The East Poster

Año: 2013. País: EE.UU. Director: Zal Batmanglij. Guión: Zal Batmanglij y Brit Marling. Fotografía: Halli Cauthery, Harry Gregson-Williams. Reparto: Brit Marling, Alexander Skarsgård, Ellen Page, Toby Kebbell, Shiloh Fernandez,Aldis Hodge. Danielle Macdonald, Hillary Baack, Patricia Clarkson, Jason Ritter, Julia Ormond.

Ecologismo y thriller

Quedan muy atrás aquellos años ochenta en los que las preocupaciones sobre el ecologismo y el daño que las multinacionales hacían al medio ambiente ocupaba la primera plana de los periódicos.  Hoy en día las mentiras y demagogia de los políticos y los movimientos  de ajedrez de los servicios secretos en las falsas revoluciones primaverales confunden a los ciudadanos, que se adhieren desde su iphone a numerosas causas pretendidamente anti-sistema en el cándido pensamiento de qué algo se puede hacer sin el activismo real, solamente con una presencia fantasmagórica en las redes sociales que no le implican a nada en absoluto. Entre tanto, esa pequeña pataleta contra el poder establecido en forma de un puñado de inocuos bits no sólo se la resbala al mandatario de turno si no que éste espera a que baje la marea y el ruido electrónico cese para seguir con su programa de demolición de todos los logros sociales habidos y por haber.

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En esta época de descreimiento político y de activismo a golpe de teclado, los tiempos del activismo real quedaron lejos, y los del ecologismo -recordemos a la mítica organización Los Pastores del Mar, que hundieron 10 balleneros, o el activismo menos extremo pero más efectivo de Greenpeace-, con medio mundo occidental sumido en una ya endémica crisis económica, aún más. Pensar en vertidos tóxicos, cementerios nucleares o en la calidad del aire que respiramos cuando la gente es desalojada de sus casas por no llegar a pagar la letra mensual, resulta cuando menos romántico y ensoñador. Acercarse a The East (2013) es volver a un tiempo pasado, el del compromiso real con las convicciones y las ideas que llevaron a nuestra sociedad a la obtención de herramientas con las que presionar y conseguir que nuestro medio ambiente tomara la importancia que la Revolución Industrial  le negó; a aquellos años ochenta y principios de los noventa en los que el activista asumía un compromiso real, y no virtual.

the east una pelicula con Alexander-Skarsgard

Esta película, dirigida por una de las vacas sagradas del cine independiente nortemericano, Zal Batmanglij, es un producto híbrido que asume su papel de instrumento de denuncia, pero también es un vigoroso thriller, muy bien rodado, y con una pareja protagonista que soportan bajo sus espaldas gran parte del peso de esta narración que combina la denuncia ecologista, la historia romántica y el thriller de espionaje: Brit Marling (como la agente infiltrada en el grupo ecologista The East, Sarah), en su segunda colaboración con el realizador -la primera fue la interesante Sound of my Voice (2011)-, y Alexander Skarsgård (como el líder activista de The East, Benji), uno de los actores más carismáticos de la serie True Blood.

Brit Marling en The East

Brit Marling se ha convertido en la musa del cine independiente norteamericano. Su nivel de involucramiento en los proyectos que protagoniza es admirable, firmando también el libreto de casi todas las películas en las que ha intervenido; en The East y Sound of my Voice también es coescritora el guión de la película. Desde su debut en Otra Tierra (2011) -donde también coescribe el guión-, de Mike Cahill, y sin una filmografía muy extensa, la actriz norteamericana ha sabido reunir en su figura las aspiraciones de un sector del público del cine independiente que cree que no es necesario crear mundos sucios y oscuros rodados con cámara al hombro para que una película sea buena y tenga una marca netamente independiente. Basta una mirada diferente para conseguir que el cine independiente sea eso, independiente, qaue sea de calidad y que huya del hermetismo y la fealdad. La belleza serena y seductora de Brit Marling también se dejará ver de nuevo  en la próxima película de Mike Cahill, I Origin (2014).

