El Tren del Terror Dvd-Bluray

Crítica: El Tren del Terror, con Jamie Lee Curtis y David Copperfield

Título: El Tren del Terror (Terror Train). Año: 1980. Duración: 90′ País: Canadá. Director: Roger Spottiswoode Guión: T.Y. Drake. Fotografía: John Alcott. Música: John Mills-Cockell. Reparto: Ben Johnson, Jamie Lee Curtis, Hart Bochner, David Copperfield, Sandee Currie,Timothy Webber, Anthony Sherwood, Howard Busgang, Greg Swanson.

Todos los artículos que hablan de alguna película slasher comienzan necesariamente por una somera explicación del género, indicando sin ninguna benevolencia que el fenómeno slasher es típicamante norteamericano dado que la eclosión de este tipo de cine se dio en una fecha y un lugar muy concreto: principios de los años 80, Estados Unidos. La crítica de El Tren del Terror (Terror Train, 1980) va a comenzar de una forma parecida, explicaremos en qué consiste el slasher, pero remontaremos su origen a fechas y lugares más lejanos para el espectador yankee, el cambio de coordenadas espacio-temporales nos lleva a Italia, años 70, y si algún aficionado se sorprende de esta afirmación es que debe revisar urgentemente algunos de los títulos que mencionaremos a continuación.

El Tren del Terror y una hermandad entera masacradaTradicionalmente el origen del género slasher se sitúa en un título clave del American Gothic (denominación para el cine de terror americano de los años 60-70), La Matanza de Texas (Texas Chainsaw Massacre, 1974). Argumento de todos conocidos el de éste «primer slasher» norteamericano: unos jóvenes se adentran en una región de la Norteamérica profunda donde son masacrados por un enmascarado motosierra en mano. A pesar de la simpleza del argumento la película encierra muchas connotaciones políticas que también empaparon el American Gothic desde la referencial La Noche de los Muertos Vivientes (Night of the Living Death, 1968), de George A. Romero. Usando el patrón de la Matanza de Texas se crea un nuevo subgénero que se desprende de sus lastres políticos y se centra en ofrecer un espectáculo sangriento con una trama que rayana en la frivolidad para algunos títulos en la que un asesino enmascarado masacra a un grupo de jovenzuelos que están más ocupados en satisfacer a exhuberante líbido que en percatarse aquel tipo raro con un cuchillo de grandes dimensiones que lo va a hundir en sus costillas. El género despega con la apertura de la famosa saga Viernes 13 (Friday the 13rd, 1980) y la más desconocida Prom Night (1980). Antes de continuar con la intensa historia del slasher sería conveniente volver a sus orígenes, no nos vayamos a creer que el slasher es un producto made in usa y dejemos fuera a sus honrosos precursores, nada menos que a un buen puñado de autores de giallo, subgénero italiano de terror en el que un misterioso asesino se mueve entre bambalinas jugando al whodunnit? ¿quién lo ha hecho?, asestando hachazos, puñaladas y sadismos varios a sus víctimas. En un principio las películas giallo no llegaron a ser tan despadiadas como los slasher estadounidenses pues buscaban realzar al thriller hitchcockiano que era parte del giallo por encima del horror sanguinolento, pero la llegada de títulos como Bahía de Sangre (Reazione a catena, 1971) de Mario Bava, y sobre todo Torso (I corpi presentano tracce di violenza carnale, 1973), de Sergio Martino, cambian completamente esta dinámica y arrastran al subgénero italiano al terreno de la explicitud y el sadismo.

El Tren del Terror, SlasherLos realizadores norteamericanos toman buena nota de la magistral lección de cine de terror procedente de Italia, y también de ese protoslasher que fue La Matanza de Texas. Ya en plena era Reagan, con los fantasmas de Vietnam encerrados en el armario, los norteamericanos quieren divertirse haciendo honor al carácter de su cultura, violenta y puritana: los jovenzuelos despreocupados que un día serán los dirigentes de la sociedad norteamericana van a ser acechados por enloquecidos asesinos en serie, cuántos más vicios exhiban esos adolescentes su castigo será más cruento, y sólo sobrevivirán aquellos que muestren al menos una pizca de virtud en su comportamiento alejándose del sexo y las drogas. Y para personajes que cumplen con esa misión de salvaguarda de los valores conservadores estadounidenses están los encarnados por Jamie Lee Curtis en nada menos que tres slashers: La Noche de Halloween (Halloween, 1978), Prom Night (1980) y El Tren del Terror (1980). Vengadora, valiente y decidida, Jamie Lee Curtis, hija del famoso Tony Curtis, se convierte en la reina del grito (scream queen) por excelencia. Aunque fue en la sobrevalorada La Noche de Halloween donde obtuvo su papel más reconocido, su intervención en las otras películas mencionadas la alzaron al olimpo de las leyendas del cine de terror.

