¿Era necesaria una precuela de La Cosa (The Thing, 1982)? La respuesta es sí. La película de John Carpenter dejó incógnitas abiertas referentes a su continuidad, y también al origen del alienígena que devastó la base científica norteamericana en aquella película. Y hay otra razón peso; la que finalmente decidió a la Universal a poner en marcha el proyecto de una precuela casi treinta años después del rodaje de la película de Carpenter. Sabían que el público deseaba una continuación de esta obra de culto y el éxito en taquilla estaba asegurado. La esperada cinta, La Cosa (The Thing, 2011), ya está en nuestras pantallas, aunque contra todo pronóstico la película no aún no ha rentabilizado su coste –igual que sucedió en 1982-. Ahora podemos recapitular la historia de un proyecto que ya lleva más de sesenta años en marcha.

EL ENIGMA…¿DE OTRO MUNDO? el comienzo de un mito de terror contemporáneo

Año: 1951. Duración: 87’ Nacionalidad: EE.UU. Director: Christian Nyby. Música: Dimitri Tiomkin. Guión: Charles Lederer (Historia: John W. Campbell). Fotografía: Russell Harlan. Reparto: Kenneth Tobey, Margaret Sheridan, Robert Cornthwaite, Douglas Spencer, Dewey Martin, James Arness.

Hablar de La Cosa también significa hacer referencia al film señero y políticamente dirigido que fue concebido por Howard Hawks en la producción y Christian Nyby en la dirección, El Enigma…¿de Otro Mundo? (The Thing from another world, 1951). Existe controversia sobre si Hawks fue el auténtico director de  la película y que si durante el rodaje Nyby, protegido de Hawks, fue ninguneado por éste. De cualquier manera, los resultados apuntan a que Hawks pudo extralimitarse en sus funciones de productor e imprimir su sello como realizador, haciendo de menos a Nyby. Tanto da, pues aunque se haya convertido en una película de culto, esta cinta en blanco y negro no fue más que un producto comercial que hoy en día calificaríamos de serie B.

El Enigma…¿ de otro mundo? tiene una concepción fantacientífica muy lastrada por el peso de la guerra fría y los componentes fantásticos están al servicio de una lectura política que abarca desde el carácter de los personajes hasta aquel mensaje final, Watch the skies (Vigilad los cielos), referente a la amenaza comunista, que el cine norteamericano retrató varias veces como algo difuso e impersonal, ajeno al pujante sistema capitalista americano. Tal era la visión que Hollywood imprimió en el cine de género con usos propagandísticos. Cuando se menciona el posible origen del platillo volante, uno de los personajes dice: Pueden ser rusos, andan como sobre el polo como moscas. Es curioso que la acción de El Enigma…¿de otro mundo? transcurra en Alaska, que es territorio americano, y no en la Antártida donde Campbell había situado la acción.

Partiendo del relato ¿Quién hay ahí? (Who Goes There? 1938) de John W. Campbell, el guión de El Enigma…¿de otro mundo? cuenta la lucha sin cuartel de un grupo de militares y científicos que encuentran un platillo volante en Alaska. Al intentar sacarlo con cargas térmicas lo hacen estallar, pero logran rescatar al tripulante, un alienígena con el aspecto del monstruo de Frankenstein cuya biología es la de un vegetal que se alimenta de sangre humana. La suposición de que existan extraterrestres de aspecto humanoide reciclados a vampiros es del todo imposible, pero Hawks y el resto de productores optaron por esta visión comercial de la cinta, a la que aderezaron con unos militares que salvan al mundo –libre o capitalista claro, véase el mensaje final- y que no paran de hacer chistes. Este grupo está liderado por el Capitán Hendry (Keneth Tobey), que filtrea con la secretaria Nikki (Margaret Sheridan), una scream queen en apuros que traicionará a su jefe, el Dr. Carrington (Robert Cornthwaite) un científico con barba y pelo cano, que recuerda al retrato de un bolchevique, y que representa la razón y el ansia de conocimiento frente a la fuerza y la osadía de los militares. En definitiva, estereotipos de la época que alimentaban la cultura de la Guerra Fría.

