Womb, título que traducido del inglés significa «útero» cuenta como el personaje de Eva Green, en un futuro próximo, decide clonar a su pareja siendo ella la madre de la «copìa», idéntica a su fallecido novio. Con una estupenda fotografía, un tono decididamente intimista y una puesta en escena gélida, nos hace reflexionar sobre el utilitarismo de la tecnología democratizada al común mortal, y de las consecuencias en el desarrollo emocional de los nuevos seres y de sus progenitores «de alquiler». Eva Green desarrolla un personaje distante y frío, esperando la vuelta de su ser amado que ella mismo ha dado a luz. El desarrollo personal de su hijo y el de ella misma estarán lastrados por el sentimiento de pérdida de la identidad por una parte y de recuperación de los sueños perdidos por otra. Si a eso le unimos el aislamiento opresivo del paraje donde se desarrolla la acción, la moraleja de la historia es aún más inquietante ¿debemos ser los dueños de las emociones de otra persona?

La primera inmersión de Kevin Smith en el cine fantástico es Red State, film que tiene poco de fantástico y más de crítica social al fanatismo evangelista americano y la política antiterrorista de su gobierno. Con un John Goodman que no llega a convencer, la historia desarrolla un episodio similar al de la recordada matanza de Waco. Sorprende el giro a la comedia que da en el último acto del film y que insufla un poco de vida a un metraje que iba aburriendo. Final inesperado donde Smith hace referencia a otro de sus temas recurrentes: la marihuana.

Durante la Gala Méliès, se hizo entrega a Alex de la Iglesia del prestigioso premio  Méliès dOr por su trabajo en Balada Triste de Trompeta. De la Iglesia pronunció un emotivo discurso agradeciendo un merecido premio a su trayectoria profesional, más que a su última película, aunque ésta es una de las mejores de su filmografía. Se emocionó visiblemente al contar al público sus andanzas como espectador en el Festival de Sitges, donde siempre acudía días antes de su comienzo, y ahora se lamenta que las obligaciones sólo le puedan dejar una jornada para asistir. Peron no cabe duda de que la jornada es más que especial.

También se entregó la María Honorífica al cineasta Gonzalo Suárez por su extensa trayectoria profesional asociada con el cine fantástico. Se proyectó un montaje con escenas de sus películas más célebres que nos recordó grandes momentos del cine español.

Tras la gala se proyectó la coproducción europea Le Moine (El Monje), film de Dominike Moll, realizado con buenas intenciones, y basado en el clásico de la literatura gótica del mismo nombre de Mathew G. Lewis en 1796, pero que apenas integra elementos góticos en su estética y deviene en drama de época de poca densidad. Únicamente destaca la presencia de un afilado Vincent Cassel en el papel del monje Ambrosio. Contrastan las escenas luminosas de los secarrales castellanos con el ambiente oscuro del monasterio.

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