Año: 2012. Duración: 91′. País: Argentina. Director: Santiago Fernández Calvete. Guión: Santiago Fernández Calvete. Fotografía: Darío Sabina. Reparto: Guillermo Arengo, Mauricio Dayub, Germán de Silva, Agustina Lecouna, Tomás Lizzio.
La buena salud de la que goza el cine de género latinoamericano se comprueba año a año en la llegada de un buen puñado de títulos que, sin ser pretenciosos o contar con un gran aparataje de producción, llegan a constituirse en pequeñas joyas del género. El tratamiento narrativo o argumental que exhiben estos filmes no está exento de localismos, todo lo contrario, remiten a una cultura autóctona, siempre en el marco de la contemporaneidad de sus respectivos países, pero también es cierto que la creciente homogeneización de los cánones por los que se rige el cine de género -fruto de la extendida globalización cinematográfica-, les lleva a «no salirse del tiesto» y a acabar filmando historias que se parecen mucho a las que se podrían ser rodadas en otros países. Quedan un poco atrás las referencias genéricas de títulos como la estupenda Bajo La Piel (1996), o ese clásico indiscutible que es la ópera prima de Guillermo del Toro, Cronos (1993), que cuentan con un gran carga de sedimento cultural de las antiguas civilizaciones sudamericanas. En estos momentos, el cine de género en el Cono Sur ha virado hacia el thriller en sus más variadas vertientes, pero siempre dentro de un esquema de producción que lo que permiten exportar de forma cómoda, e incluso ser susceptible de esos rentables «remakeo» en Hollywood. Títulos como La Casa Muda (2010) o Somos Lo Que Hay (2010), ya ha sido víctimas de sus respectivas versiones para el mercado internacional; queda la posibilidad de que la estimulante (a ratos) El Páramo (2011), lo sea en breve.
En este contexto de producciones modestas, pero sin duda interesantes, y entre los títulos que llegaron el año pasado a deleitar los paladares de los aficionados, la película argentina La Segunda Muerte (2012), firmada por Santiago Sánchez Calvete, se erige como puntal de una industria que está despegando a los cielos del éxito. La Segunda Muerte cuenta una historia de tintes sobrenaturales enmarcada en una trama policial. Es un thriller, pero también es una película que da de lleno en la diana del género más canónico: una policía, un niño con poderes psíquicos, apariciones marianas, cadáveres que parecen afectados por la «combustión espontánea»; todos estos ingredientes nos sitúan en las coordenadas de una historia a priori atractiva, y a pesar de que el realizador de la cinta se haya empeñado en desvincular su obra del corsé del género en cada entrevista que le han realizado, los resultados están ahí, desmintiendo la intención de su creador.
En una entrevista concedida al portal argentino Escribiendocine.com, Santiago Fernández relata el curioso orígen de su película. la semilla del guión de La segunda muerte se remonta a una cena de amigos en la que uno de los comensales era un ferviente católico. En plena sobremesa, los invitados empezaron a explicar historias de terror, de fantasmas, de ovnis… y el invitado católico insistía en afirmar que él estaba muy tranquilo porque se sentía a salvo de todos estos fenómenos paranormales. Su fe inquebrantable en Dios y en la Virgen María le mantenían a salvo de dichas amenazas. Y fue entonces cuando Calvete le comentó que a él, más que tranquilizarle, la aparición de una mujer que llevaba muerta más de 2.000 años le aterraría. Una conversación banal que culminaría con el guión de La Segunda Muerte cuatro años más tarde.
Calvete rueda con una fotografía de colores grises, cenicientos, que sólo exhiben su potencia visual en determinadas secuencias, hábilmente escogidas por el director para resaltar algunos momentos de la historia. Este tratamiento no sólo es efectivo para el engranaje narrativo de la película, también dota a esta modesta producción de un mayor efectismo sin que eso suponga la intervención adicional de efectos especiales, aunque por ende, este recurso suponga la pérdida de cierta espectacularidad en el momento de los crímenes o en la aparición de los cadáveres calcinados de forma misteriosa.
La historia trastabilla en sus últimos momentos. Se apresura a dar una explicación a lo sucedido, y varias narraciones en flashback ubicadas en espacios temporales diferentes intentan liquidar a toda prisa lo que había sido una trama que necesitaba con cierta urgencia, pero también cierta paciencia, de una resolución convincente. No obstante, estos últimos diez minutos no desmerecen a esta película notable, de interesantes personajes, y que mezcla de forma hábil elementos de género difíciles de acomodar en tan sólo hora y media de cinta.
Sin duda, La Segunda Muerte, ya es un referente del cine de terror latinoamericano del pasado año, junto al interesante remake de la española Quién Puede Matar a un Niño (Come Out and Play, 2013), firmado por el mexicano Makinov. ¿Qué tendremos para 2013? La respuesta está en el cercano Festival de Sitges, certamen por el que pasó La Segunda Muerte y todas las películas mencionadas en este artículo; sólo hay que mirar la programación y hacer apuestas.
Nuevamente la editora de cine independiente CAMEO se ha llevado el gato al agua con la edición en DVD de La Segunda Muerte, un título que merece estar en las estanterías de nuestras colecciones por sus valores cinematográficos, y también por lo que aporta al imaginario fantástico latinoamericano, una filmografía que cada año se supera a sí misma
FICHA DEL DVD DE «LA SEGUNDA MUERTE»
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