El infierno de Eli Roth
Ya llevamos dos días de festival, pero un servidor, llegado en el día de anteayer, no pudo dar seña de las proyecciones que tuvieron lugar en la jornada inaugural, dejando atrás títulos tan interesantes como Bizantium, Grand Piano o Colony. En las últimas ediciones del festival el ganador ha sido una de las películas proyectadas durante la primera o segunda jornada. Esperemos que esta racha cambie y tengamos la ocasión de visionar este año al título ganador. Por el momento os dejamos con la crónica del segundo día de proyecciones, siempre siendo consciente, querido lector, que la cantidad de películas que se proyectan es tal que es imposible estar presente ni en la mitad de las sesiones.
Eli Roth, uno de los realizadores más importantes del terror contemporáneo –aunque les pese a muchos- ha presentado su último film, The Green Inferno, una exquisita muestra que combina con gran acierto distintas referencias fílmicas creando una película a ratos angustiosa y a ratos divertida. The Green Inferno comienza como una especie de Hostel universitario, en el que se introduce a un abanico de personajes que gran parte del público puede calificar como detestables: pijos universitarios con ínfulas de salvamundos embarcados en una aventura de fin de semana para salvar el Amazonas.
La película gira y deviene en una cinta de aventuras con tintes ecologistas, muy deudora de aquel cine reivindicativo de los ochenta, donde en clave de aventura selvática se alertaba al gran público de daños contra el medio ambiente en los países del tercer mundo, cosa que ahora parece que no le importan a nadie, y la muestra es el exploit de Eli Roth, comedia salvaje y gore en la que se ríe hasta de la misma ONU. Un nuevo quiebro en el guión y el norteamericano vierte sus mejores tintas poniendo ante nuestros ojos una cinta de canibalismo y survival inspirada en dos títulos fundamentales del género: Holocausto Caníbal y Deliverance.
La experiencia visual de The Green Inferno no puede ser más estimulante y constituye uno de los platos fuertes de la programación del Festival de Sitges 2013, en el que nuevamente el género no comparte el suficiente protagonismo con propuestas como el thriller o la experimentación. La película está incluida en la principal sección a concurso, la Fantastic de Sitges. Nos gustaría pensar que The Green Inferno estará tan bien considerada por el jurado del festival como por el público.
Siguente sesión en el Auditori y un poco de found footage para los aficionados a esta variante del horror, que va generando cada año más títulos. El Festival de Sitges 2013 ha reunido un buen puñado de found footage movies, y The Jungle es la primera que tenemos ocasión de ver.
Nada nuevo en el horizonte. The Jungle es la repetición estilística de otros títulos found footage, pero lo que es más grave es que se «inspira» en su última parte, la más thrill del film, de un clásico tan canonizado como El Proyecto de la Bruja de Blair. En esta última sección de la película se crea el ambiente más sugerente del metraje, tenso e impredecible en el desenlace de sus secuencias, pero con una conclusión final que hace perder todo lo ganado. Como sucede en El Proyecto de la Bruja de Blair, la conclusión es tan débil e imperfecta que despide al público de forma abrupta, sin ofrecer un final decidido y concluyente. Los abucheos que se oyeron en el Auditori a esta tomadura de pelo, proyectada a todo lujo, estuvieron totalmente justificados.
Le toca el turno a un realizador consagrado para el género, Johnnie To. El hongkonés trajo del brazo dos películas durante la misma jornada, y de resultados muy desiguales. El thriller Blind Detective rememora el mismo estilo y lenguaje narrativo que ya usó en otra de sus películas cuasi homónima, Mad Detective. Si en aquella, To jugaba sus triunfos al histrionismo de sus personajes y a la supuesta comicidad de las situaciones (absurdas a veces), Blind Detective navega en las mismas aguas y zozobra por las mismas razones. Tediosa y forzada, la propuesta del hongkonés tiene adeptos entre el público y se le aplaude con energía, la misma energía de que carece el film y que se sustituye por una prolijas muestra de mediocridad y hedonismo narrativo.
En el extremo opuesto se encuentra War Drug, una película de acción tensa y contundente. No hay personajes extraordinariamente marcados por sus diálogos o su histrionismo, como en el anterior film; la historia de War Drug es la de una operación antidroga que se salda con un buen puñado de persecuciones y un brutal y nihilista tiroteo de veinte minutos de duración. Mr. To queda redimido por hoy, menos mal.
Este año la zombie walk se adelanta al primer fin de semana de festival, y es en esta jornada cuando los cines Retiro y Prado vuelcan casi todos los títulos sobre muertos vivientes que hay en la programación. Contracted es la película previa a la velada “nuestros zombies”. La cinta, presentada por su director, parece ser una alegoría sobre la intolerancia a la homosexualidad y y la búsqueda de la identidad por parte una chica, Samantha, que sale del armario a un mundo que no termina de comprender muy bien. El desarrollo de una infección venérea en su cuerpo tras una relación esporádica con un desconocido la va transformando en un ser que nos recuerda mucho a esas criaturas que han protagonizado la zombie walk…¿alegoría o película de género puro y duro? La solución está en el inesperado giro del minuto final.
Una pregunta desde el exterior del fanatismo por el cine de terror: ¿La gente no se cansa del ‘found footage’? ‘El proyecto de la Bruja de Blair’ me parecía una tomadura de pelo, aunque entiendo que pudiera despertar el interés en un recurso que, por ejemplo, ya estaba patente en las películas mondo. Pero es que repetirlo una y otra y otra vez con las mismas pretensiones de «ser fragmentos de cosas ocurridas en la realidad» y demás clichés trillados…
Pues tiene muchos adeptos pero al final todo el mundo coincide en que hacer algo nuevo es muy difícil. A ver Europa Report, dicen que es muy buena. En un par de días os cuento.