poco más de arrojo por parte del director en el momento más visual de la película pero bueno, no sé puede tener todo.

Por ahora, Monolith está dentro de las mejores películas que hemos visto en el Festival. Aún quedan día por delante. A ver si tenemos más sorpresas así.

Monolith
Monolith

Teoría universal

Afrontamos el visionado de una de las películas más aburridas en lo que va de festival. La Teoría Universal es un thriller de muy bajo voltaje ambientado en los Alpes suizos, justo cuando comienza la Guerra Fría entre el bloque capitalista y la URSS. Un congreso de físicos cuánticos se reúne en un hotel de montaña para cambiar impresiones sobre los últimos descubrimientos, pero todo terminará en un enredo de asesinatos, viajes en el tiempo y, por supuesto, los protagonistas enamorados.

Rodada en blanco y negro, con una esbelta fotografía, una precisa planificación y una generosa y omnipresente banda sonora, esta película, firmada por Timm Kröger, está jalonada de buenas intenciones y de buen hacer, pero completamente carente de emoción. En el argumento se nos cuenta una historia de multiversos y conspiraciones científicas, sin que ni lo uno ni lo otro lleguen a tener un peso tal para que la historia nos inquiete o se creen situaciones de auténtico thriller.

La Teoría Universal no es un título apto para este festival, al menos en la sección oficial a competición, quizás en Noves Visions hubiésemos sido más indulgentes con ella, y aun así no dejaríamos de destacar tanto su corrección como su falta de nervio.

La teoría universal
La teoría universal

Acide

Llegamos a uno de los platos fuertes del festival, la película Acide, de Just Philippot, el realizador francés responsable de una cinta de temática similar, La Nube (2020). Ambas películas están encuadradas en el subgénero del ecoterror, pero Acide es con diferencia una película más completa en todos los aspectos y con mucho más empaque en la producción.

No es  ni  será la primera película que trate los efectos del cambio climático de una manera realista, pero nos alegramos de que sea desde el cine francés desde donde se creen las primeras cintas de esta temática en Europa, por lo que suponga de continuidad a la tradición en la nueva ola de cine de terror francés que comenzó a finales de los años noventa.

Acide cuenta con una buena dirección, unos inmejorables efectos especiales, hay escenas de acción emocionantes, y todo en la película invita al pesimismo y al horror. A pesar de un guion flojo y algún personaje un poco imbécil, Acide se ve con ganas, tiene buenos momentos, aunque en su conjunto no termine de convencer. La falta de convicción a la hora de contar una historia, a priori interesantísima, está relacionada con la falta de ambición de la película, quizás también por el ajustado presupuesto que haya manejado.

Acide
Acide

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