Lo que esconde Silver Lake (Under the silver lake) poster

Crítica de Lo que esconde Silver Lake (Under the Silver Lake), una película de David Robert Mitchell

Título: Lo que esconde Silver Lake (Under the Silver Lake). Año: 2018. País: Estados Unidos. Director: David Robert Mitchell. Reparto: Andrew Garfield, Riley Keough, Callie Hernandez, Topher Grace, Jimmi Simpson, Riki Lindhome.

Lo que esconde Silver Lake (Under the Silver Lake) dejó con la boca abierta -para mal- a muchos espectadores que esperaban que su director, David Robert Mitchell, repitiera una película fantástica como fue la terrorífica It Follows (2014). Lejos de repetirse, el realizador norteamericano trajo bajo el brazo un filme diametralmente opuesto a aquella deconstrucción del género slasher que fue It Follows.

En Lo que esconde Silver Lake (Under the Silver Lake), James Garfield interpreta a un joven aburrido y en paro que se sumerge en una investigación detectivesca tan absurda como sorprendente. Lo que esconde Silver Lake es una película formada por un conglomerado de pequeñas historias trufadas de sorpresas, de códigos de nuestra cultura popular, quizás muy rebuscados y difícilmente interpretables por el público más joven. El protagonista va buscando aquí y allá, hallando referencias y pistas en los sitios más inverosímiles -en un disco reproducido del revés o en un cartón de cereales -, y es que al final, en Lo que esconde Silver Lake lo importante es el camino, y no la resolución. Cuando esta llega, el espectador puede sentirse un poco decepcionado ante la pequeñez de la misma, desproporcionada por una compleja y felizmente absurda trama de más de dos horas de duración. Como decimos, lo importante es el camino del protagonista, la comedia de su vida y de la fauna que le rodea en ese L.A. noir que destila sabor a Hitchcock -otra de las referencias en uno de los puntos de inflexión de la película.

Lo que esconde Silver Lake (Under the Silver Lake) con Andrew Garfield

Los personajes de Lo que esconde Silver Lake son puramente paródicos. Comenzando por el de James Garfield, detective amateur que se mete en un monumental embrollo por las ganas que tiene de consumar una relación sexual con su vecina, hasta la banda organizada de vagabundos y pasando por el estrafalario grupo de pop gothic, The Jesus and the Brides of Dracula. La edad media de la mayoría de estos personajes es de treinta años, generación previa a la milenial, aunque la ambientación tiene un notable sabor vintage, como si la ciudad de Los Angeles se hubiera quedado varada en los años sesenta, pero la cultura popular hubiera seguido avanzando hacia nuestros días. Y, sin embargo, la generación milenial no hace acto de presencia, queda relegada, oculta, no ofrece un ápice de nostalgia ni de romanticismo a Lo que esconde Silver Lake; a esta película le hacen falta emociones digitales y sí emociones animales, impulsivas, instintivas, sexuales y, como no, absurdas.

Dejarse seducir por Lo que esconde Silver Lake es todo un disfrute. Olvidémonos de donde nos conduzca la película y quedémonos con las sensaciones, con las aventuras episódicas que el personaje de James Garfield vive a modo de cómic –Lo que esconde Silver Lake está repleta de referencias comiqueras- y pasaremos dos horas y pico del tirón, sin enterarnos y disfrutando de lo lindo. David Robert Mitchell se ha arriesgado muchísimo a la hora de afrontar un título que le hará ganar el odio de los que un día le idolatraron por It Follows, pero ha dejado una gran película para la posteridad que merece ser disfrutada sin complejos.

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