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The East es ante todo una reflexión sobre el carácter de aquellos personajes que hace treinta años fueron protagonistas del activismo ecologista, y de cómo ese carácter se puede adecuar a la actualidad sin por ello sacrificar el romanticismo de sus ideales. La película está rodada desde la cercanía a los personajes, especialmente a aquellos que componen el grupo activista y su dinámica de funcionamiento como comunidad hermética: su lejanía al mundo que vivían antes mediante el uso de nombres falsos, la búsqueda de comida «usable» en los cubos de la basura, o la escena de la cena, en la que someten a la recién llegada una prueba de iniciación para demostrar sus convicciones morales; una escena rodada con pasión y sensibilidad. Estos personajes plantean un puñado de dudas éticas y morales: su filosofía del «ojo por ojo» ¿es moralmente discutible? o por el contrario ¿nos hemos ablandado tanto que ya dejamos de señalar con el dedo a los culpables -con nombres y apellidos- del abuso que realizan sobre un mundo que pertenece a todos? Si el 11-S planteó un antes y un después en cuanto al concepto de venganza -la de los norteamericanos sobre el mundo árabe en general- demagógica y desproporcionada; la visión de los ecologistas de The East puede aparece hoy, a la luz de la manipulación mediática, como una pandilla de personajes infelices y  frustrados con el sistema por no dejar esa venganza en manos de la justicia burguesa de nuestros sistemas democráticos . Sin embargo, una lectura más profunda de las motivaciones de los personajes y un vistazo a lo que queda a nuestro alrededor de un mundo una vez fértil, nos hará pensar en un concepto de venganza que no tiene nada de poética, ni tampoco demagógica, sino justa y necesaria ante el colapso y la connivencia de la justicia ordinaria.

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Llegados al momento en el que las acciones del grupo The East  -la primera por cierto rodada a modo de documental en la apertura de los títulos de crédito de la película cuyo montaje está combinado con estremecedoras imágenes de pájaros cubiertos por un vertido de crudo-, el film comienza a mover el engranaje del thriller que va a bascular la película de un lado a otro durante la mayor parte del metraje. La intriga político-detectivesca, las tribulaciones de Sarah como agente infiltrada dentro del grupo ecologista, y las fulminantes y efectivas acciones de The East nos ponen a circular en un carril más dinámico y divertido que el del férreo discurso ecologista, equilibrando el film para su accesibilidad al público que quiere disfrutar de una obra indie y comprometida, pero que también quiere disfrutar del título y divertirse con él. Si tomáramos el título Batalla en Seatle (Battle in Seatle, 2007) -aquella película hecha en estado por el  mediocre actor Stuart Townsend– y lo cruzáramos con el espíritu de El Capital (Le Capital, 2012) de Costa-Gavras, nos acercaríamos al corazón de The East, aunque no tanto a su forma. A pesar de las comparaciones, esos títulos mencionados no disponen del pulso narrativo que muestra The East en momentos como la acción en la cena de gala de una importante compañía farmacéutica, y esa conclusión final que nos recuerda a la redentora Green Zone: Distrito Protegido (Green Zone, 2010), de Paul Greengrass.

The East por Zal Batmanglij

Quizás esta última parte -su forma-  no sólo se la debamos al buen ojo del realizador para saber combinar adecuadamente y sin complejos  estas dos vertientes, la de la cine independiente y la de la diversión. Si tenemos la paciencia de leer los títulos de crédito mientras nos escuchamos el pegadizo theme de la película, veremos que hay tres nombres con mayúsculas envueltos en esta producción. En primer lugar The East está financiada por la productora Scott Free Productions, y acreditados aparecen Ridley Scott y su fallecido hermano Tony Scott, copropietarios de la productora. El último de los nombres es el de Harry Gregson-Williams, uno de los habituales compositores de las bandas sonoras de los hermanos Scott, que aquí realiza la imprescindible aportación del tema central de la cinta. Harry Gregson-Williams también fue el creador de la banda sonora de Juego de Espías (Spy Game, 2001). Las similitudes entre aquella historia de espías post-guerra fría protagonizada por Brad Pitt y Robert Redford, y la de la agente secreta de una entidad privada, Sarah Moss, en de The East, no son demasiado evidentes, pero haberlas haylas. Si antes habíamos mencionado dos títulos de referencia, Batalla en Seatle y El Capital, ahora tenemos un nuevo juego de coordenadas, Juego de Espías.

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The East es una película magnífica y con una capacidad de entretenimiento y emoción que sobrepasa el aburrimiento supino e intelectualmente mal entendido que en muchas ocasiones se ha asociado al cine independiente norteamericano, más amigo de dramas que de retratos socio-políticos a ritmo de thriller.  Zal Batmanglij ha rodado la película sin complejos y con una sensibilidad volcada en el retrato y motivaciones de los personajes. Quizás no sea muy tenida en cuenta en Sundance pero el público disfrutará la proyección y saldrá de la sala pensando si en lugar de dar el «me gusta» al enésimo página anti-sistema de facebook, no debería pensar en estos héroes arquetípicos, humanos y no bits, los que realmente protagonizan las revoluciones y la toma de conciencia de una sociedad enfrentada a una élite de dirigentes que viven en la impunidad más absoluta.

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