Liquid Sky: Hard Cassio, dolores de cabeza y mucho androginismo
Título: Liquid Sky. Año: 1982. Duración: 112 min. País: Estados Unidos. Director: Slava Tsukerman. Guión: Anne Carlisle, Nina V. Kerova, Slava Tsukerman. Música: Brenda I. Hutchinson, Slava Tsukerman. Fotografía: Yuri Neyman. Reparto: Anne Carlisle, Paula E. Sheppard, Susan Doukas, Otto von Wernherr, Bob Brady, Elaine C. Grove, Stanley Knapp, Jack Adalist, Lloyd Ziff. Productora: Z Films.
AVISO PARA NAVEGANTES: En esta crítica aparecen repetidas varias veces palabras como subnormal, mamada, coño, dildo, enculada, piscina de lefa y otros tecnicismos similares. Si os ofenden estas cosas podéis iros a meter jaco-caballo de toda la vida, que yo sigo a lo mío. Y no, no conozco a ningún dealer.
Últimamente me he fijado que está de moda la subnormalidad profunda de la gente o el postureo en eso de glorificar films que no valen ni para provocar diarrea cuando estas estreñido. En este caso (¿Cassio?) recomiendo encarecidamente a mis lectores que si por alguna casualidad a alguien le apetece comentar las “virtudes” de este film, directamente se ponga un bozal para que no se le escuche, o se recorte bastante los dedos para que no pueda ni postearlo por Internet.
Bajaos mejor porno y ya.
Con un 6.1 en la IMBD y una nota sobresaliente en Rotten Tomatoes, podéis imaginaros lo sobrevaloradísima que esta. Me atrevo a decir que Liquid Sky es la puta mierda más grande jamás rodada. Sé que he dicho la frase “Puta mierda más grande jamás rodada” tantas veces que ya casi no tiene sentido, pero ahora mismo estoy hablando muy en serio.
Todos sabéis a estas alturas del juego que llevo buscando el Santo Grial de la caspa putrefacta desde hace unos buenos veinte años, y por ello suelo aceptar recomendaciones. En este caso mi buena amiga catalana Irene me recomendó semejante mierda y la deje en cola de descarga (Ni de coña pago por esta deyección), para cuando estuviese especialmente aburrido. El tráiler que venía junto al texto de mi amiga, no podía ser más bizarro y absurdo. Pichicolorines “elesedéticos” provenientes de más allá de Orion, actores con grave retraso mental disfrazados de bailarina, mujeres correteando con trajes de Ágata Ruiz de la Prada de cuando esta malfollada y lo más impactante, un montón de focos orgiásticos puestos al tun tun, sin ton ni son.
Y mucho Hard Cassio.
Es difícil pensar en algo coherente que decir y por supuesto es difícil imaginar que vas a tragarte algo coherente.
Liquid Sky es una marcianada descomunal, aparentemente desfasada (incluso para el año que se estreno) y, sin duda, un desastre pretencioso de alto calado hecho a posta como tortura para sustituir a la Doncella de Hierro. Por tanto la película es un apestoso aquelarre andrógino que va echando escenas y más escenas rollo videoclip ochentero para ver quien tiene los huevos más grandes y se la traga entera. De momento el record de mis amigos anda por los 15 minutos.
El director de esta bizarrada sin sentido que es Liquid Sky es Slava Tsukerman, un desastre de persona expulsada de la URRS (Como Ayn Rand) y autor de documentales completamente desconocidos como Russians in Jerusalem, Stalin´s Wife ó Moscow Doesn´t Answer y películas como: Vaudeville on Vaudeville, Poor Liza y Perestroika. Ninguna de estas producciones ha sido traducida al castellano por suerte, y creo que si todas son como Liquid Sky ese suplicio que nos ahorramos. En cuanto a los actores poco hay que decir, porque ninguno sabe actuar que digamos. Suelo hablar de actores no de coleguillas del director que han entrado en el film gracias a una buena corrida o enculada o tras tirarse dentro de la piscina olímpica de lefa que tenia en su casa el Stalinista este. A destacar de la gente que se pasea por los sets de rodaje tenemos a Anne Carlisle (Buscando a Susan Desesperadamente, Cocodrilo Dundee, The Suicide Club, Bum Rap), Paula E. Shepppard (Comunión), Jack Adalist (Escudos Humanos, Rehenes del Odio, El Mensajero del Infierno, En Poder del Islam, Enigma La Verdadera Historia de Uri Geller, esta ultima hasta me la inyectare por vena porque me cae de culo Uri Geller) y cuanta gentuza random os podais imaginar.