El Tren del Terror, con Jamie Lee Curtis
Jamie Lee Curtis se las tiene que ver de nuevo con otro serial killer

El realizador canadiense Roger Spottiswoode nunca se ha destacado por imprimir un sello personal en sus películas, más cuando el grueso de su carrera transcurre durante la década de los ochenta, momento en el cual existía una estandarización brutal de las producciones de cine comercial norteamericano. A pesar de la dudosa carrera de Spottiswoode en Hollywood, su primera película fue El Tren del Terror, es hasta ahora la más reconocida de su filmografía, quizás por la ingenuidad y la diversión que destila su propuesta.

El Tren del Terror de Roger Spottiswoode
En este tren hay demasiado vicio y perversión, hay que poner las cosas en orden.

No hay slasher canónico que no empiece contando el trauma del supuesto asesino en serie. En El Tren del Terror, el joven y apocado Kenny es objeto de una broma de sus compañeros de la carrera de medicina. Kenny es convocado para desvirgarse con una de las compañeras y en lugar de eso se encuentra con un cadáver sacado de la morgue de la facultad. El trauma es de  tal magnitud que debe ser ingresado y ha de abandonar sus estudios. Años después, los compañeros de Kenny organizan una fiesta de disfraces en un tren. El asesino cambiará continuamente de disfraz e irá masacrando uno a uno a los cómplices de la macabra broma a la que fue objeto.

El tren del terror con David Copperfield
¿Alguien contrató a un mago?

Destaca el buen uso del claustrofóbico ambiente del tren, con sus estrechos pasillos, literas, camerinos, y esa planificación imposible que reunió en un sólo vagón al delgaducho mago David Copperfield (en lo que ha sido su primera y única intervención en el cine), un grupo de música pop ochentero y a dos docenas de los personajes protagonistas. Si al espectador el cuadro ya le parece sobrecargado no queremos imaginar los quebraderos de cabeza que tendría el director para poder rodar esa secuencia.

El último truco de David Copperfield
¿Es un truco?

Los asesinatos de El Tren del Terror son poco gráficos, se recurre al corte en seco y a la acción en off para realizar un montaje muy dulcificado para lo que el público estaba demandando después de Viernes 13. Es solamente en el aftermath del crimen donde podemos  apreciar las sangrientas consecuencias de la venganza de Kenny mediante la exhibición de cuerpos cubiertos de sangre y maquillaje que simula cortes y saetazos. Afortunadamente para el público, el guión deja vivo a uno de los personajes más simpáticos de la película, el revisor del tren, interpretado por el veterano Ben Johnson, actor habitual del western de la década de los 70, un necesario contrapunto que aporta la sensatez de la que el resto de los personajes -excepto el de Jamie Lee Curtis- carece, y que además adopta el rol de improvisado Hercules Poirot investigando los crímenes del tren a la chita callando -recordemos la novela Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie-.

El Tren del Terror sexo y asesinatos
Vaya vaya, aquí aprovechando cualquier momento para pasarlo bien. Eso no le gusta al asesino

La película cuenta ¿cómo no? con un giro final en el momento en el que se desvela la identidad del asesino. Lo interesante de este punto y final es que nos recuerda más a aquellos giallos italianos que a la cotidianidad de los slasher norteamericanos en los que al asesino le era despojado de su máscara y nos ofrecía un rostro deforme y pustulento. En El Tren del Terror la premisa del trauma del asesino se lleva hasta las últimas consecuencias en ese satisfactorio giro que finiquita el whodunnit? de la película. El modus operandi del asesino, que cambia de disfraz continuamente aprovechando la confusión de la fiesta, junto al quiebro final muestra una faceta psicológica del asesino políticamente incorrecta para la época, retratándole con una tara sexual endémica e incurable; cosas de la era Reagan y los neocons norteamericanos.

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A nuestra scream queen no le asusta nada.

El Tren del Terror no ha sido el mejor slasher pero sí uno de los primeros y por su planificación y elenco tiene una gran interés. El Tren del Terror contó con un remake, Train (2008), que poco tenía que ver con el film original e incluso pudo inspirar una película se serie Z llamada Noche en el Tren del Terror (Night in Terror Train, 1985). En estos tiempos de eclosión digital en el que se aprovecha para bombardear al aficionado con versiones remasterizadas y ediciones especiales de títulos clásicos, no podía faltar El Tren del Terror como pieza imprescindible para que el público «digital» se acerque a conocer los primeros slashers. Si los títulos mencionados en esta crítica, o al menos su mayoría, ya han tenido su oportunidad para ser remasterizados o reeditados en bluray, ahora El Tren del Terror ha encontrado su oportunidad de la mano de Tema Ediciones y Cameo en un doble lanzamiento que incluye las copias en DVD y Bluray. La edición española se completa con el audio en inglés, aunque a falta de los necesarios subtítulos que sin duda harían más disfrutable su visionado, aspecto que debería corregirse para próximas ediciones.

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