Los personajes son del todo inverosímiles si los comparamos con los bragados hombres del remake de que se realizó en 1982. Además, la introducción de un personaje femenino más ocupado en hacer la guerra de sexos que en destruir al ente que les está masacrando, sitúa el film en coordenadas más cercanas a la comedia que al horror.

Si bien ha pasado como clásico, El Enigma…¿de otro mundo? es una cinta con una puesta en escena barata, como otros films de amenazas extraterrestres de la época, con más pretensiones comerciales que artísticas. Las virtudes de esta pionera propuesta del relato de Campbell están en que obras posteriores la tomaron como referencia para crear género. Esta mediocre película fue y sigue siendo un referente para lo que tenía que venir después, desde los puntos de vista formal y temático, cuando entonces no había cintas de mediana calidad en las que fijarse para la creación de películas en las que se relacionase al ejército, a la ciencia y los agresivos invasores de otro planeta.

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JOHN CARPENTER´S THE THING, una de las mejores películas de terror de la historia

Año: 1982. Duración: 108’. Nacionalidad: EE.UU. Director: John Carpenter. Guión: Bill Lancaster (Novela: John W. Campbell). Música: Ennio Morricone. Fotografía: Dean Cundey. Reparto: Kurt Russell, Wilford Brimley, David Clennon, Richad Dysart, Donald Moffat, Richard Masur, Keith David

En 1982, John Carpenter, realizador irregular que llevó a cabo lo mejor de su obra en esa década, concibe la revisión de El Enigma…¿de otro mundo? volviendo a la esencia del relato de Campbell pero creando una nueva historia.

La Antártida. Unhelicóptero de una base de investigación noruega persigue a un perro, al que disparan y arrojan granadas. El perro llega a una base norteamericana, donde la tripulación del helicóptero se enfrenta al equipo americano y fallece en la explosión del helicóptero. Empiezala pesadilla. El perro encierra un organismo alienígena capaz de imitar cualquier forma de vida que irá diezmando de forma horrible al contingente de la base. Unavisita a la base noruega desvelará el encuentro con un ser de otro planeta, de biología radicalmente diferente a la humana, que exterminó a los noruegos y ahora amenaza hacer lo mismo con los norteamericanos.

Con la vista puesta muy atrás, podríamos hablar de una referencia anterior a la del relato de Campbell, que influyó en la obra de éste de forma determinante. El relato de H. P. Lovecraft, En las montañas de la locura (In the mountains of madness, 1931) viene a ser el precursor de Who goes there? También una expedición en la Antártida descubre una civilización durmiente de seres parecidos a pólipos y con actitudes extremadamente violentas. Teniendo en mente la concepción polimórfica y primigenia del monstruo ideado por Campbell y el relato de Lovecraft, John Carpenter, realiza una versión más fidedigna y respetuosa. Tal y como menciona Campbell en su relato en la descripción del alienígena: “Nada podía matarlo. No tiene enemigos naturales porque se transforma en todo lo que quiere ser. Si le hubiera atacado una ballena asesina se habría transformado en una ballena asesina. Si ese ser fuera un albatros y lo atacara un águila se convertiría en águila”.

La Cosa (1982) es una actualización de la caduca película de Nyby. Es una película que moderniza  la utilización de algunos efectos especiales, obra del artesano Rob Bottin, ya que sin el trabajo de este técnico la cinta de Carpenter no sería lo que es. La Cosa tiene ahora una forma fungosa y blasfema, capaz de imitar cualquier forma de vida. Es una entidad de biología aberrante que ilustra perfectamente el monstruo del relato de Campbell, un monstruo lovecraftiano que usa apéndices y grandes agujeros con colmillos a modo de vaginas dentatas para atrapar a su presa y digerirla. Todas las increíbles y surrealistas transformaciones del alienígena y los efectos en los cuerpos que copia, mantienen un pulso constante con la incredulidad de los protagonistas, acertando en el tono de irrealidad que supone el encuentro con una entidad de otro mundo. Poco tiene que ver el humanoide dela pelícla Nibby/Hawks con el monstruo de Carpenter. “Los tres ojos frenéticos, llenos de odio, brillaban con fuego vivo, relucientes como sangre recién derramada, desde un rostro enmarcado por un nido repulsivo de gusanos que se retorcían de azules y móviles gusanos que se arrastraban donde había pelo”.

