Crítica de Hombre Lobo (Wolfman) dirigida por Leigh Whannell
Hombre Lobo (Wofman). Año: 2025. País: EE.UU. Director: Leigh Whannell. Reparto: Christopher Abbott, Julia Garner, Matilda Firth, Sam Jaeger, Benedict Hardie.
Llega una nueva revisión de uno de los monstruos clásicos por excelencia, Hombre Lobo (Wolfman, 2025), uno de los monstruos más famosos de la Universal, que en este caso es revisitado nada más y nada menos que por la productora es Blumhouse, responsable del resurgimiento de sagas como El Exorcista o Halloween.
Y si alguien esperaba que esta película, dirigida por Leigh Whannell, iba a ceñirse a los cánones clásicos, estaba muy equivocado, solo hay que echar un vistazo a la anterior cinta de este realizador, El Hombre Invisible (2020). En esta película ya vimos como Whannell daba la vuelta a ese otro gran mito de la Universal, El Hombre Invisible, modernizando y dotando de profundidad dramática a la historia como ninguna otra versión había tenido.
El Hombre Lobo de Whannell ha sido muy criticado por alejarse del mito tradicional: luna llena, balas de plata, aristócratas malditos… pero el atrevimiento de este realizador australiano curtido en la saga Insidious ha ido mucho más lejos y ahonda en los territorios de la home invasion y del body horror. La realización es tremendamente efectiva y se refleja en una puesta en escena claustrofóbica y que cuenta con una iluminación excelente para dotar de angustia (más angustia que misterio) las escenas de interiores. Las escenas de exteriores también disponen de su dosis de efectos y jumpscare, incluso las que tienen lugar a plena luz del día.
El body horror tiene como maestro a David Cronenberg y como discípulos aventajados a su propio hijo (Brandon Cronenberg), Julia Ducournau o a la ya consagrada Coralie Fargeat con La Sustancia (2024), pero eso no quiere decir que el género no haya calado como explotación en otro tipo de producciones. Así, Hombre Lobo abandona la narración clásica y desde un primer momento un texto aclaratorio nos pone en aviso: la maldición es orgánica y sus causas son científicas. Es signo de nuestro tiempo y santo y seña del body horror que el terror sea algo orgánico y positivista, no hay explicaciones sobrenaturales y, por desgracia, nadie estamos exentos de que nuestra carne sea transformada horrendamente por un virus, una radiación o una mutación genética. Eso nos asusta y mucho.
En el anterior contexto, al que sumamos el del encierro, la home invasion, la angustia se acentúa aún más. El operador de cámara, Stefan Dusci, sabe sacar mucho partido a estas circunstancias con una fotografía low-key. Es aterrador lo que ocurre fuera de la casa donde los protagonistas se refugian pero lo que ocurre dentro es aún mucho peor.
El maquillaje y los efectos especiales son notorios y sí que hacen gala al clasicismo del monstruo. Hay pocos planos en los que se hayan utilizado efectos digitales, la transformación del Hombre Lobo, es progresivamente epidérmica y pustulosa, dejando los detalles más clásicos y esperados por el público para los estadios finales de transformación. En esos momentos en donde nos vienen a la mente las cintas clásico-modernas más señeras del mito, como Hombre Lobo Americano en Londres o Aullidos.
En el apartado actoral, Hombre Lobo cuenta como protagonistas a Christopher Abbot, conocido por otra cinta de body horror dirigida por Brandon Cronenberg, Possessor Uncut (2020) y a Julia Garner (The Assistant, 2019). Si la actuación de Abbot es eficaz como el hombre lobo y da lo mejor de sí mismo en todo momento, la de Julia Garner es bastante enclenque, quizás por un guion que debía haber tratado más en profundidad su personaje. El potente drama que aupaba a los actores en El Hombre Invisible se presenta de forma más resbaladiza y superficial en Hombre Lobo, dando lugar a personajes más raspones y ordinarios.
Pero como conclusión, Hombre Lobo es una película de terror digna y que supera en emoción a otros manierismos que le son contemporáneos como la secuela de Smile o algunas aventuras de veinteañeros en lo sobrenatural del tipo Háblame. Hombre Lobo coge el pulso al mito y le da una vuelta de tuerca para adaptarlo a nuestra época; el filme es sencillo realmente pero efectivo en su puesta en escena, que es lo más importante en el género.