Segundo post que dedicamos a repasar lo que hemos visto en el Festival de Sitges 2017. Han sido muchos los títulos proyectados y hemos intentado ver un poco de todo. Al final hay un exceso, creemos, de cine oriental, con resultados desiguales. Pero destacamos películas tan interesantes como La Piel Fría, Brimstone o La Villana. También tenemos presentes obras más experimentales como Laisser Bronzer les Cadavres, del tándem Catttet-Forzani. Los asesinos en serie también están presentes en Strangled y My Friend Dammer, así como el documental sobre el cruel caníbal japonés Caniba. Queda servido un menú fantástico que no tiene desperdicio, ahí va.

LA PIEL FRÍA, de Xavier Gens

la-piel-fria-posterLa televisión pública española colabora en esta cinta de gran presupuesto dirigida por el en otrora tótem del cine extremo francés, Xavier Gens. Basada en el libro de Juan José Pignol, La Piel Fría (2017) estremece al espectador con su cuidada puesta en escena y un libreto fiel al estilo del libro original, un verbo romántico y ensoñador. Por otra parte, nos recuerda también a la obra de Mark G Hodson, La Casa en el Confin del Mundo, con la que comparte una estructura narrativa muy similar.

El apartado de efectos especiales es sobresaliente y dota de gran credibilidad a la acción. El equipo de maquillaje y efectos digitales crea un ejército de seres acuáticos que no desmerecen la pantalla grande. Aura Garrido interpreta a uno de estos seres; si bien su aspecto se camufla entre capas de prótesis y maquillaje, ha hecho un trabajo sobresaliente en su gesticulación y maneras.

La Piel Fría es todo un acierto y una propuesta muy estimulante, no sólo para el aficionado al cine fantástico, también para aquellos que gustan de aventuras románticas y exóticas.


OUTRAGE CODA, de Takeshi Kitano

Outrage-Coda-POSTERNada nuevo en el horizonte en Outrage Coda (2017) que distinga a aurora garridoesta tercera entrega de las vicisitudes del yakuza Otomo de sus predecesoras. Takeshi “Beat” Kitano vuelve a encargarse de la escritura del guión, la dirección y la producción de la última parte de la franquicia Outrage.

Seguimos con los mismos tópicos que la caracterizan: guerras de bandas, nihilismo, tiroteos, lances de honor y una estética muy cuidada. La acción se hace esperar bastante pero llega de manera contundente. Aún así nos quedamos con una sensación de dejá vu bastante incómoda, su embrollado guión nos confunde y nos lleva a desapegarnos de la narración. En fin, Outrage Coda es así, como las otras dos Outrage, y Kitano nos presenta un producto de mera explotación que le hace permanecer en el candelero del cine de acción japonés y sustentar su reputación como relator actual del cine yakuza.


THE MAUS, de Gerardo Herrero Pereda

maus-POSTERThe Maus (2017) ha sido muy incomprendida por el publico. Quizás no es un título muy apropiado para la sección oficial puesto que requiere de cierto entendimiento del contexto donde se desarrolla la historia y del objetivo del realizador. Este drama posbélico que pone el foco en la guerra de los Balcanes contiene un argumento universal, el del horror de la guerra y las consecuencias para sus supervivientes y las generaciones venideras.

La cinta de Gerardo Herrero Pereda cuenta con una excelente fotografía y una entrega total de los actores que la interpretan, sólo cuatro en sus principales papeles. El realizador logra crear una extraordinaria atmósfera de horror con muy pocos medios y un clima de desasosiego que trasciende la mera impresión para transformarse en un reflexión severa de los temas que aquí se manejan. El público quizás esperaba un tiroteo final o alguna conclusión en la que el gore envolviera la pantalla, eso era lo fácil, The Maus está muy por encima de todo eso.


BLACK HOLLOW CAGE, de Sadrac González-Perellón

black-hollow-cage-posterLa ciencia ficción puede adoptar muchas formas y Black Hollow Cage (2017) es una propuesta meritoria en cuanto a eso, la forma. Sadrac González-Perellón, su realizador, apuesta por un ritmo pausado, por unos escenarios minimalistas a la par que vanguardistas.

