Año: 2013. País: Sudáfrica. Duración: 96′ Director: Carlos Agulló y Mandy Jacboson. Productor: Mandy Jacboson. Guión: Stephen Smith. Música: Antony Partos. Fotografía: Rita Noriega, Diego Ollivier.
“AFRICA IS A PLACE WHERE ONE MAN CAN MAKE A DIFFERENCE”
Michael Ledeen
Ha sido toda una casualidad que la muerte del activista anti-apartheid y ex-primer ministro sudafricano Nelson Mandela haya coincidido con el estreno de una película fundamental para comprender el fin del apartheid en el país africano. Plot for Peace (2013), o su traducción española «complot para la paz» es un film único en su planteamiento de los sucesos que a lo largo de diez años contribuyeron al final del apartheid, y al logro de la paz en la región. Un prominente mandatario de Oriente Medio dijo hace poco la habilidad de un gobernante no está en su ánimo para empezar las guerras, sino para evitarlas, refiriéndose a la delicada situación que vive esta región del mundo. Plot for Peace nos cuenta los esfuerzos que se dedican a desmontar los argumentos pro-bélicos a favor de salidas negociadas al que fue uno de los escenarios más ignorados de la Guerra Fría, y que como consecuencia inmediata produjo la desaparición del régimen de apartheid a favor de una transición en Sudáfrica compartida por partidos afrikaneers (ciudadanos blancos) y la oposición nacional-socialista ( ciudadanos de color), y por supuesto a la liberación de Nelson Mandela.
Plot for Peace es un thriller, también es un documental, pero no es una película de acción, aunque la aventura es constante, y el saber que los hechos que se relatan son reales, la hacen aún más emocionante. Su protagonista es un personaje real, Jean-Yves Ollivier, una persona que tuvo el coraje suficiente como para querer cambiar la historia, y lo hizo. Ollivier, o monsieur Jacques, como se le apodó en las bambalinas de los servicios secretos de los países implicados, demostró que desde la solidaridad y el tesón podría cambiar una situación que le pareció a todas luces injusta desde aquel momento en el que, como hombre de negocios, puso el pie en Sudáfrica. A partir de ese instante, su idas y venidas a diversos países africanos y europeos, sus contactos con líderes político de primer nivel, guerrilleros, e incluso actores directamente implicados en la Guerra Fría, lograron lo que ningún mandatario habría soñado, la paz. Ollivier tuvo claro desde un principio que sin la implicación de todos las partes implicadas en el conflicto no se lograría nunca un acuerdo que condujese a la pacificación de la región y al finiquito del apartheid.
La película no da tregua y es fácil perderse entre una maraña de nombres, de partidos políticos, milicias y acontecimientos; requiere sin duda la implicación del espectador a un nivel profundo, y para ello el montaje del director Carlos Agulló es una pieza fundamental del engranaje que mueve el film, que no cuenta con otros recursos que no sean las imágenes de archivo y un puñado de entrevistas a Jean-Yves Ollivier y varios de los personajes implicados en gobiernos, comisiones de negociación, o cuerpos de combate. El resultado es simplemente magnífico: Agulló se descubre como un eficaz montador pero también un excelente director que sabe dar alma a esa mezcla de texturas filmícas, personajes y acontecimientos, creando una película emocionante y vigorosa.
Si señalamos al trabajo del director como una de las piedras angulares de la película, la otra es la figura de su protagonista, Jean-Yves Ollivier. Este francés nacido en Argelia cuenta su peripecia vital desde el nacimiento de su conciencia social, durante la guerra de la independencia argelina, hasta su brutal choque con la realidad del apartheid. A partir de ahí, y según narra él, aprovecha sus relaciones y viajes de negocios para urdir ese complot para la paz. Señala a la soledad y al secreto como sus inseparables compañeros en este periplo; se declara firmemente convencido de su misión y su lucha se realiza desde la sombra. Uno de los mejores momentos de la película que define con claridad esa sensación de soledad y secretismo es aquel en el que tras un importante intercambio de prisioneros, en una pista de aterrizaje, de los veintidos aviones que participan en el intercambio ninguno se queda para recogerle, nadie se acuerda de monsieur Jacques y éste queda abandonado en mitad de la pista, obnubilado en su emoción.
Quedan muchos puntos oscuros en la historia de Ollivier, incluso su carácter afable y altruista puede generar muchas dudas ante las innumerables preguntas que suscita este apasionante relato. La historia del «lobo solitario» que salva al mundo nos hace desconfiar por el mero hecho de la imposibilidad de que una sola persona desconocida en una región tan recóndita como el sur de África sea capaz de desenvolverse e influir en un contexto de guerra abierta. Podemos sospechar muchas cosas: que monsieur Jacques es un agente secreto de la DGSE (Dirección General de Seguridad Exterior de Francia), un agente freelance pagado por varios de los actores en litigio, o que efectivamente logró tener esa influencia y hacerse valer como un amante de la paz totalmente desinteresado. Plot for Peace es una película sobre el final del apartheid contada en forma de documental, que a su vez es un thriller político, pero también es la nebulosa historia de Jean-Yves Ollivier, un hombre, ahora un mito viviente, y algún día una leyenda, y sólo por eso ya vale la pena el visionado de esta cinta: tensa, imparable y esperanzadora.
