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Llega nuestro segundo día en Nocturna, el cuarto para muchos de los aficionados y blogueros que pululaban por el hall de los madrileños cines Palafox, lugar donde han tenido -y tendrán lugar hasta el fin del festival- las proyecciones de todas las películas excepto de las incluidas en la sección pre-Nocturna. Aparte de las películas Nocturna ofrece otras actividades complementarias que se focalizan en el forum del centro comercial Fnac. Es ahí donde el día anterior pudimos charlar con Tobe Hooper y donde otros cineastas tendrán la oportunidad de promocionar su últimos trabajos.

Y si Tobe Hooper fue protagonista en la jornada del miércoles por haber ofrecido una rueda de prensa en el forum Fnac, ayer también lo fue por la proyección en pantalla grande y copia restaurada de su obra magna, La Matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre,  1974). La carrera de este sobrevalorado director experimentó un vuelco tras esta película; el tejano abandonó los terrenos del horror más gráfico y experimental y se sumergió en una pesadilla de slasher y cine familiar ochentero del que parece no haberse recuperado. Y es que si La Matanza de Texas es una obra maestra del horror y del American Gothic (como subgénero) sin paliativos, lo que hizo después fueron películas sin la arrebatadora personalidad que tiene esa cinta canónica.

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De cualquier manera allí estaba Tobe Hooper al que se le fue entregado un premio dedicado a los Maestros del Fantástico, agradeciendo al público el cariño mostrado y prometiendo una ronda de preguntas tras la proyección.

La Matanza de Texas (1974) es simplemente una obra maestra, una síntesis del contexto sociocultural de Estados Unidos en la década de los setenta. En esos momentos Norteamérica estaba sumida en una espiral de dolor provocada por el sangrante conflicto vietnamita que devolvía a los jóvenes norteamericanos a casa, bien en bolsas de plástico, en sillas de ruedas (como uno de los protagonistas de la película) o convertidos en una especie de zombies sociópatas, todos ellos incomprendidos por sus conciudadanos por haber perpetrado los horrorosos crímenes de guerra que eran retransmitidos diariamente por las televisiones norteamericanas.

Leatherface y su familia, y la matanza de unos cuantos jóvenes soñadores no son sino el reflejo de este panorama anímico que se materializa en una explosión de violencia tan visceral como gráfica, algo que George A. Romero ya adelantó también con gran visceralidad en La Noche de los Muertos Vivientes (1968), una de las obras fundacionales del American Gothic junto a La Matanza de Texas. La diferencia entre una y otra obra, aparte de sus pretensiones como pieza de horror, es que La Matanza de Texas utiliza recursos visuales realmente atrevidos para la época. Queda patente la labor de experimentación con la cámara, esos primeros planos de rostros, dentaduras y pupilas que parecen a punto de estallar. Por otra parte, la sequedad y contundencia de la violencia no dan respiro al espectador, mostrándose tan orgánica y natural como cruel.

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Fue un lujo poder visionar La Matanza de Texas en pantalla grande, con una copia restaurada y con un sonido atronador. Los gritos de los actores y las insidiosas y lascivas voces de los asesinos quedarán retenidas en nuestra memoria durante mucho tiempo.

Tras un pequeño descanso que se saldó con una cerveza a precio de oro en una terraza y un sandwich de «un chino» volvimos al cine para la proyección de una de las cintas más esperadas del festival, Lord of Tears (2013). Cinta a priori interesante por combinar elementos de horror cósmico, casas encantadas y atmósferas victorianas, la cosa queda en el fiasco más absoluto. El corto previo a la proyección Mienim, una pieza de temática postapocalíptica que recordaba a la película 3 Días (2008), era infinitamente más interesante, a pesar de su modestia, que la tediosa cinta británica.

El primer rasgo que llama la atención de Lord of Tears es su factura artesanal, la casi ausencia de tratamiento fotográfico que arroja una imagen muy plana y sin apenas matices, extremo que no es inconveniente si los resultados narrativos fueran buenos. El caso es que casi nada es bueno en Lord of Tears; aparte de las deficiencias en la producción, achacables a un magro presupuesto, el guión es una auténtica chapuza y los cambios de tono en el film se suceden de forma tan estruendosa como lamentable; y como muestra nos referiremos a dos momentos que provocaron la carcajada del respetable, uno que recordaba la escena de una película de soft-core en el que la protagonista baja una escalera de caracol en traje de baño y pose sexual hacia una piscina acompañada de una sonora canción tecno…una escena que todos esperábamos que acabara en un encuentro sexual -si al menos hubiera sido así nos tendríamos algún buen motivo para recordar a Lord of Tears-; otro cambio de registro de la película sucede en el momento en el que la mismo protagonista de transforma en un fantasma a lo Ringu, contorsionándose y amedrentando al insulso protagonista.

Dejamos para el final la duración de este desastre que es Lord of Tears, nada menos que 100 minutos de machaque visual con secuencias mal elaboradas y en muchos casos inconexas, continuas incoherencias en el guión y barbaridades varias. Ignoramos la cara que se le quedaría a la guionista y productora -presente en la sala- cuando oyese las risas del público que no había abandonada la sala a la media hora, pero es que era para correr a gorrazos a los responsables de la película.

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4 COMENTARIOS

  1. Quiero aprovechar este momento para decir dos cosas sobre Tobe Hooper. La primera es que La Matanza de Texas esta fuertemente influenciada por la historia de Ed Gein, un tipejo que era un ladron de tumbas, canibal y que se construia con los restos de su victimas, todo el catalogo del «Ikea Dracula». Aqui dejo el enlace: http://www.escalofrio.com/n/Asesinos/Ed_Gein_-_El_carnicero_de_Plainfield/Ed_Gein_-_El_carnicero_de_Plainfield.php

    Pero no es la unica pelicula inspirada en el tambien estan Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock, Three on a Meathook (1972) de William Girdler y The Silence of the Lambs (1991) de Jonathan Demme entre otras muchas obras audiovisuales.

    La segunda cosa es ¿Estuvistes delante de Tobe Hooper y no preguntastes por su trabajo en Lifeforce??? Hubiese pasado a la leyenda saber que paso con el, Dan O´Bannon y la Cannon en ese filme de mierda.

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