La primera edición de los Premios Fugaz, organizada por Cortoespaña, se sustantivó en una gala de entrega de los galardones que tuvo lugar en Espacio Matadero, de Madrid. Concretamente fue la Cineteca el foro donde se reunieron todos los invitados para pasar un rato divertido y reconocer a los mejores cortometrajes de 2016, según el numeroso jurado que forma parte de la organización. Es necesario recordar que la iniciativa Cortoespaña es la de crear un festival itinerante de cortos que reúna a los ganadores de cada una de las ediciones. Esta gala es la primera que se celebra y en la que se entrega físicamente una estatuilla, un premio reconocimiento a la calidad y al buen hacer de nuestros cortometrajes.
La gala fue conducida por Diego Arjona, cómico, monologuista, actor y realizador; este polifacético showman nos fue presentando a los nominados, ganadores y personalidades del evento entre chistes e insertos cinéfilos que proyectaban en la pantalla del cine. Sin duda, Diego Arjona es un gran dinamizador y supo arrancar la risa de todos los asistentes. Aparte de la intervención de Diego Arjona, la gala fue sobria, los premios fueron entregándose de orden ascendiente, por ese protocolo no escrito que dice que los galardones a la mejor dirección y mejor película deben ser los últimos en entregarse, por eso de considerarse los más importantes. Sin entrar en los pormenores de la lista de galardonados, que nuestros lectores pueden leer en el artículo PREMIOS FUGAZ 2016, destacamos el emotivo homenaje que se realizó a Miguel Rellán. Nos percatamos de que el veterano actor, visto sobre el escenario, apenas ha cambiado su apariencia física en tantos años de carrera, lo que le convierte en un tótem viviente de la interpretación en nuestro país. Previamente a las palabras de Miguel Rellán, la organización proyectó un vídeo en el que compañeros y colegas le felicitaban por el galardón.
Tras acabar la gala, la organización invitó a los asistentes a una cerveza en una de las naves del Espacio Matadero. Nuevamente, no pudimos resistirnos a una nueva sesión de photocall y, los que pudieron, aprovecharon la presencia de algunos de los ganadores para hacerse unas fotos con ellos. La retirada de la mayor parte de los asistentes se produjo a medianoche, con la satisfacción de haber pasado un buen rato y el augurio de que esta gala sería el comienzo de un proyecto duradero y ambicioso para el cortometraje español.
Si bien breve y bastante austera en cuanto a contenidos, la gala de entrega de los Premios Fugaz, fue intensa. Nos llega de orgullo la ilusión que pone la organización de Cortoespaña en esta iniciativa. El cortometraje debe ser, no solo reivindicado, también debe existir, por pura justicia, un marco donde se dé cita la industria y donde se pueda reconocer a todos los profesionales que luchan para que el cortometraje sea una realidad en el panorama cinematográfico español.
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