el caseron de las sombras dvd

Ya hemos hablado anteriormente de otros lanzamientos de la editora independiente 39 Escalones, referentes al género del terror y el misterio, y hemos resaltado la espléndida calidad de sus ediciones. Ahora le llega el turno a una magnífica película clásica, El Caserón de las Sombras (The Old Dark House, 1931), que se incorpora así a la colección Clásicos del Terror.

Si tenemos que referirnos a los orígenes del cine de terror en su etapa sonora, sin duda nos vendrá a la cabeza el nombre de la productora UNIVERSAL, que llegó a crear un extenso catálogo de películas de horror en el que reuniría a los nombres más prestigiosos del cine de su tiempo (hablamos del periodo 1930-1945), bajo el paraguas de un estilo de cine deudor del expresionismo alemán. No en vano, gran cantidad de técnicos que trabajaron para la Universal procedían de las escuelas de cine alemanas. Sería con Legado Tenebroso (The Cat and the Canary, 1927), dirigida por el expresionista Paul Leni, el momento en el que el estudio rompería el hielo con un subgénero en sí mismo, la comedia de horror “gótica”, o mistery comedy, que encontraría su decadencia años más tarde con aquella ridícula saga en la que los humoristas Abbot y Costello combatían a fantasmas y seres sobrenaturales en castillos embrujados.

James Whale, genio entre genios, creador de películas tan imprescindibles como El Doctor Frankenstein (Frankenstein, 1931) o El Hombre Invisible (The Invisible Man, 1933), y cuya extensa filmografía ha sido tratada en centenares de ensayos, llevó a cabo la adaptación de una novela gótica con tintes de comedia negra, Perdidos en la noche (Benighted, 1927) de J. B. Priestley. El resultado es El Caserón de las Sombras (The Old Dark House, 1932). El humor negro, la mordacidad y la alternancia entre el horror y el sarcasmo, convirtió a la novela de Priestley -obra menor en la tradición gótica- en un ensayo cinematográfico de expresionismo gótico, de tintes colosales, estéticamente redondo y con unas interpretaciones inigualables.

Cinco personas se refugian en un viejo caserón durante una noche de tormenta. Los habitantes del caserón los acogen a regañadientes y les advierten sobre las funestas consecuencias de pasar allí la noche, sin desvelar más detalles. La familia propietaria de la vetusta vivienda procede de un pecaminoso linaje que ha hundido a sus miembros en la demencia. A medida que transcurre la noche saldrán a la luz los horribles secretos del caserón, y nuestros improvisados visitantes tendrán que luchar por sus vidas.

En la toma exterior, el caserón aparece brevemente en unos cuantos planos, y casi siempre es su portada pues únicamente hay un plano general en el que se aprecian sus verdaderas dimensiones. Tanto da el exterior de la vivienda, es el interior lo realmente importante, es la sala de juegos donde se va a desarrollar la acción, entre viejos candiles, mobiliario de madera maciza y una imponente chimenea. Y la acción no será ni más ni menos que un tour de force entre los distintos personajes que van apareciendo en la película, prácticamente a modo de goteo, con un tono deliberadamente teatral: por una parte los habitantes del caserón, familia Femm, conjunto freak del todo completito con señora –de la casa- de sospechoso nombre, Rebecca Femm (Eva Moore), con tendencias homicido-lésbico-religiosas, su pusilánime hermano Horace Femm (Ernest Thesiger), el aristócrata y yacente patriarca Sir Roderick Femm (Elspeth Dungeon), el mudo y bestial mayordomo Morgan (Boris Karloff), y el pirómano Saul Femm (Brember Wills). Del otro lado, cinco viajeros que representan la modernidad que tanto exaspera a la familia Femm: el galán y seductor Penderel (Melvyn Douglas), el flemático Sir William Porterhouse (Charles Laughton), la sensual Margaret Waverton (Gloria Stuart) y su marido Philip Waverton (Raymond Massey), héroe de acción de la película, y la desinhibida Gladys (Lilian Bond).

Sin lugar a dudas la familia Femm representa un antecedente de familia monstruosa que se han repetido de forma sistemática en otras películas de horror: aquellas en las que unos viajeros, por curiosidad o accidente, llegan a una casa o granja y son acogidos por una familia -a priori un poco rara-, ignorantes de la pesadilla que está por venir. Dentro de esta tradición fantástica encontramos títulos tan señeros como La Matanza de Texas (The Texas Chainsay Massacre, 1974) o la más reciente La Casa de los Mil Cadáveres (House of 1000 Corpses, 2003). En su concepto formal conectaríamos este estereotipo familiar con la película La Parada de los Monstruos (Freaks, 1932).

