caníbal dvd

Crítica: Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, con Antonio de la Torre

Título: Caníbal. Año: 2013. País: España. Duración: 116’. Director: Manuel Martín Cuenca. Guión: Manuel Martín Cuenca, Alejandro Hernández (Novela: Humberto Arenal). Fotografía: Pau Esteve Birba. Reparto: Antonio de la Torre, Olimpia Melinte, María Alfonsa Rosso, Manolo Solo, Delphine Tempels, Joaquín Núñez, Yolanda Serrano, Gregory Brossard.

El retrato del caníbal en el cine ha estado siempre rodeado de un halo de falso realismo. Fagocitado por la cultura pop y marcado por las circunstancias propias del mundo actual, fatalmente individualista y por tanto lesivo para la conciencia de las personas, el canibalismo se ve como producto bien de una perversión que tiene su origen en una tara psicológica profunda, retratando al sujeto caníbal como un sociópata enfermo mental, o como un elemento de género que perfila al personaje como un monstruo, sin llegar a indagar ni a profundizar en las razones últimas de su degenerado comportamiento. En el primer supuesto encontramos a películas como Grimm Love Story (2006), una cinta que cuenta la historia del Caníbal de Rottemburg, firmada por Martin Weisz y realizada con una gran sensibilidad y respeto por los hechos que acaecieron en esa ciudad alemana; yéndonos un poco más lejos en la geografía y el tiempo, el género American Gothic nos ofrecía un título menor pero no por ello menos vigoroso: Deranged (1974), inspirado en la biografía del caníbal norteamericano Ed Gein. En el otro extremo tenemos al archiconocido Doctor Hannibal Lecter y la trilogía que comenzó por la oscarizada El Silencio de los Corderos (The Silence of the Lambs, 1991), un producto del consumismo y de la cultura pop actual cuyo protagonista, Anthony Hopkins,  ofrece el perfil psicológico de un caníbal tan refinado y embaucador como ramplón. Con menos dignidad aún el exploit italiano de los 80 nos traía Gomia, El terror del mar Egeo (Antrophagus, 1980), cinta extrema en su planteamiento visual y decadente en sus resultados  que pretende inspirarse en la historia real de La Iguana, personaje de pesadilla, caníbal, violador y asesino que vivió en las Islas Galápagos en el siglo XVIII y cuyos crímenes y brutalidades fueron relatados por Alberto Vázquez-Figueroa en una novela homónima.

Canibal de Manuel Martin Cuenca

Con estas visiones tan distanciadas unas de otras sobre la figura del caníbal que nada tienen que ver con el significado que el canibalismo tiene en los sacrificios rituales de las culturas más antiguas, excepto por un poso primigenio de posesión y sadismo, la película del director Manuel Martín Cuenca, Caníbal (2013), se sitúa en unas coordenadas más cercanas a la primera tendencia que a la segunda, es decir al retrato culterano y psicológico del personaje, dotándolo además con rasgos propios de la cultura española que hacen de Carlos, el sastre caníbal interpretado por Antonio de la Torre, un personaje muy cercano al público español, tanto que al respetable le puede causar extrañeza al observar como se hace una película de caníbales sin apenas ser explícito en la propuesta visual, y retratando a este caníbal como un hombre respetable, serio, religioso y español, involucrado nada menos que en el ambiente cofrade de su ciudad, Granada.

