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Crítica The Green Inferno, de Eli Roth

Título: The Green Inferno (El Infierno Verde). Año: 2013. Duración: 103 min. País: Estados Unidos. Director: Eli Roth. Guión: Guillermo Amoedo, Eli Roth. Música: Manuel Riveiro. Fotografía: Antonio Quercia. Reparto: Lorenza Izzo, Ariel Levy, Sky Ferreira, Nicolás Martínez, Kirby Bliss Blanton, Aaron Burns, Magda Apanowicz, Matías López, Daryl Sabara, Adam Leong, Mary Dunworth, Cody Pittman.

Cintas denostadas, géneros malditos, sadismo, morbo, repartos internacionales de difícil encaje idiomatico, copias extraviadas o deterioradas casi imposibles de recuperar…todo eso y mucho más fue el cine de explotación italiano, conocido como cine exploitation en los anales de los estudios críticos cinematográficos. La industria de cine italiana, a rebufo del miraccolo economico, realizó tal cantidad de películas que hoy en día se ha conformado un extenso y diverso catálogo que reúne géneros que llegaron a tener identidad propia: giallo, cannibal exploitation, cine mondo, nazisploitation, spaguetti western o la comedia costumbrista italiana. Abandonada la etapa neorrealista del país trasalpino, la avalancha de cine de exploitation italiano escalaba peldaños en morbo y sadismo para reclamar la atención del público europeo, un público que llenaba las salas buscando desnudos y violencia y sexo soft. Con la llegada de los años 80, bien entrada la década, las nuevas pautas estéticas y morales que rigen las líneas del cine comercial, sobre todo con la aparición ese fenómeno llamado “cine familiar”, arrinconan al cine exploitation y lo relegan a las estanterías del videoclub hasta su completa desaparición. Sus realizadores, ya septuagenarios, están pasando a la historia como «cruzados» de unas propuestas temáticas y estilísticas que por su atrevimiento son invitados ahora a asistir a los festivales especializados, en lo que para ellos se ha convertido en una plácida y reconocida jubilación que ya querrían para sí muchos cineastas- y también para el que suscribe este artículo-; aparte de las minivacaciones a las que son «convidados» este puñado de leyendas vivas, lo más importante es que con su presencia se está llevando a cabo una revisión fílmica de las temáticas y estilos visuales de aquella época, hecho que da lugar a la revisión y reinterpretación de muchos de aquellos títulos míticos por los cineastas actuales; si tuviéramos que destacar uno de estos títulos por su repercusión mediática y por los excelentes resultados obtenidos, The Green Inferno (2013), de Eli Roth, sería el elegido. Sin duda el título de Eli Roth destaca por su vocación comercial y de cine de entretenimiento, alejado de la autoría y el hermetismo que muestran las interpretaciones del giallo (neogiallo) que hemos visto en Amer (2009) o Sonno Profondo (2013).

the green inferno lorenza izzo

Concebida como una paráfrasis de aquel cannibal cinema, The Green Inferno es una película con un gran contenido explícito, Eli Roth es un director al que le gusta la provocación y nunca ha escondido su predilección por la hemoglobina y los excesos estilísticos gore, pero el tono de sus películas es siempre humorístico; este es un factor que sus detractores no han sabido reconocer, achacándole una injusta fama de sádico y degenerado, miopía galopante que no identifica a un notable director de comedias de terror. The Green Inferno es una película que homenajea y usa algunos de los códigos –los más accesibles para el público- del cannibal exploitation. Si echamos la vista atrás y revisamos los títulos míticos de este género como Cannibal Ferox (1981), Holocausto Canibal (1980) o La Montaña del Dios Caníbal (1978), The Green Inferno resulta ser una película más liviana que éstas; Eli Roth contempla el homenaje al género con un look visual muy estilizado, destacando un milimétrico cuidado por la fotografía, la música o los maquillajes, sobresalientes matices que ya evidencian la distancia que The Green Inferno quiere marcar contra lo grosero de las propuestas italianas. El guión de The Green Inferno tampoco incluye escenas de maltrato animal –una constante en el género italiano que hoy en día sería imposible reproducir debido a los lógicos impedimentos morales y legales-, en el libreto han sido obviados, desde su concepción, aquellos preceptos del cine mondo que las películas de caníbales introdujeron como una parte muy sustancial de su metraje. La resolución de las situaciones es hemoglobínica y exagerada pero pone extremo cuidado en la puesta en escena, dando un tono cómico a cada una de las desmembraciones, mutilaciones y muertes -que tampoco hay muchas- en The Green Inferno. El estilismo de Eli Roth -cineasta siempre de trazo grueso- alcanza un delicado equilibrio entre sus marcas de fábrica, el revival de la cannibal exploitation y una decidida apuesta por la comercialidad de la película; aún así este título ha tenido enormes dificultades para ser estrenado en Estados Unidos cuya premiere ha tenido lugar dos años después del paso de la película por los festivales especializados.

