Crítica: The Invitation, de Karyn Kusama
Título: The Invitation. Año: 2015. Duración: 90 min. País: Estados Unidos. Director: Karyn Kusama. Guión: Phil Hay, Matt Manfredi, Phil Hay, Matt Manfredi, Matt Manfredi. Fotografía: Bobby Shore. Reparto: Michiel Huisman, Tammy Blanchard, Logan Marshall-Green, John Carroll Lynch, Mike Doyle, Emayatzy Corinealdi, Karl Yune, Toby Huss, Marieh Delfino, Michelle Krusiec, Lindsay Burdge, Aiden Lovekamp.
Los premios de cualquier festival suelen polémicos, no satisfacen casi a nadie. La controversia está asegurada sea cuál sea el resultado. Una vez conocido el palmarés del Festival de Cine de Sitges 2015, que The Invitation (2015) haya sido galardonada con el Premio a la Mejor Película, la rumorología sobre si el título al que han otorgado la máxima distinción del Festival ha sido o no el adecuado, queda en manos del público que hemos asistido a los pases de la Sección Oficial (por cierto, inabarcables de todas maneras). Si muchos teníamos fe en que la hiperviolenta cinta de Jeremy Saulnier, Green Room (2015), iba a llevarse el premio, al mediodía del último día de festival, cuando se nombran los galardonados, The Invitation era mencionada como ganadora al premio de Mejor Película. The Invitation no es un filme que destaque notablemente por su carga de horror o por su halo fantástico, es un inteligente thriller con algunas explosiones de hemoglobina y violencia, una elección de consenso que contenta al jurado y acalla las voces de los medios y a medias las del público.
La principal virtud de este título es llevar al espectador a un escenario minimalista, una cena entre amigos, una velada cuyo puzle completará sus piezas con un toque de complejidad apocalíptica. Era en la edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges de 2013 cuando una película de ciencia ficción independiente, Coherence (2013), con un punto de partida muy similar, debía hacer conseguido el galardón a Mejor Película que finalmente fue a parar a la hilarante Borgman (2013). Puede que dar el premio a The Invitation fuera quitarse una espina clavada en la organización del festival, que se ha resarcido en gran medida con The Invitation, aunque también tenemos que tener en cuenta los mecanismos de deliberación y voto del jurado, para nada arbitrarios.
The Invitation recuerda al cine de Ti West, aún salvando muchas distancias formales y temática, recrea un horror envolvente, una continua sospecha sobre lo qué va a suceder en la cena organizada por una pareja que decide reunir a un grupo de amigos que se no ven desde hacía mucho tiempo. El matrimonio les invita, les agasaja y les muestra el vídeo de un grupo que se dedica a la curación de los traumas de la pérdida seres queridos, una secta de apariencia benigna y altruista. Entre los invitados, a cada cuál le corresponde un rol psicológico muy diferente; se plantearán todo tipo de dudas sobre las intenciones de los anfitriones, quedando la resolución de la cuestión para el último tercio de la cinta en un giro en el guión un poco previsible. Y si la respuesta a la pregunta queda contestada, la resolución ante el conflicto ético que la respuesta que genera, y que determinará la supervivencia de los invitados, es otra cuestión completamente diferente, es en ese momento en el que los fans del cine de Sitges y del horror en general se afilarán los dientes y se relamerán con una diabólica fruición, llega el momento de la acción y los baños de sangre.
La realizadora Karyn Kusama, responsable de otras cintas de cine fantástico como Aeon Flux (2005), Jennifer´s Body (2009) -vaya si hay pocas directoras en el ámbito del cine fantástico- y la serie Halt and Catch Fire, ha realizado una película más indie, lejos de los fuegos de artificio de los anteriores títulos. La ubicación de la acción en un espacio muy acotado y el que su apuesta sea precisamente por un guión que va enmarañando la composición que el espectador hace de la trama hasta el giro final, muestran a una directora madura y confiada en sí misma; en The Invitation no hay estrellas en las que apoyar la gravedad del libreto -recordemos a Charlize Theron o Megan Fox en Aeon Flux y Jennifer´s Body-, éste funciona gracias a su dinamismo y la necesaria complicidad con el espectador.
La crítica de The Invitation que pudimos leer en el diario del Festival de Sitges 2015 invitaba a asistir al pase de la película, tildada como una de las más notorias y prometedoras del festival, y aunque con toda seguridad las cábalas del público iban en otro sentido, finalmente se alzó con un triunfo que va a apuntalar la carrera de Karyn Kusama como directora referente del cine fantástico actual. Sin desmerecer sus anteriores películas, que hacían mérito por su corrección, The Invitation es un buen ejemplo de cómo la modestia en el cine fantástico también puede dar resultados interesantes.