El escenario elegido para el rodaje fueron los gélidos páramos de Alaska, que simularon el continente antártico. Es ahí donde se desarrolla la historia, dentro de una base de investigación compuesta por funcionales edificios de madera. Pasillos, almacenes, laboratorio, perreras, dormitorios…estancias en las que se desarrollará la lucha contra el alienígena hasta que toda la base quede completamente arrasada. A la adecuada puesta en escena, tanto en interiores como en exteriores, hay que sumarle un notable trabajo de fotografía de las extensiones nevadas y de las escenas nocturnas. Y como en un puzle, para terminar de redondear la película, la banda sonora de Ennio Morricone y sus siniestros monotonos dan el ambiente adecuado a la historia, convirtiendo la andadura de los protagonistas en auténtico drama de horror, sobre todo cuando el who dunit se va resolviendo a base de monstruosas transformaciones y extremas violaciones a nivel celular. El ataque del extraterrestre consiste en la digestión y asimilación del organismo atacado, creando una carcasa de aspecto y comportamiento humano pero de interior monstruoso, una profecía de la nueva carne embebida en los complejos freudianos del monstruo interior del ser humano.

El personaje principal MacReady, está interpretado por Kurt Russel, por aquel entonces habitual del cine de Carpenter. Russel es un héroe de acción pero también aporta el dramatismo y la iniciativa suficiente para que sea verosímil el duelo final entre el alienígena y su personaje. El carácter político de los personajes cambia, ahora el representante militar de la base, Garry (Donald Moffat), es visto como un fascista reaganiano aunque también conserva un elevado sentido del deber y de redención personal. A todos los personajes se les adivina el cansancio del aislamiento: descuidan su aseo y hay rencillas entre ellos, son hombres duros enfrentados a una situación sobrehumana. Está claro que ni el alienígena es la versión marciana del monstruo de Frankenstein, ni los protagonistas son los aseados y bienhumorados personajes de la versión de 1951. La Cosa de Carpenter no tiene nada que ver con la de Nyby/Hawks, la versión de 1982 es una película redonda de verdad, una obra maestra del horror y de la ciencia ficción. Nadie hasta ahora ha plasmado de la forma que lo ha hecho Carpenter un encuentro tan extremo –¿y realista?- con un alienígena.

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LA COSA (2011) la esperada precuela, corren nuevos tiempos

Año: 2011. Duración: 103’. Nacionalidad: EE.UU. Director: Matthijs van Heijningen Jr. Guión: Eric Heisserer, Ronald D. Moore (Historia corta: John W. Campbell Jr.) Música: Marco Beltrami. Fotografía: Michel Abramowicz. Reparto: Mary Elizabeth Winstead, Eric Christian Olsen, Joel Edgerton, Ulrich Thomsen, Jonathan Walker, Dennis Storhøi, Kim Bubbs, Stig Henrik Hoff, Trond Espen Seim, Paul Braunstein, Jørgen Langhelle, Jan Gunnar Røise, Kristofer Hivju, Jo Adrian Haavind, Carsten Bjørnlund.

