Violeta está dispuesta a hacer lo que sea por encontrar a su hija desaparecida, Elena guarda un extraño secreto, Lola quiere saldar cuentas con su pasado, Juana necesita que alguien la quiera sin condiciones ni preguntas y Enriqueta sólo busca que le hagan reír. Estas cinco mujeres tienen algo en común, todas están relacionadas con Diamond Flash, un misterioso personaje que cambiará sus vidas para siempre. Diamond Flash juega con el espectador, le hace ir de un sitio a otro del metraje, y le provoca incluso a levantarse de la sala y marcharse ante la no aparente conexión de las historias que está viendo.

La prometedora carrera de Carlos Vermut, notorio dibujante madrileño que se lanzó al mundo del cine como cortometrajista, ha finalizado, mirando hacia un futuro más prometedor, que se inaugura con éste su primer largo, Diamond Flash (2011), filme hecho con pocos medios pero con un sólido guión de historias cruzadas,  unidas por un secuestro. La película es un puzle poliédrico en el que todo no es lo que parece, y en el que un personaje alegórico, Diamond Flash, mezcla de asesino giallo y superhéroe, también traza una línea de conexión invisible y surrealista entre los personajes. El resto del elenco son actores que dan lo mejor de sí en unos diálogos interminables, donde los deseos y las pasiones se entrecruzan y conforman un galimatías que nadie, ni ellos mismos, saben resolver.

La película se estructura en cuatro capítulos: Familia, Identidad, Sangre y Destello. En cada uno de los capítulos se narra un drama diferente: la soledad, los malos tratos, el abandono familiar y sempiterna búsqueda del amor, incidiendo en una puesta en escena un tanto básica, debido a los ajustes presupuestarios que son más que evidentes en el film.

Vermut apunta en su propia cinta, quizás de un modo inconsciente, la relevancia de las formas de comunicación en la sociedad contemporánea y multimedia que, igual que pueden encaminar a un fin o al opuesto, informar, desinformar o “malinformar”: llamadas telefónicas, mensajes de texto, medios de comunicación, invocación divina (de quien tenga fe), notas de andar por casa (en la boca de una de las chicas) o cómics (ingrediente intertextual firmado por el genial David Sánchez).

Cameo ha lanzado una excelente edición de la película, un lujo disponible de forma limitada que incluye un cómic inédito en el que participan los mejores dibujantes de España, y un reportaje del Festival Rizoma, donde Diamond Flash obtuvo el premio a Mejor Película. Todo este material está presentado en un elegante formato digipack. Este lanzamiento fue presentado en el pasado Festival de Cine Fantástico de Sitges, contando con la presencia de Carlos Vermut.

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