Crítica de la película de ciencia-ficción postapocalíptica Def-Con 4
Título: Def-Con 4. Año: 1985. Duración: 88′. País:Canadá. Dirección: Paul Donovan. Guion: Paul Donovan. Música: Christopher Young. Fotografía: Douglas Connell, Les Krizsan. Reparto: Lenore Zann, Maury Chaykin, Kate Lynch, Kevin King, John Walsch, Tim Choate.
Def-Con 4 es el segundo de los cinco grados que el acrónimo DEFense CONdition establece como escala para valorar una amenaza en la seguridad del territorio estadounidense. De los niveles 1 al 5, el cuatro sería el de una alerta relativa, una llamada de atención ante una amenaza latente; Def-Con 1 significaría una guerra nuclear total y Def-Con 5 un estado idílico y casi nunca visto en el que reinaría la paz y la armonía entre los EE.UU. y el resto de los países, que le rendirían una pleitesía infinita, por supuesto. El nombre de esta película, dirigida por el canadiense Paul Donovan, y que cuenta con producción exclusiva del país de los alces, nos deja un poco sorprendidos porque su tiempo cinematográfico transcurre en entre las fases Def-Con 2 (amenaza inminente de guerra), Def-Con 1 (guerra nuclear total) y el escenario postnuclear, no vemos Def-Con 4 por ningún sitio, pero bueno, salvando esta mala excusa para dar un título a la película, vamos al meollo de la cuestión, que no es ni más ni menos que el análisis de una cinta nacida al socaire de las películas de explotación postapocalípticas que tanto abundaron en los ochenta, y cuyas referencias principales son el título seminal australiano Mad Max (1979) y una de las películas más logradas del irregular John Carpenter, 1997: Rescate en Nueva York (1981), sin desdeñar un título menor pero interesante como Un muchacho y su perro (A boy and his dog,1975).
La guerra nuclear es un hecho consumado. Lo que nunca nadie creía que iba a suceder, ha tenido lugar. Los astronautas de la estación espacial Némesis, cargada de misiles balísticos con cabezas nucleares, reciben la orden de disparar mientras ven como uno a uno los canales de televisión por satélite se van convirtiendo en lluvia estática. En unos pocos días el apocalipsis nuclear ha acabado con gran parte de la población mundial y los supervivientes están afectados por la radiación, la llegada a la Tierra de los astronautas no será precisamente una bienvenida, les espera un mundo hostil, repleto de caníbales y guerrillas que parecen copias de grupos fascistas paramilitares. Ahora, los astronautas de Def-Con 4 deberán luchar para sobrevivir. Y en esta lucha para la supervivencia, igual que en las citadas Mad Max o 1997: Rescate en Nueva York, los personajes se internan en la zona gris, en el mundo de los antihéroes, obligándose a parecerse más a sus antagonistas para poder sobrevivir. El argumento de Def-Con 4 aporta algunas ideas nuevas al argumentario del cine post apocalíptico: ningún guion había contemplado la posibilidad de que sean unos cosmonautas los convidados accidentales al banquete de tullidos, antropófagos y fascistas que se nos presenta en el escenario postnuclear. A partir de ahí, la puesta en escena recuerda mucho a la saga Mad Max, pero muy venida a menos, donde la herrumbre y suciedad conforman unas texturas feístas que distan de la épica del Guerrero de la Carretera. Si cabe, Def-Con 4 tiene más guiños estéticos a la exploitation italiana debido a lo exiguo de su presupuesto, pero sin caer en la ridiculez y el descreimiento que nos mostraban muchos de los títulos del país transalpino, y si no comparemos a Def-Con 4 con títulos tan psicodélicos y discutibles como 1990: Los Guerreros del Bronx (1982) o Los Nuevos Bárbaros (1982).
Sin tener que destacar grandes alardes interpretativos ni el despliegue de medios que mínimamente mereciese, Def-Con 4 y su atmósfera típicamente ochentera, vista hoy, resulta incluso visualmente estimulante. Ubicada en una serie B muy barata, rayana a la pobreza de la puesta en escena en algún momento, esta producción de 1985 nos lleva a un momento de la historia del cine de serie B en el que el fenómeno de la explotación cinematográfica era una constante en la industria, una forma muy lucrativa de ganar dinero gracias a otros títulos más ambiciosos. Toda la explotación que vemos en Def-Con 4, como en otras películas postapocalípticas de este tipo, va a consistir en una copia o reinterpretación más barata de los códigos, estética y puesta en escena de sus referencias seminales. Que Paul Donovan no haya contado con un gran presupuesto para hacer Def-Con 4 no significa que el resultado hubiese sido distinto si hubiera tenido más medios económicos, puesto que su objetivo no era competir con sus referencias de género si no hacerse un hueco en los cines y en la incipiente industria del video-club -más con el impresionante diseño de su carátula promocional, que era una llamada de atención para los aficionados.
Ahora tenemos la oportunidad de recuperar Def-Con 4 en alta definición gracias al sello Arrow Films, que ha publicado la película en bluray, restaurando la copia original y sacando lustre a todo su esplendor, ya sea para admirar sus aciertos o sus defectos.