El argumento de Black Hollow Cage se desgrana lentamente y nos habla de un futuro en el que las relaciones entre los humanos se han vuelto muy frías y los adelantos tecnológicos nos permiten suplir a las personas desaparecidas. Buena idea de entrada que sirve de puntal al argumento, una historia de venganza. También hay otra sorpresa, argucia que resulta ser uno de los pilares de la narración. Sin embargo, estas ideas se agotan por su escaso desarrollo y por la insistencia en un tono frío y distante que no logra sino hacer desconectar al público, desconexión que el autor insiste hasta el último minuto.

Quizás el realizador sabía de antemano la reacción del público y se curó en salud, prácticamente pidiéndonos perdón por lo que íbamos a ver.


LA VILLANA, de Jung Byung-Gil

la-villana-posterLos primeros diez minutos de este remake coreano de Nikita, de Luc Besson, son impresionantes, consisten en una secuencia de acción con cámara subjetiva. Una vez pasada esta feroz tormenta la película comienza a desarrollar el consabido guión de Nikita pero introduciendo más personajes y numerosos giros en la narración que no estaban incluidos en la cinta original, quedando su metraje en un total de dos horas y media de duración.

Los puntos fuertes de La Villana (2017) son las secuencias de acción, aunque tampoco hay tantas. Le sobra carga melodramática que extiende el guión hasta un número de páginas insufrible y confuso en muchas ocasiones. No obstante hay que reconocer el mérito a Jung Byung-Gil de haber conseguido los mejores momentos del cine de acción de 2017. Si hemos comentado que la secuencia de arranque era muy buena, la de finalización es una muestra de la creatividad de las ideas del equipo de producción y de la maestría de su director para rodarlas. El cine coreano nos vuelve a maravillar por su atrevimiento aunque, en esta ocasión, el resultado no haya sido tan bueno como el esperado.


BRIMSTONE, de Martin Koolhoven

brimstone-posterPor fin llega lo mejor de la cosecha del 2017 con la excelente pelicula Brimstone (2017), dirigida por el aquí desconocido Martin Koolhoven. Brimstone es un western con letras mayúsculas, un ejercicio de arte cinematográfica que lidia, no sólo con lo fantástico y con los tópicos del género, su factura es impecable y los actores principales, Guy Pearce y Dakota Fanning, conforman un impagable tándem en esta historia de venganza, lujuria y violencia mezclada con unas omnipresentes referencias bíblicas y sonoros ecos a la mítica La Noche del Cazador, de Charles Laughton

La lista de neowesterns se ve ampliada con esta propuesta en la que lo fantástico está presente en cada uno de sus latidos, de las frases de su guión, que nos transporta a aquellos momentos de la creación de Estados Unidos y su cimentación de sus bases ideológicas y religiosas. Es lento, su duración es de dos horas y media pero pasan rápido y aún nos quedamos con ganas de mucho más.


MY FRIEND DAHMER, de Marc Meyers

my-friend-dahmer-posterLa desventaja de ver My Friend Dahmer (2017) sin haber ojeado la novela gráfica en la que se basa es grande y peligrosa puesto que nos lleva a juzgar a esta película como un ramplón ejercicio de acercamiento al perfil del Carnicero de Milwaukee. Marc Meyers ha realizado una fiel adaptación del texto original al que ha sazonado de mucho sentido del humor (macabro), muy soterrado y casi intangible, pero presente. La historia se centra en las raíces de las psicopatía de Jeffrey Dahmer, retratando su entorno con gran elegancia y respeto: su familia es disfuncional, él es uno de los frikis del colegio y su homosexualidad está soterrada por las convenciones sociales, su vía de escape es la colección de cadáveres de animales muertos disuletos en ácido, afición a la que poco después se sumará la de la vivisección.

Marc Meyers trata con respeto a Dahmer y a su entorno, evitando juzgarles moralmente y pasando muy de puntillas por cualquier detalle gore que pudiera derivar la película hacia un espectáculo exhibicionista. A pesar de eso, My Friend Dahmer se repite demasiado a sí misma, redundando en la relación del futuro asesino con su familia y sus problemas escolares. Si eso figura en la novela como parte indisoluble de su guión, no se discute, pero la adaptación al cine debe contar con algo más de agilidad y altibajos que modulen el tono de la cinta.


