Crítica Most Beautiful Island, de Ana Asensio
Título: Most Beautiful Island. Año: 2017. Duración: 80′. País: Estados Unidos. Dirección: Ana Asensio. Guion: Ana Asensio. Música: Jeffery Alan Jones. Fotografía: Noah Greenberg. Reparto: Ana Asensio, Natasha Romanova, David Little, Nicholas Tucci, Larry Fessenden, Caprice Benedetti.
Most Beautiful Island es una película dirigida, protagonizada y producida por la actriz y cineasta Ana Asensio. Most Beautiful Island no dispone de un gran aparataje de producción, aun siendo una película netamente independiente. El filme de Ana Asensio es muy pequeño, construido con muy pocos medios, tal y como siempre comenta la realizadora en todas las entrevistas que ha ofrecido durante la promoción. Pero esa pequeñez no le ha impedido ser nominada en multitud de festivales y obtener premios en dos de ellos; en el SXSW Festival 2017, Most Beautiful Island recibe en Gran Premio del Jurado, y en el Sidewalk Festival 2017 se hace con el premio Best Life & Liberty Film. Vayan por delante estos dos importantes reconocimientos que subrayan a Most Beautiful Island como un título sobresaliente dentro de la escena de un cine independiente, realizado por cineastas hasta cierto punto ajenos a la escena norteamericana.
Ana Asensio se ha basado en una historia autobiográfica para escribir el guion de Most Beautiful Island. El primer acto de la película relata la más que trillada historia de una joven modelo que se las arregla a duras penas para sobrevivir en Nueva York, una ciudad devoradora de almas y con unas cloacas tan profundas como el dinero puede excavar. El segundo acto de Most Beautiful Island lanza a la protagonista a una nueva aventura para conseguir dinero, una propuesta que la llevará a conocer uno de tantos submundos que han sido creados inquinamente por la clase alta de la ciudad. En esa parte de la película el drama social deja paso al thriller, a la peripecia y al morbo de lo oculto, de las cloacas del poder y del choque de clases. La tercera parte del filme es el que genera más interés, donde el trabajo de los actores da sus mejores frutos en la situación límite en la que se ven envueltos los personajes. Entre el reparto destacamos con nombre propio a Larry Fessender, secundario de Most Beautiful Island y productor de la película; un actor al que hemos visto involucrado en numerosos títulos de género, entre ellos algunos firmados por Joe Begos o Jim Mickle.
Uno de los factores que imprimen más personalidad a Most Beautiful Island es el trabajo del operador de cámara. Confundido, tambaleante y disperso en las primeras escenas de la película en las que se mueve entre la multitud o intenta dirigir su mirada hacia algún personaje en particular, se muestra más sosegado e incide en los planos cortos cuando se cierne el desasosegante clímax sobre la protagonista. El cierre de Most Beautiful Island es un plano fijo en medio de la noche, de textura extremadamente granulada, mientras la protagonista se aleja de la cámara y se nos hace cada vez más notorio un cartel en el que se ensalza a Nueva York como tierra de oportunidades.
Most Beautiful Island es un trabajo de «guerrilla» con un notable y modesto aporte de frescura al cine independiente de ajustado presupuesto. Lo único que nos puede chirriar dentro de su corta duración -solo ochenta minutos- es el cambio de tono inesperado a mitad del metraje, en el que se pasa del manido drama de la jungla urbana a un thriller con mimbres de torture porn; un cambio tan abrupto como lo es la dura y realista situación a la que se enfrentan los personajes protagonistas.
Most Beautiful Island: una entrevista a Ana Asensio