El Caserón de las Sombras no es una película que se distinga por tener un guión perfectamente engarzado. En ocasiones nos encontramos con elementos un poco burdos que sirven para hacerlo avanzar de escena en escena. Es en los diálogos donde el guión da lo mejor de sí. Éstos son mordaces, sarcásticos, dignos de la mejor comedia negra, sobre todo los de Melvyn Douglas, sin desmerecer los duelos interpretativos que realizan otros personajes como el que tiene lugar entre Gloria Stuart y Eva Moore en el dormitorio: Margaret Waverton (Stuart) se desviste en presencia de Rebecca Femm (Moore), exhibiendo una espectacular anatomía mientras la anciana relata el accidente que tuvo su hermana Rachel, y que la dejó postrada hasta su muerte, en la misma cama donde pasará la noche el personaje de Gloria Stuart. La escena termina con un monólogo de Rebecca Femm frente a un espejo que deforma su rostro mientras maldice la promiscuidad que ha llevado a su familia a la decadencia, y critica –y envidia- la frescura de la sexualidad de Margaret Waverton “desvergonzadas criaturas vestidas con seda y satén”, comenta la anciana frente a su reflejo deformado y maligno.

Boris Karloff, actor del género terrífico por excelencia, en activo durante las tres principales corrientes del terror norteamericano del siglo XX: el de la Universal, el gótico de Roger Corman, y el American Gothic de final de siglo (Targets, 1968), encarna a Morgan, el mayordomo mudo y de tendencias homicidas, maquillado de forma genial pero cuya interpretación arrastra los tics del monstruo de Frankenstein al que había interpretado por primera vez sólo un año antes, y sobre el que volvería con la grandiosa La Novia de Frankenstein (The Bride of Frankenstein, 1935), también a las órdenes de James Whale. Por cierto, Ernest Thesiger, el actor que interpreta a Horace Femm, sería el infame Doctor Pretorius en la misma película. También como curiosidad señalar que Melvyn Douglas, aquí galán de colmillo afilado, intervendría al final de su carrera en un título imprescindible del cine gótico contemporáneo, Al Final de la Escalera (The Changeling, 1980), y en la crepuscular Historia Macabra (Ghost Story, 1981) junto a viejas glorias del cine clásico estadounidense.

Las luces y las sombras también son protagonistas de la película. La herencia del expresionismo alemán de la que hemos hablado antes se hace patente en cada plano de la película, creando ambientes que ya de por sí evocan una gran densidad en cada plano, y que compensan el, a veces, escaso mobiliario existente en la escena. Gracioso detalle el de la actriz Gloria Stuart, que en medio de una persecución se detiene a jugar a las sombras chinescas en la pared del salón, algo que refuerza aún más, si cabe, el tono paródico de la película. Gracias a la versatilidad de la actriz, el inserto queda de todo menos forzado.

Cuando la Universal todavía no había dado sus mejores obras en el terreno del terror gótico, El Caserón de las Sombras ya aparece como una película que autoparodia el estilo que se estaba cultivando, y aún lo que estaba por llegar. El happy end, un poco abrupto, con beso y propuesta matrimonial incluida, resalta el carácter lúdico del film, tras el cual hay un trabajo artístico irrepetible que concede un merecido valor a esta película como clásico indiscutible del cine de terror. El estilo de Whale, lejos de apolillarse como les sucedió a su trasunto en la productora Hammer –La Maldición de Frankenstein (The Curse of Frankenstein, 1957), de Terence Fisher-, queda inmutable y como objeto de estudio para críticos y cineastas de todos los tiempos. Su “legado tenebroso” siempre permanecerá entre nosotros.

El DVD editado por 39 Escalones contiene además un sabroso material adicional:

Introducción y audiocomentario por el prestigioso crítico de cine Ángel Gómez Rivero, donde imprime su característico sentido del humor.

Libreto elaborado por Carlos Díaz Maroto, también reconocido crítico de terror, en el que desgrana los antecedentes literarios del film, y relata a grandes rasgos cómo fue su producción, así como algunas anécdotas. Este libreto viene profusamente ilustrado en blanco y negro, con la portada de una atemorizada Gloria Stuart.

Además, incluye la filmografía del director y algunos actores, y una galería de fotos.

 

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