La Cosa (The Thing, 2011), película del novel Matthijs van Heijningen Jr. llega a las pantallas tras un lapsus de treinta años desde que Carpenter realizase su mítica película. Concebida como una precuela, pretende explicar los hechos ocurridos en la base noruega, antes de aquella escena ya clásica de la persecución del perro. La precuela quiere ahondar en el horror que desencadenó el descubrimiento del ser alienígena dentro del hielo, tomando como referencia los datos que aporta la película de Carpenter  y usando parte del argumento de la versión de 1951, como es el descubrimiento de la nave espacial, que por otro lado, ya se encontraba en cierta forma contenido en la versión de 1982.

Prólogo: un vehículo oruga con personal de una base de investigación geológica noruega atraviesa un páramo helado en la Antártida buscando el origen de una intensa señal magnética. Un miembro de la tripulación hace un chiste y de repente caen a una grieta desde la que se puede vislumbrar la estructura de algo parecido a una nave espacial. Más tarde, la paleontóloga Kate Lloyd (Mary Elisabeth Wistead) es contratada para desenterrar un espécimen encontrado en el yacimiento hallado por los geólogos noruegos. Tras ser desenterrado, la imprudencia del Dr. Halverson (Ulrich Thomsen), jefe científico de la expedición, ávido de poseer la exclusiva del conocimiento, despierta al alienígena, una criatura impía y blasfema que masacra y replica a todos los miembros de la expedición. 

En un principio, la película recuerda casi plano por plano la película de Carpenter. El trabajo artístico es el mismo. Los decorados de la base son prácticamente iguales y los pasos que va dando el guión remiten sin excusa a la versión de 1982, pero la resolución de algunas de las escenas va descubriendo otra película diferente, aunque en ocasiones sólo se deba a un giro del guión. Por ejemplo, el análisis de sangre de las víctimas mediante el contacto de las muestras a un cable caliente es sustituida por un examen de las piezas dentales. También hay aportes significativos que nos remiten a la saga Alien: el walkthrough por la nave espacial y la actitud de la protagonista, a la que se ha comparado erróneamente con la prototípica mujer hawkesiana. En realidad este personaje femenino está cercanamente emparentado conla Teniente Ripley de la citada saga Alien.

La Cosa 2011 también tiene un fuerte componente sexual; los ataques del extraterrestre son auténticas violaciones del cuerpo humano, penetraciones sexuales a nivel cutáneo, en consonancia con el estilismo de la nueva carne que exhibía la versión de 1982. Las transformaciones del extraterrestre son igual de viscerales aunque el regusto artesanal de aquel film ha sido sustituido por un aparataje digital que se deja notar en algunas ocasiones. Esta vez el monstruo se siente como en sucasa dentro la base y deambula de un lado a otro no dejando títere con cabeza y ofreciéndonos momentos de alto voltaje como el de la fusión de su cuerpo arácnido con el del científico Finch (Eric Christian Olsen) o el ataque de un brazo mutante a otro miembro dela base. Es ahí donde radica la diferencia entre la visión de Carpenter y la de Van Heijningen.La película actual se adecua a los tiempos que corren y está dotada de un tono más rápido y agresivo. El enfoque gótico de Carpenter ha sido sustituido por acción. Este efecto se aprecia no sólo en el tono de la cinta sino también en la banda sonora; queda lejos la partitura atmosférica de Ennio Morricone, que ahora ha sido sustituida por el score más rápido y estridente de Marco Beltrami.

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LA COSA 1982, la película que siempre estuvo allí

Queda haber pedido a Van Heijningen que hubiese asumido un mayor riesgo. Que hubiese aplicado una innovación del icono fantástico a niveles más fundacionales. El film funciona mejor cuanto más se acerca a su referencia. La consideración con la que está realizada La Cosa 2011 es agradecida por el aficionado al no traicionar la obra de culto, pero la poca personalidad que imprime Van Heijningen la lastran demasiado, a tal punto de que la mejor escena de la película es su epílogo; un capítulo que recrea de forma precisa el trabajo de Carpenter y sirve de bisagra –perfecta- para entroncar con La Cosa 1982, que al fin y al cabo es una de las mejores películas de fantaterror que se han realizado nunca, y de momento no habrá precuela ni secuela que la superen.