LAISSER BRONZER LES CADAVRES, de Hélène Cattet y Bruno Forzani

laissez-bronzer-les-cadavres-posterSin abandonar un estilo visual propio y muy identificativo, el dúo belga abandona los territorios del giallo para recrear un neowestern de aroma mediterráneo, Laisser Bronzer Les Cadavres (2017), una película que también nos remite al poliziesco italiano de los años 70 pero que finalmente ubicamos en lo formal dentro de la geografía del western a la italiana, todo un potaje que solo podría salir bien en manos de ambos directores al imprimir su peculiar estilo visual.

Un grupo de criminales atraca un furgón blindado que transita la carretera de una región de localización desconocida a orillas del Mediterráneo. Los ladrones se refugian, junto a otras personas, en un pueblo derruido. La aparición de dos agentes de policía harán que comience una ensalada de tiros que durará una noche entera. Sacar tanto provecho visual de un tiroteo tiene su mérito. El dúo de directores vuelve a la carga con nuevos experimentos de videoarte y exhibición visual que va mucho más allá de los aspectos narrativos de la historia. Esta nueva entrega de Cattet y Forzani les reafirma como cineastas peculiares, dueños de un universo propio que, ojo, puede que algún día les engulla.


SALYUT-7, de Klim Shipenko

Poster-Salyut-7Muy correcta pelicula de ciencia ficción, Salyut-7 relata la operación de rescate de la estación espacial Salyut-7 por parte de los cosmonautas rusos en plena Guerra Fría. Quizás contada con bastante ingenuidad, pero desde luego no falta al respeto al espectador en ningún momento. El joven Klim Shipenko se pone al frente de esta producción que esconde más de lo que muestra, como esos dieciocho minutos rodados en atmósfera cero, como merece cualquier buena epopeya espacial.

Salyut-7 (2017) es una de las escasas cintas de ciencia ficción presentes en el festival. No es culpa de los organizadores sino de las circunstancias del mercado. Está claro que la presencia de la ciencia ficción y, concretamente, de la space opera, se ve afectada cada día más. Los elevados presupuestos que exige y los dudosos resultados comerciales del género merman la cantidad de títulos que llegan a nuestra pantalla, una pena.


ARDER, de David González Rudiez

arder-posterLa sección Noves Visions Plus es la más experimental y arriesgada del festival. Una de las cintas proyectadas es la de David González Rudiez, con el título de Arder (2017). Con una producción mínima, sin voz o ruidos ambientales ni score, describe la aventura de un indigente que, ayudado por una cantidad de objetos mágicos, emprende un su propio via crucis por la madrileña M30. El resultado puede ser muy estimulante para los aficionados al video arte, si es que esta pieza puede ser calificada de ello, pero al público en general le parece simplemente una sobrada por lo escasa de su propuesta y por el extremo minimalismo de los resultados.

Podría ser arriesgado realizar una película de este tipo, pero el riesgo siempre depende del contexto en el que se proyecto. En este caso, el único riesgo que la productora y el realizador corrían era nulo puesto que era responsabilidad del festival responder ante los 10 € que valía la entrada para contemplar un espectáculo tan marginal y vacío.


INDIANA, de Toni Comas

indiana-posterQue los talentos patrios tienen que salir fuera para encontrar un entorno favorable para desarrollar sus ideas es un hecho más que demostrado, y como testimonio tenemos en el festival a Toni Comas, director de la muy independiente Indiana (2017). Esta cinta contiene gran multitud de defectos, tales como un ritmo excesivamente lento, una elongación de la duración de los planos hasta el infinito y una puesta en escena muy básica. A pesar de que parezca que no pasa nada en casi toda la película y llegue a aburrir solemnemente en muchos de sus momentos, queremos destacar la ingenuidad y el amor con el que esta hecha, factores ambos que se contagian a los personajes, unos cazafantasmas white trash que se hacen llamar así mismos Spirit Doctors, y que recorren el estado de Indiana ayudando a las gentes humildes que quieren deshacerse de espíritus y demonios. Igual que en el caso anterior, la entrada de 10 € no justifica lo que el espectador tiene en la pantalla, pero al menos hemos disfrutado de una historia entrañable y empática.


