Dentro de la colección Clásicos del Terror de la editora 39 Escalones, merece destacar un título que por su relativa antigüedad, su origen (Austria) y lo crudo de su planteamiento y puesta en escena, debe tener un hueco en las estanterías de los aficionados. Hablamos de la película de culto La Angustia del Miedo (Angst, 1983), dirigida por el realizador Gerarld Kargl, en lo que fue su único trabajo para el cine, pues casi toda su obra se centró en el documentalismo.
Película inspirada en el caso real del psicópata Werner Kniesek, La Angustia del Miedo recrea de una forma muy realista las horas posteriores a la puesta en libertad de un peligroso asesino tras diez años en presión. La Angustia del Miedo ha sido un film precursor de otros que han alcanzado mayor popularidad. Nadie concebiría la existencia de Henry retrato de un asesino (Henry, Portrait of a Serial Killer, 1986) si la producción de Gerald Kargl no se hubiese adelantado tres años a la cinta americana. También puede decirse que el realismo y la explicitud de sus escenas marcaron una tendencia temática que sólo hoy en día podemos ver en su verdadera dimensión en títulos como el found footage de la explícita The Poughkeepsie Tapes (2007).
La puesta en escena de La Angustia del Miedo carece de formalismos fotográficos o ribetes estéticos. Todo en ello está rodado de una forma cruda, con poca iluminación, aprovechando unos cuantos escenarios reales apenas preparados –la casa donde el psicópata realiza los asesinatos está prácticamente vacía de enseres-. El director quería prescindir de aditamentos para centrar la atención en dos cosas: la secuencia psicodramática de los crímenes y la brutalidad con la que son llevados a cabo. La música es un simple acompañamiento hecho con un sintetizador, sello muy ochentero, por otra parte, que le da una pátina al film que a larga juega más en su contra que a su favor; no obstante los amantes del cine más retro podrán disfrutar oyendo una buena colección de sonidos electrónicos mientras el psicópata hace de las suyas. El uso de las cámaras no quiere subjetivizar la acción y su papel es casi siempre contemplativo. Apenas hay injerencia de la cámara en la acción. El realizador usa y abusa de travellings con cámaras al hombro y grúas, y en la mayoría de los casos, no hay encuadres directos o planos fijos, todo está en movimiento y la acción se contempla mediante planos cenitales, a media altura, y a veces a ras de suelo.
Todos los psicópatas con tendencias sádicas o masoquistas tienen trastornos originados en su infancia. Estos trastornos suelen proceder de una sed de venganza insaciable hacia aquellos con los que comparte vínculos afectivos, o bien por un sentimiento de culpa exacerbado. A este punto recordar la excelente película que Martin Weisz realizó sobre el caníbal de Rotemburgo, Grimm Love (2006), donde verdugo y víctima encarnan estos roles perfectamente plasmados en guión. El título de la película de Kargl en español es bastante tramposo y su diferencia con el original nos da una de las claves del film. Todos esperamos que La Angustia del Miedo cause una terrorífica empatía del especador con las víctimas del psicópata. Sin embargo, el título original es Angst, que significa simplemente “angustia”. La angustia con la que finalmente empatizamos no es con la de las víctimas sino con la del asesino. La mitad del film consiste en secuencia en la que mediante una voz en off el psicópata ejecuta tres asesinatos mediante un ritual que coincide con el deseo de venganza hacia su familia carnal, que ha sido, en parte, la causante de su trastorno mental. Las vejaciones y humillaciones de que fue objeto durante su infancia son relatadas en esta secuencia mientras se lleva a cabo un macabro ritual de exorcismo personal consistente en la tortura y ejecución de una familia elegida al azar. Tras los brutales asesinatos, el psicópata decide coger los cuerpos y llevárselos consigo -acción que en términos psicológicos significaría que está llevándose a su nueva familia con él- en medio de un paroxismo que ya le está incitando a matar de nuevo.
Independientemente de la lectura psicológica que se pueda hacer de las acciones del psicópata, la puesta en escena de los asesinatos deja indiferente a nadie. El estrés que sufre el asesino y las prisas por consumar sus fantasías de crueldad y sexo le llevan a perpetrar asesinatos cada cual de una forma más violenta y caótica. Erwin Leder (también visto en la bizarra Taxidermia, 2006), interpretando al psicópata, realiza un papel muy notorio sacando afuera la desesperación y el odio, vertiendo sus emociones por todos los poros de su piel. De entre las muertes, sin duda la de la chica es la más salvaje; tras ser acuchillada sin piedad, el asesino bebe su sangre y se masturba sobre su cuerpo muerto. La belleza e inocencia de la chica se convierte en un amasijo sanguinolento.
La edición de 39 Escalones incluye el tráiler original y una introducción de siete minutos que acompañaba al formato televisivo de la película. Esta introducción relata los hechos por los que el psicópata es encarcelado y nos ofrece una breve biografía a modo de documental sobre su infancia y adolescencia, donde vemos claramente que reside el origen de su comportamiento sociopático; una pieza que enriquece el visionado del film.
Aparte, se han incorporado dos interesantes cortometrajes:
ESCARNIO (Raúl Cerezo, 2004)
Un matrimonio vive atormentado por las taras de sus hijos, que se han convertido en bestias pseudohumanas. Sin embargo, su cuarto vástago es una niña preciosa de buena salud a la que quieren con locura. Sus hermanos, marginados y embrutecidos, querrán vengarse.
Basado en el relato de Horacio Quiroga, La Gallina Degollada, el prestigioso cortometrajista Raúl Cerezo realiza una adecuada adaptación a la que añade elementos sobrenaturales y cierto fatalismo celestial. La figura del médico es un guiño al padre Merrick de El Exorcista; amén de otro detalles –el sol se manifiesta de un modo extraño en los momentos claves de la historia – sugiere que la bestialidad de los niños tendría un origen diabólico. Aunque el realizador deje caer esta posibilidad, en el cuento no se insinúa.
Una excelente fotografía cambia el tono de la luz en cada escena, desde los colores apagados del principio de la cinta hasta los rojos intensos en la parte final, un clímax de nihilismo y crueldad infantil estremecedor. También cabe destacar la ambientación en el entorno rural y el efectivo uso que se hace del paisaje: en el último segmento del corto el campo parece bañado por sangre.
Este cortometraje viene acompañado de un audiocomentario en el que Raúl Cerezo y la directora de producción, Vanessa Alonso, cuentan algunas de las interioridades del rodaje.
JULIA (Susanne Aernecke, 1989)
Al igual que Gerald Karlg, también directora documentalista, Aernecke propone un relato clásico de doppelgänger y suplantación de la personalidad. Un ama de casa ve como una mujer idéntica a ella compra en las mismas tiendas, seduce a su marido y se adueña de su casa. La historia navega entre el cuento de horror y la alucinación esquizofrénica.