Ficha Artística
Año: 2013
Duración: 95 min
País: Canadá
Director: Tricia Lee
Guión: Corey Brown
Música: Aaron Gilhuis
Fotografía: Christian Bielz
Reparto: Chelsea Jenish, Sofia Banzhaf, Robert Nolan, Jen Pogue, Matthew Romantini, Jennie Foster, Jenna Jade Rain, Katie Buitendyk
Liberacion femenina en clave Slasher
Con un relativamente importante premio bajo el brazo, Mejor Film Canadiense en el Toronto After Dark Festival, la realizadora Tricia Lee nos presenta su película Silent Retreat, una historia sobre violencia sobre la mujer «inspirada» en hechos reales. La directora canadiense se internó en un centro de retiro en las montañas tras acabar agotada por su anterior y exitoso trabajo, el thriller Clear Broken. En el lugar elegido para su descanso se produjo la desaparición de una chica que luego resultó que no tenía nada de extraordinario, una mera chiquillada. Dicha experiencia quedó en un susto, pero la historia que Lee ideó a partir de ese suceso si es realmente aterradora: la película cuenta como un grupo de chicas es obligado a cumplir estrictas normas de silencio y sumisión en uno de estos bucólicos centros de retiro y meditación; una de ellas, Janey (Chelsea Jenish) se rebelará contra el reino de terror y silencio impuesto por los gerentes del complejo pero el precio a pagar será más de un baño de sangre.
La película incide en la figura de la mujer como blanco de la ira del hombre machista y posesivo que la obliga a mantenerse en silencio y a acceder a sus deseos. Ese mundo de hombres dominantes ideado por Tricia Lee es concebido microscópicamente como un reflejo del mundo exterior, opresor y machista, controlado por hombres que intentan someter a la mujer al ostracismo y la sumisión. El planteamiento de fondo que tiene el guión de Silent Retreat es claramente feminista, aunque muchos quieran quitar hierro al asunto y dejar que la película funcione como una mera cinta de horror que se mueve entre el survival y el slasher.
La perspectiva feminista del horror que nos ofrece Silent Retreat no es tan radical en su forma como en su planteamiento. En el plano psicológico, los personajes -femeninos y masculinos- tienen una gran fuerza, existe una polarización radical entre los protagonistas masculinos y los femeninos, quedando ambos marcados de manera extrema por unos estereotipos que sin buscar posicionamientos políticos son absolutamente necesarios para el desarrollo del guión del filme. En cuanto a la forma, las explosiones de violencia nos remiten a ese movimiento ahora extinto y que aún nos queda tan cercano que fue la «nueva ola de cine terror francés», y que curiosamente siempre contaba en sus papeles protagonistas con mujeres que de alguna manera reivindicaban -aunque fuera en el papel de un psychokiller- ese protagonismo que la mujer siempre tuvo que encontrar a hurtadillas en el cine de terror. Que Silent Retreat dé con la clave por la que una protagonista femenina agarre de las pelotas a los machos peludos y con cara de estreñidos y se convierta en una heroína de libro es algo que el espectador tendrá que concluir. Muchas lo han conseguido antes: Sigourney Weaver (Alien), Sharni Vinson (You´re Next) o Peggy Cummins (Gun Crazy), ¿será capaz de hacerlo la jovenzuela Chelsea Jenish?