La Cosa 1982 empequeñece al ser humano. El duelo entre los científicos barbados y el ente alienígena se salda con una demostración de superioridad biológica y tecnológica; una muestra de la superioridad de otra forma de vida de aspecto horripilante y de moral inexistente –o mejor diríamos ajena a nosotros- que se permite el lujo de ningunear al terrícola y rebajarle al status de mera carne donde alojarse temporalmente sin ni siquiera importar la simetría con la que este ser se manifieste una vez liberado de la carne humana.

En la escena puente de la película de Van Heijningen, que se visiona entre los títulos de crédito y el score rescatado de Morricone, los humanos van perdiendo por goleada y si no ponen todo su empeño el alienígena se perderá entre los páramos helados buscando nuevas víctimas para multiplicarse. La desesperación de los hombres del helicóptero es más que patente, aún cuando llevan gafas antiventisca y no se les ve el rostro. Pero recordemos que esta escena es de Carpenter aunquela rodase Van Heijningen.Y así termina la precuela de la cosa, honrando a su predecesora de una forma inequívoca y recordándonos que más allá de nuestro entendimiento existe algo ininteligible y oscuro con lo que convivimos y cuya manifestación puede tener lugar en cualquier momento y de cualquier manera, dejando nuestros aires de grandeza enla nada. La Cosa, y más la versión de 1982, es horror cósmico, un choque brutal con lo desconocido que nos llevará a la locura y se apoderará de nuestra carne sin que nuestro enorme ego tenga sitio en un organismo que creíamos nuestro.

12 COMENTARIOS

  1. Me alegro que te gustasen las recomendaciones. Ayer vi una película uruguaya llamada La Casa Muda, que ha tenido mucho eco en festivales especializados. Está entretenida, con estructura de giallo y mucha oscuridad. Saludos!!

      • Si este año puede disfrutar bastante del festival y asistir casi todos los días, porque por una vez me coincidió bien con las vacaciones del trabajo. Otros años solo podía ir un par de días y me quedaba con las ganas de ver muchísimas cosas, espero que el año que viene me respeten las vacaciones los jefes y pueda disfrutar tanto como este año.

  2. Sinceramente…¡Genial artículo! Muy completo…The Thing el remake ya te comenté que me gustó pero prefiero la peli de Carpenter que veré dentro de poco en dvd y la clásica de 1951 que la tengo algo olvidada…saludos 🙂

    • Muchas gracias Toño!! Yo también tengo para repasar la peli de Carpenter, me encanta, es una de las mejores que he visto mezclando ciencia ficción y terror, mucho más que Alien. Ya empieza el festival de Toledo, te iré contando. Un abrazo.

  3. Pienso que La cosa de Carpenter está años luz por encima de la precuela de 2011. Ésta última podrá tener efectos digitales, pero la realización de Carpenter, el trabajo de los actores -muy por encima en la peli de 1982, no digamos el de Kurt Russell con su personaje lobuno- la música, el ritmo, el «crear ambiente»… vamos, que no hay color. Al final una buena película siempre es una buena historia y unas buenas interpretaciones… lo demás son fuegos artificiales. Saludos y gracias por el estupendo blog.

    • Sin duda, la frescura de la película de Carpenter es inigualable. Creo que una precuela era necesaria pero se arriesga demasiado poco y no logra ser una película genuina, a medio caballo entre el clásico y la modernidad digital. En fin, es lo que hay, no es mala, pero tampoco para tirar cohetes.

      Lo mejor el final, un epílogo que Carpenter aplaudiría porque encaja perfectamente con el comienzo de su película. La he visto dos veces en cine y es este epílogo lo que realmente te pone los pelos de punta. Incluso está mejor sonorizado que el resto de la película: el ruido del helicóptero, los disparos, los gritos en noruego…alucinante.

      Gracias!! aquí estamos para lo que necesites. Voy a echar un vistazo al tuyo. Saludos.

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