Caníbal con Antonio de la Torre

La ciudad andaluza es el testigo mudo de las andanzas y crímenes de Carlos: el silencio de las calles del Albaicín, sus muros de piedra y cal, sus edificios vetustos con esa estética hispano-vintage característica de una ciudad bella y antigua. La propia ubicación de la casa de Carlos y su taller, entre el Paseo de los Tristes y la Catedral, a la entrada del barrio del Albaicín, son puntos estratégicos donde el drama de Carlos, su adicción a la carne humana y la aparición del amor como fuerza redentora, se darán cita para construir este psicodrama que tiene mucho de humano y apenas nada de delirio pop. Y es que la ajustada interpretación de Antonio de la Torre junto a la sobria dirección de Martín Cuenca y la fotografía de Pau Esteve conforman este drama romántico, la historia de un hombre que siente deseo hacia las mujeres pero que debe sublimarlo mediante el canibalismo debido al dolor causado por la pérdida prematura de su madre. Es Aurora (Alfonsa Rosso) la única mujer con la que Carlos tiene una relación normal; Aurora hace las veces de madre, con la que se comporta como un hijo y un amigo leal,  contrapeso éste necesario para equilibrar el mortal y enfermizo deseo que Carlos muestra hacia las mujeres jóvenes. Resulta impresionante la escena en la que Carlos acecha a una chica que se baña en el mar hasta que se ahoga. Ahí, su mirada de depredador aparece despojada de todo disfraz de persona respetable, es simplemente un animal ardiendo de deseo ajeno a cualquier atadura moral.

canibal-2013

Otro marco geográfico granadino que utiliza la película es Sierra Nevada. Carlos es dueño de una cabaña en mitad de la sierra, en ese marco solitario y desolado es donde él lleva a sus víctimas y procede al ritual de su disección sobre una losa de mármol. Uno de los mejores momentos de la película es la secuencia de arranque, en la que Carlos lleva a una de sus víctimas allí y, desnuda, procede a su sangría. En una de las secuencias siguientes Carlos abre una bolsa de deporte y saca filetes de carne que coloca ordenadamente en la nevera, y en otra sucesiva Carlos está cenando uno de esos filetes con un vaso de vino, en silencio y con gesto grave. Ambas secuencias conforman un mini-relato erótico de alta densidad: el ritual de colocación y disección de la mujer desnuda sobre el mármol blanco ofrece a Carlos satisfacción sexual basada en una pulsión posesiva que culmina con la obtención de la carne de mujer joven, sin posibilidad de escape; por último, la cena que Carlos se sirve es la culminación del sacrificio dedicado enteramente a satisfacer su deseo sexual, y más aún apaga el dolor de la pérdida de mujer que él siempre ha querido, su madre. Mediante el canibalismo las mujeres que desea siempre permanecerán con él. Tal es el trasfondo psicológico del caníbal de nuestra era, desposeído ya de cualquier atisbo de ritualidad religiosa, y del que, como hemos comentado al principio de esta crítica, títulos como El Silencio de los Corderos, ni siquiera se atreven a contemplar.

Canibal con Olimpia Melinte

La historia de Caníbal, basada en el libro homónimo del cubano Humberto Arenal, no sólo contiene una descripción psicológica del caníbal y sus rituales de satisfacción del deseo sexual y recuperación simbólica de su madre perdida. La película, como el libro, contiene una historia de amor, en el film de Martín Cuenca la acción pasa de situarse en La Habana a Granada, de modo que la parte romántica de la película ocurre entre Carlos y Nina (Olimpia Melinte, interpretando un papel doble), una chica rumana que busca a su hermana gemela desaparecida misteriosamente. Esta historia de amor en la que Carlos intentará redimirse resultará del todo imposible. La película termina con una secuencia en la Carlos contempla desde la ventana enrejada de su sastrería el paso de una cofradía granadina con la Virgen a cuestas. La imagen religiosa es vista de sus ojos de depredador con cierta tristeza, como algo lejano, como esa mujer inalcanzable que añora y desea y que nunca tendrá. Canibalismo, costumbrismo y la mirada perdida de un peligroso depredador que se enfunda el traje de una respetabilísima persona para una de las películas híbrida que combina el género con la historia romántica, un título imprescindible de la pasada temporada.

Caníbal ha sido editada por CAMEO en formatos bluray y dvd.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=8IKmWMnYzPw&w=560&h=315]

4 COMENTARIOS

    • Sastre chungo ¿no? me parece una pasada como han combinado el costumbrismo español con la historia de represión y canibalismo de este tío.

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