Crítica de El Único Superviviente, una película bélica protagonizada por Mark Wahlberg
El Único Superviviente (Lone Survivor). Año: 2013. Duración: 120 min. País: Estados Unidos. Dirección: Peter Berg. Guion: Peter Berg. Libro: Marcus Luttrell. Reparto. Mark Wahlberg. Taylor Kitsch. Ben Foster. Emile Hirsch. Alexander Ludwig. Eric Bana. Jerry Ferrara. Scott Elrod. Yousuf Azami.
El Único Superviviente (Lone Survivor, 2013) se une a la larga lista de títulos de cine bélico estadounidense de corte triunfalista, que lejos de denunciar el belicismo y el imperialismo de nacional, ensalza las hazañas heróicas de sus soldados, ya sean exageradas o no en la pantalla. En el caso de El Único Superviviente, igual que en muchos otros títulos, este filme es un vehículo para promocionar el alistamiento de la juventud blanca y anglosajona, enardecida por jornadas interminables de Call of Duty y juegos similares, que tan lejos quedan de la realidad de un combate cuerpo a cuerpo o un conflicto bélico en general.
La cinta está dirigida por Peter Berg, un eficaz director de cine de acción que no oculta en absoluto su admiración por el ejército norteamericano y sus gestas. Por añadidura, nos encontramos ante un tipo de artesano que domina el género y lo pone a disposición de un mensaje mainstream en el que se loa el sacrificio y el militarismo, cosa que no es nueva en absoluto en el cine comercial y, a priori, tampoco tendría por qué pesar negativamente en el resultado artístico de la película. En El Único Superviviente, Peter Berg logra sus objetivos con la facilidad que le da una historia que es carne de celuloide.
Él único superviviente y la Operación Alas Rojas
Nos encontramos en el Afganistán de 2005. Estados Unidos, so pretexto de la “Guerra contra el terrorismo”, invade Afganistán para acabar con las bases de Al Qaeda en el país asiático. Pero Afganistán es un país complicado militarmente; ya falló en su conquista Alejandro Magno, los británicos, los soviéticos, y los norteamericanos finalmente acabarían abandonando sus bases en el año 2021, dejando de lado a miles de colaboradores afganos que se habían dejado seducir por las promesas de democracia y libertad de los nuevos ocupantes. Pero sigamos, El Único Superviviente narra la operación Alas Rojas, una operación de los navy seals que pretendía capturar o eliminar a un líder insurgente afgano.
En primer lugar, un grupo reducido de navy seals realizaría tareas de reconocimiento, tras ellos un segundo grupo se encargaría de la ejecución de la misión. Pero algo sale mal y los norteamericanos son detectados por los guerrilleros afganos. Acosados y malheridos, solo sobrevive uno de los soldados, que es escondido por los pobladores locales y más tarde rescatado por sus compañeros de armas. En toda la operación de rescate, el ejército norteamericano perdió un total de diecinueve efectivos (navy seals y pilotos de helicóptero), sin que se llegara a conseguir el arresto o la eliminación del caudillo insurgente.
De la realidad a la ficción en El Único Superviviente
Peter Berg ha glosado esta gesta dibujando una vez más los manidos tópicos de compañerismo y sacrificio de los soldados estadounidenses y el barbarismo de las contrapartes árabes. No se le puede acusar de haber hecho algo que no se haya hecho anteriormente en miles de películas, aunque en El Único Superviviente, este retrato se pasa un poco de rosca cuando recurre al infantilismo de los rescatadores afganos del navy seal, en un intento de poner de frente al árabe malo -insurgente, fanático y cortador de cabezas- y al árabe bueno -hospitalario y con “conciencia democrática”.
Lo que ofrece El Único Superviviente al aficionado al cine de acción son dos tercios de metraje de testosterona militarista: armas, músculos, tiroteos, parafernalia militarista, patriotismo, etc. Peter Berg crea una lujosa amalgama donde se disfrutan las escenas de acción, los tiroteos y la estrategia militar, y perdonándose alguna que otra fantasmada, que para el caso añade emoción a lo que es El Único Superviviente como película de acción, un espectáculo entretenido y disfrutable de excelente ejecución. Su último tercio decae en espectacularidad y en ese momento Peter Berg aprovecha para poner en liza los valores salvíficos del intervencionismo norteamericano, por eso de que ocupan y bombardean países para salvar a sus habitantes de la ignorancia y la tiranía.
Para El Único Superviviente, Peter Berg ha contado con su actor fetiche, Mark Wahlberg, que interpreta a Marcus Luttrell, el único navy seal que logra salir con vida de la operación Alas Rojas. Wahlberg no decepciona, es un actor curtido en el cine de género y domina a la perfección la fisicidad del trabajo que se le ha encomendado. Otros miembros del reparto son Emile Hirsch, Ben Foster y Taylor Kitsch, este último interpretando al jefe del equipo, Michael Murphy, jefe del equipo de reconocimiento y que protagoniza las escenas más épicas.
Podremos pensar que El Único Superviviente es basura ideológica, una herramienta para el reclutamiento de carne de cañón blanca, una película de acción mediatizada y pro belicista o una epopeya bélica moderna. Cada espectador podrá encontrar el rincón ideológico donde se sienta más cómodo, pero eso no invalida el buen funcionamiento de una película de acción que da lo que promete y es realmente disfrutable. Los títulos de crédito finales de El Único Superviviente nos hacen partícipes de la propaganda ideológica norteamericana de cara a su política intervencionista, pero al fin y al cabo hay que mirarlo todo con espíritu crítico y disfrutar lo disfrutable, sin que lo primero tenga tanto peso específico que pueda con lo segundo.