the green inferno eli roth

The Green Inferno está dividida en cuatro partes: la primera es la de la presentación de los personajes principales, estudiantes de universidad privada, chicos bien que están involucrados en la defensa de las tribus del Amazonas. Nuestros protagonistas son unos activistas que pasan de practicar la protesta “de salón” a involucrarse en las acciones de campo como si fueran miembros de Greenpeace; en este segmento aparece la protagonista absoluta de la película, la exuberante Lorenza Izzo, cuyo personaje en la película, Justine, por homonimia y carácter, nos remite al  personaje de la obra del Marqués de Sade, Justine. El personaje de Lorenza Izzo es idealista e ingenuo y soportará con estoicidad las tribulaciones a las que le someterán los caníbales en el  siguiente segmento de la película.  La segunda parte de The Green Inferno sitúa a la expedición de activistas en plena Amazonia, boicoteando la tala masiva de árboles y retransmitiendo su aventura por internet. Conseguido el objetivo, los expedicionarios son invitados a abandonar el país y se desplazan en avioneta hasta «la civilización», pero la fortuna no les va a acompañar y su suerte se truncará fatalmente al estrellarse su avioneta, tras lo que serán capturados por una tribu de caníbales. En el tercer segmento de The Green Inferno, los personajes serán encarcelados, torturados y comidos por los caníbales; esta parte del metraje de The Green Inferno es en la que Eli Roth vuelca todas sus referencias al cine exploitation, sazonándolas con bromas casi a modo de sketches. Tras el impacto visual de la primera muerte, desconcertante e inesperada, se iniciará un body count que diezmará al grupo hasta la irrupción de los paramilitares que vigilaban la tala de árboles, representando a nuestra civilización que acude al rescate de los que han caído en manos de la barbarie.  La conclusión, como cuarta parte de la película, muestra a una Justine idealista y comprometida, salvando del exterminio a los caníbales a pesar de que los principios morales de la tribu son diametralmente opuestos a los de la progresía que representa.

 

the green inferno pelicula canibales

 

Si en las películas italianas la expedición de un grupo de occidentales no tenía más pretexto que el de llegar a la tribu caníbal para ser troceados y comidos, en The Green Inferno el guión introduce elementos que consolidan la historia y ponen su argumento en línea de las preocupaciones etnográficas y ecológicas que nos ocupan hoy en día, y que estuvieron mucho más en boga en los años 80 con películas como La Selva Esmeralda (1985) o Jugando en los campos del Señor (1991). El libreto escrito a dos manos por Eli Roth y Guillermo Amoedo pretende que, ante todo, tengamos delante una película de aventuras donde se mezclan elementos de dentro y fuera del exploit de caníbales: exotismo, ecología, lectura moral, humor, acción y gore. El retrato de la tribu caníbal es muy caricaturesco, en ningún momento pretende que obtengamos una lectura realista, The Green Inferno quiere divertir y provocar, extremos que no han sentado bien a algunas ONGs de defensa de las tribus indígenas que han visto en la cinta del director de Hostel (2005) y Cabin Fever (2002) una herramienta de propaganda ofensiva y falaz contra el trabajo que llevan a cabo. Sin duda, los razonamientos de estos colectivos y de otras personas que se acerquen a The Green Inferno sin conocer sus antecedentes cinematográficos, pueden quedarse sorprendidos ante la incorrección política de esta propuesta. Eli Roth es incorrecto políticamente en The Green Inferno, pero también es consecuente con su carrera cinematográfica y con el respeto -con la distancia que procede- hacia una forma de hacer cine que por brutal y explícita no merece desprecio, todo lo contrario, asoma desde el pasado como una rara avis que vale la pena revisar y recuperar para nuestro imaginario fantástico. Dando una nueva forma y contenido al cannibal exploitation , The Green Inferno es una película singular, con escenas tan arriesgadas como cómicas, y con una look visual que rechaza el feísmo de sus inspiradoras, supone, por tanto, un interesante hito en la carrera el realizador al haber incorporado los ahora tan reconocidos filmes de explotación italianos a una filmografía que aseveramos como “comercial”, dentro de los límites impuestos por las distribuidoras.

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