A DAY, de Cho Sun-Ho

a-day-posterOtro thriller coreano a la saca, y de los menos afortunados. Ensalada de nombres initeligibles para un espectador occidental, acción en bucle para mayor confusión, sobreactuación, en fin, todos los tópicos inapelables del cine coreano pero llevados a una dimensión poco exportable y aún menos complaciente para los presentes en la sala. Esto nos lleva a reflexionar sobre la conveniencia de programar cualquier tipo de título oriental que los seleccionadores del festival tengan a mano. Pero esto lo dice un servidor, que ya con A day (2017) cumplió su cupo de cine oriental en el festival, el caso es que gran parte del público aplaudió entusiasmado y se lo paso pipa, otra parte salió con la cara muy larga. Son las cosas de una programación muy extensa y que pretende ofrecer una panorámica demasiado exhaustiva.

 


CANIBA, de Lucien Castaing-Taylor, Verena Paravel

caniba-posterDefinitivamente es la película escándalo del festival. Caniba (2o17) no es exactamente una película sino un documental. Se proyecta por la tarde en el Auditorio, con un aforo solo completo hasta la mitad y un trasiego de público hacia la salida que quizás pudo deberse a una narración de ritmo lento pero quizás a la propia temática del documental que invitamos a leer en cualquier portal de fichas de películas.

El documental está rodado en super primer planos, incidiendo una y otra vez en mostrar con detalle el rostro del protagonista del mismo, un pervertido japonés que asesinó y devoró a una estudiante de la Sorbona. Azares de la vida, el caníbal está vivo y habita en Japón, su tierra natal. Aparte de eso hay algunas sorpresas que no desvelaremos y que se las dejamos al público. ¿Moralmente reprobable o no? El caso es que todas las miradas que se dirigen al caníbal están llenas de compasión y su rostro refleja un severo sufrimiento interior. Dejamos los juicios para los lectores que se acerquen a su visionado, sin duda una experiencia dura e inquietante. El cine fantástico está poblado de personajes de ficción que son asesinos, violadores y caníbales, pero que el aficionado lo vea como eso, ficción, es una cosa, y entrar en contacto con un verdadero monstruo es otra muy distinta.


A GHOST STORY, de David Lowery

Si el cine de terror puede ofrecer una historia sensible y entrañable, A Ghost Story (2017) es la película que acertará en la diana. No vamos a ver fantasmas creados digitalmente ni rostros cadavéricos sumidos en agonía, los fantasmas de A Ghost Story son los clásicos fantasmas de los cuentos infantiles, cubiertos con una sábana blanca y dos agujeros negros donde deberían estar los ojos. Sin embargo, y a pesar de esta apariencia pueril, los espectros sufren y lloran, lo vemos en su interior, bajo ese aspecto inocente y cándido, ese es uno de los principales méritos de la película de David Lowery, el haber conseguido tamaña expresividad desde un punto de partida tan sencillo y minimalista.  A Ghost Story es una fábula fantástica sobre la soledad, la esperanza y el aislamiento, una cinta que apela a sentimientos tan humanos que no ha pasado inadvertida para el público. Aquellos que esperaban otro cuento gótico de seres de apariencia escatológica se han visto decepcionados, pero debemos pensar que el fantástico adopta muchas formas, y ésta es una de ellas, completamente original.


THE LODGERS, de Brian O`Malley

the-lodgers-posterCinta elegida para la clausura del Festival de Sitges 2017, The Lodgers (2017) supone un punto de inflexión para la carrera del realizador irlandé Brian O`Malley, (ir)responsable de la catastrófica Let us pray (2014). The Lodgers es un cuento gótico ambientado en un decadente caserón victoriano, sus puntos fuertes son la acertada ambientación y la interpretación de sus actores principales. También contiene un ambiente malsano, habida cuenta de una historia de incesto y perpetuación de una casta social enferma y decadente. Como buena película de horror gótico tiene esas escenas memorables aunque no puede evitar caer en algunos momentos granguiñolescos. Correcta y llevadera sin más, se le augura una buena carrera comercial a este filme irlandés.

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