En un mundo en el que la gente en vez de saludarse te pide directamente drogas o follar como locos, nos encontramos con Margaret (Anne Carlisle), una imbécil modelo andrógina, bisexual, maquillada como David Bowie en Aladin Sane y ninfómana anorgásmica que actúa erráticamente sin leerse el papel higiénico que usan de guion. Margaret dedica su vida a consumir drogas, cagar y mear además de asistir a extrañas bacanales donde el sexo, las drogas y la música midi de los primeros sintetizadores digitales de los ochenta, hace que en los primeros veinte minutos de película te den ganas de cerrar el chirinquito (Juro que es la única película que me ha producido un tremendo dolor de cabeza y anal). La surrealista performance musical que se marca Paula E Sheppard en una discoteca ya nos avisa de que no vamos a ver una película normal o tan siquiera decente. Las correrías sexuales de la retarded esta pronto capta la atención de un platillo volante del tamaño de un plato de postre, que descubren que el orgasmo humano es mucho más satisfactorio que la heroína. A su vez la imbecil se da cuenta de que algo está pasando a su alrededor, la gente que folla con ella palma de maneras ridículas, pero Margaret nunca muere, lo que le lleva a pensar que tiene el poder de «matar con el coño» . Paralelamente un Carl Sagan de palo alemán intenta descubrir qué puñetas está pasando, ya que se ha leído el guion y no tiene ni idea de lo que sucede.
¿El Paraíso? ¿El Infierno? ¿O la Puta Mierda?
No soy capaz de entrar en híper-estado para seguir recordando Liquid Sky , porque es algo tan jodidamente bizarro y gilipollas que no sé si enfadarme o deshuevarme (imposible reírse viendo este cagarro).
Los efectos especiales son bastante salchicheros y consigue darle un aspecto más penoso y patético al film. Los pichicolorines que nos muestran como los extraterrestres entran en el cerebro humano y extraen lo que sea para alimentarse, son directamente epilépticos, parecen videocreaciones de arte pop para ir a la moda y parecer mas guays, dando más vergüenza y migrañas que otra cosa. El platillo volante de Liquid Sky parece sacado de una pelicula de la Empire o la Full Moon (O directamente parecen dos platos puestos boca abajo con un neon LED cutre) y las escenas en las que los extraterrestres hacen desaparecer los cadáveres, con una stop motion rudimentaria y cutre también dan ganas de apalizar a toda persona implicada en el proyecto.
LA BSO de Liquid Sky a su vez es un gran desastre creado por el mismísimo Slava, entre mamada y mamada para pagarse el film (esos 500000 dolares le costo y un montón de lefa en la boca y muy poca almeja para compensar.) La Banda Sonora que haria que Basil Poledouris se levantara de su tumba para obligarle a hacerle una mamada a su cimbrel putrefacto, esta creada con el primer sintetizador de la historia, el FairLight CMI. Un portentoso desastre que parece hecho por un niño de cinco años subnormal, borracho, en coma, lleno de LSD y privado de al menos sus cinco sentidos.
La New Age y el androginismo nunca dio tanta pena, y dan ganas directamente de mandarlos a la mierda.
Y ya sé que cuando mandamos a alguien a la mierda, lo hacemos sin imaginarnos un lugar concreto. Básicamente, “Vete a la mierda” es una frase hecha, tan inconscientemente usada que fuera de su contexto carece totalmente de significado. Pues bien, ese “la mierda” es un lugar que existe y Liquid Sky da buena cuenta de ello. La Mierda es un lugar terrible. En él hay cráteres, dildos de estropajo, cosas nazis por ahí pululando, tascas cutres y películas desastre. En ese mundo, Slava Tsukerman es el rey y todos los subnormales le obedecen. La única cosa en claro que puedo sacar de esta película es que es de las cosas más gilipollas y bizarras que me he echado a la cara jamás. Puro delirio cinematográfico sin sentido ni guión. Si hay una intención o un mensaje (interpretable de mil maneras según le dé a los sabiondos gafapastosos con los que hables de cine), en Liquid Sky no hay ninguna pretensión. Ni monetaria ni artística. La única explicación es que Slava Tsukerman se despertó una buena mañana al lado de Buba y su retranca marrón y se dijo “Voy a rodar la gilipollez más grande que se me ocurra. Y no sólo va a ser gilipollas, va a ser en ciertas ocasiones repugnante.”. Y no sólo cumplió su objetivo, sino que además el muy subnormal se llevó premios en festivales de cine como en Montreal en el 82.
¿Por qué premian a estas basuras como Liquid Sky en lugar de censurarlas y matar a los creadores? Es una cosa que nunca sabré, en serio. Además la protagonista en una entrevista reconoció que accedió inmediatamente a interpretar a este personaje porque:“Me interesan los personajes con graves deficiencias psicológicas” . ME CAGO EN LA MADRE DEL…
En fin que como podéis comprobar Liquid Sky es una turulez infecta llena de un oscuro vacío de contenido, inconexo, rodado con calidad de psiquiatrico de Arkham, fotografía mierdera y que te deja un sabor a defecación de gato en la lengua difícil de quitar. Ni con gárgaras de lejía te lo quitas.
Pero la historia lejos de acabar parece que vuelve a la carga. Aquí puedo dejaros la entrevista del camarada este que ofreció en 2014 cuando le dio un dia por salir del cajero automático en el que suele vivir: http://www.theawl.com/2014/02/the-liquid-sky-sequel-is-coming
Esta conversación informal desvela que quiere hacer una SECUELA en la actualidad y que oye, que fliparás en colores sin pagar LSD nunca más. Si eso leérosla que es de traca y muy señor mío.
Que los ochenta serán irrepetibles lo sabemos todos, lo que espero que no se vuelva a repetir este esperpento de Liquid Sky.
