SITGES 2012, crónica del 11 de octubre

El día 11 de octubre ha sido uno de los mejores días del festival. Hemos podido asistir a proyecciones de todo tipo y con resultados más que satisfactorios. Desde películas independientes a próximos estrenos y presencia de cineastas reconocidos. Por ahora el balance del festival no puede mejor, subiendo el listón que había quedado muy por la bajo en la pasada edición.

Tulpa, de Federico Zampaglioni, es el único giallo que se ha proyectado en el festival (sin contar el homenaje al género giallo realizado por Berberian Sound Studio). Zampaglioni presenta una película que cmple con la reglas del género de forma estrictamente canónica, ofreciendo sexo, sadismo y trama policiaca.

Tulpa es un excelente trabajo a tener en cuenta en los tiempos que corren, en los que hay que intentar buscar una revolución fantástica en términos clásicos. Tulpa pone su granito de arena y nos hace unas sangrientas delicias a las 8 45 de la mañana. Y encima el bueno de Federico se acercó a la fila para agradecer al público la asistencia a esas horas de la mañana.

Sinister es la nueva pelicula del director de El Exorcismo de Emily Rose. Esta nueva producción se hace eco de diversas referencias modernas del cine de terror. Está muy presente el cine de fantasmas japonés y el uso que hace la tecnología y de la imagen como puerta en este mundo para la entrada de seres demoníacos en este mundo. El hallazgo de unas cintas caseras super 8 en la que aparecen varias familias brutalmente asesinadas serán el detonador para una nueva tragedia, que salpicará a la familia del personaje de Ethan Hawke, escritor en horas bajas. Un found-footage que e integra a la perfección en el guión de la película, a la que se refuerza con elementos atmosféricos de gran potencia visual y sonora. Sinister es una de las mejores películas del festival.

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El cine de acción asiático es tan prolífero como rutinariamente espectacular y causa un cansancio casi existencial a los espectadores que hemos visto ya unas cuantas de este tipo durante este festival. El trauma está asegurado tras el visionado de The Viral Factor y una cinta como The War of Arrows, producción coreana que, aparte de repartir ostias desde el minuto 0, y que encima adquiere tintes nacionalistas ambientando la historia en la invasión china de Corea. De ahí, unos cuantos héroes desafían a la maquinaria de guerra manchur, La película discurre entre acción a raudales y una historia que no tiene demasiada relevancia.

Nadie queda indiferente ante el visionado de Martyrs. La segunda obra de Pasqual Laugier marca un antes y un después en el cine extremo de calidad, y marca también el final de la llamda nouvelle vague del cine de terror francés, o también lo que se ha dado en llamar le cinema de cruentée. The Tall Man supone el distanciamiento de este etiqueta y la entrada de Laugier en otro tipo de tterreno aparentemente más firme pero que no evita el conflicto con el aficionado, abriendo un abanico temático de forma atrevida y completamente repetuosa con el autor.

The Tall Man actualiza el mito del «hombre del saco», llevándolo a terrenos del thriller y el drama y construyendo una película sólida y sin fisuras, con dos giros que conducen al público al centro del laberinto al que Laugier nos quiere conducir. Un brindis por Laugier, que ha sabido demostrar que tras los maquillajes y los litros de sangre hay cineasta de verdad. Tuvimos el inmenso honor de conocerle en persona y de escuchar sus explicaciones, cosa que otros directores, como hemos comentado en crónicas anteriores no nos regalado. Laugier apuesta por su obra y gana.

Uno de los títulos más esperados del festival ha sido The Last Will and Testament of Rosalind Leigh, ópera prima del canadiense Rodrigo Gudiño -aunque su apellido aún conserve la ñ, Gudiño es hijo de emigrantes latinos que no sabe hablar español-, cofundador de la revista fantástica Rue Morgue. Su pelicula es hipnótica y barroca en su puesta en escena. Estos factores son los únicos que cuenta para defender una propuesta que, a pesar de sus buenas intenciones, adolece de una falta de medios evidente. Rodada en video y sin apenas trabajo de iluminación y planificación fotográfica, la cinta nos introduce en un mundo de sugerencias y atmósfera que nos lleva hacia el sueño más profundo. Así pasó a eso de la 1 30 de la mañana.