Si anteayer nos despachábamos con cuentos góticos que sirven para superar traumas, hoy no podía ser menos y la nueva película de Francis Ford Coppola, Twixt, nos cuenta la historia de un escritor de terror venido a menos que se ve envuelto en una trama de vampiros, fantasmas, psicópatas y hasta el mismo Edgar Allan Poe, en un pueblo a lo Twin Peaks. Mezcolanza extraña que no llega a ninguna parte y de la que sólo cabe destacar la forma preciosista con la que este realizador, de carrera extraviada, ha querido hacer un film a lo burtoniano. Para más inri se publicita y se vende como una película en 3D pero sólo tiene diez minutos en ese formato, y son completamente innecesarios; una auténtica estafa para la gente que tendrá que pagar una suculenta entrada por ver la película.
Al parecer, la idea de la película le vino al realizador americano por un sueño que tuvo estando en Turquía, tras una borrachera de raki (aguardiente típico de esa zona del Mediterráneo), en el que una niña fantasmal le guiaba a través un bosque hasta su encuentro con Edgar Allan Poe. La pretenciosidad del sueño de Coppola ha tenido eco en este film que más parece un episodio de Masters of Horror, que una cinta mediamente decente de un director que conoce tan bien su oficio.
Totalmente contundente se muestra The Raid, film de acción Indonesio que viene a ser una mezcla entre Tropa de Elite y La Horde, sólo que ahora los zombies han sido sustituidos por inquilinos de un edificio controlado por la mafia local. Tiroteos, artes marciales y adrenalina para pasar un rato sin respiración. Un equipo de fuerzas especiales se adentra en la guarida de un peligroso gangster que se anticipará a ellos provocando una masacre entre los policías. Sólo unos cuantos podrán sobrevivir y plantar cara al criminal. Dirigida por Gart Evans y protagonizada por Iko Uwais, este tándem, que ya se demostró especialista en cine de acción en cada una de sus modalidades, nos ofrece un rato de acción extrema, con combates de artes marciales impresionantes, rodados de mil maneras, con encuadres imposibles que desvelan la maestría de Evans tras la cámara y la gran capacidad de Uwais como héroe de acción. Tras su triunfo en el Festival de Toronto, lo han vuelto a hacer en Sitges.
Luky Mckee, el realizador de May, acompañado de la pareja de actrices protagonista, vino a presentar su última película, The Woman. Usando la historia del salvaje recuperado para la civilización por el bienpensante hombre moderno, la película es más que una metáfora sobre los monstruos que esconden en el armario los hombres respetuosos y bien considerados en nuestra sociedad. Aunque parece que no entra en el terreno del género, el brutal y violento giro final demuestra que la película siempre estuvo allí, escondiendo sus sorpresas, para deleite de los aficionados del horror, y con un contenido social más que evidente. Un final que se muestra como la parábola de la fábula sobre la crueldad natural y la crueldad civilizada y que arrancó al público del letargo de una película que recorría los senderos de la corrección.
La actriz protagonista, que pudimos ver en persona, poco se parece al personaje que interpreta. Claramente había habido un duro entrenamiento para adecuarse a las características físicas que requería la película y sobre la platea, su delicada figura no auguraba la rudeza de su papel en The Woman. Previamente se proyectó el corto de animación Mi Burro, tambén producido por Mckee y que resultó entrañable como contraste a la cruda cinta que lo seguía.
Emergo, producción española de Rodrigo Cortés y ópera prima de Carles Torrens, rodada íntegramente en inglés, es una película que sigue la estela de la exitosa saga Paranormal Activity, pero de forma más madura y apurando los recursos técnicos y de puesta en escena de este tipo de falsos documentales, como es el uso constante de la cámara subjetiva, con todo tipo de fenómenos paranormales: poltergeist, posesiones, espiritismo mezclados con argumentos más psicológicos y científicas, aunque al final siempre triunfe el hecho sobrenatural para deleite de los aficionados. Con unos buenos sustos y un sólido montaje la película resulta una de las propuestas más interesantes de terror dela temporada. Un producto patrio exportable del que se hablará mucho en los próximos meses y del que seguro que veremos su estreno en las salas comerciales.
Director y productor estuvieron en el auditori para presentar esta notable película y previamente nos ofrecieron unos generosos minutos de red carpet para hacerles unas fotos.
Previamente a la proyección de la película se entregó el premio La Máquina del Tiempo al realizador Bryan Singer, conocido mundialmente por revolucionar el panorama del cine negro moderno con la película Sospechos Habituales, tras la cual se dedicó al género de los superhéroes dirigiendo dos películas de la serie X-Men, una entrega de Superman, y fuera de dicho género, el vehículo al servicio de Tom Cruise, Operación Valkyria. Se hizo un breve repaso a su carrera y Singer subió al escenario para recoger el premio y mostrar su agradecimiento al público y a la organización del festival.
Año 1983, un mad doctor en una clínica de aspecto futurista realiza experimentos con una joven con poderes psíquicos. La lógica vale de poco en este sitio y la joven no saldrá de allí hasta que entregue sus secretos mediante una agresiva terapia psiconeurológica. Cargada de referencias argumentales y estéticas a los primeros Cronenberg (Stereo, Crimes of the Future y Scanners), Beyond The Black Rainbow es un ejercicio estilístico de ciencia ficción un tanto retro para los tiempos que corren, pero hipnótico, mágico y que a la vez encierra un tono cientificista propio de las cintas de ciencia ficción de los años 70. Un ejercicio visual de los que ya no se hacen, gracias al uso del tono experimental y sentido estético de su director, Panos Cosmatos, hijo de George Pan Cosmatos, el célebre realizador de Rambo. Una de las mejores películas que he tenido la ocasión de ver en el transcurso del festival.