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J.T. Petty…lo peta

Comenzamos un poco más tarde ayer, a las 10 30 en el Auditori, con una de las películas más esperadas del festival, Only God Forgives, lo nuevo de Nicolas Winding Ref. Concebida desde el departamento del marketing de la distribuidora como un vehículo para la promoción de su protagonista, Ryan Gosling,  la cinta no puede estar más alejada de la etiqueta que se le ha asignado. De hecho, lo nuevo del danés está más cerca de su interesante Valhalla Rising que de Drive, el título que catapultó al realizador como un nombre imprescindible en el panorama cinematográfico mundial.

Only God Forgives habla de la culpa y de la redención dentro de un transfondo noir en el que se dan cita los más pintorescos personajes, todos ellos juzgados por un implacable policía que aplica la justicia con su espada. También hay mucho estilo; Winding Ref vuelve a demostrar que es un auténtico visionario planteando escenografías distintas, irreales e hipnóticas. En Only God Forgives cada escena cuenta, nada ha sido puesto al azar, ni la iluminación ni el mobiliario, ni siquiera está fuera de lugar la escena de karaoke que se marca el policía justiciero. Ryan Gosling permanece hierático, impasible, sin mover una ceja en los planos que protagoniza. A pesar de este hieratismo, hay que reconocer que el actor llena la pantalla, domina el plano que protagoniza, y ese mutismo es el que nos hace comprender la lucha interior en la que se encuentra enzarzado, ese sentimiento de culpa que le carcome por dentro, el que le hace soñar que le cortan las manos, atizado de forma consciente por su madre (Kristin Scott Thomas), figura matriarcal que encaja como un guante dentro del drama edípico que es Only God Forgives.

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La cinta está dentro de la selección oficial y parte como una de las favoritas. Muchos apostarían a este caballo ganador, pero, por otras ediciones, el jurado ha demostrado ser tan ecléptico como imprevisible y Only God Forgives se encuentra en ese limbo de cinta autoral con vocación comercial que a veces ha sido bien vista por el jurado.

Real puede parecer lo que es realmente, no hay que llevarse a engaños, es una versión de Origen a la japonesa. La película recoge el argumentario del film de Christopher Nolan al que añade algunos temas recurrentes de la cultura cinematográfica nipona. La cinta se extiende a lo largo de más de dos horas, con varios giros en su parte final que deshacen cualquier expectativa que el espectador pudiera hacerse. El resultado es nefasto y provocan una oleada masiva de abandonos de la sala. No siempre es significativo que el público abandone la sala, pero en la mañana-tarde del día 15 hemos vivido deserciones masivas de espectadores no sólo en esta película, también en las dos siguientes.

Ben Weathley ya es un veterano del Festival de Sitges, en el que ha presentado varias de sus películas con mucho éxito; la última fue la reconocida Turistas. Todos sus films son fieles a un estilo visual muy parco, minimalista, cuyo principal valor son los diálogos y la construcción de los personajes. En general es un cine muy deficitario, demasiado indigesto para los estómagos menos acostumbrados al cine indie, pero que también cuenta con un buen puñado de fans, y se va haciendo hueco entre los títulos de género.

 A Field In England no decepciona en ese sentido. Es minimalista, con pocos personajes y diálogos teóricamente chispeantes. Rodada en blanco y negro y ambientada en el siglo XVIII, es una experiencia lisérgica –en el sentido literal de la palabra, en la que varios soldados ingleses y un alquimista se encuentran en un campo para buscar un tesoro, y lo que terminan haciendo es ponerse hasta los ojos de setas alucinógenas. La película termina en una masacre, un ridículo body-count que parece más hecho para resolver el film que dar justificación a la paranoia de los soldados. El nivel de deserciones y de aburrimiento del público que se quedó en la sala, fue exagerado, más que en el título anterior. Personalmente le daré una oportunidad a esta película, pero igual que los protagonistas, me pondré ciego a setas…espero que no me dé un mal viaje :S.

A Field in England

Sin trasladarnos del Auditori llegamos a la película estrella del día, The Strange Colour of your Body´s Tears, la segunda película del dúo belga Hélène Cattet y Bruno Forzani. Siguiendo la línea marcada por sus anteriores cortos y por su primera película, Amer –que ya es un clásico indiscutible-, lo que nos presentan es un film de dos horas que constituye un auténtico ejercicio de estilo, más cerca del videoarte que de la cinematografía, de hecho es que de esto último tiene bastante poco. The Strange Colour of your Body´s Tears sigue la línea de reinvención de los códigos del giallo que ya fue prefigurada con gran destreza en Amer, ofreciendo un poco de oxígeno a un  género que lleva tres décadas agotado. Sin embargo, su nueva película no consigue nada de eso, es sólo un ejercicio de estilo, con una historia que se coge con imperdibles (una forma de decirlo y ser casi magnánimo), sin apoyo narrativo, únicamente en la exhibición de momentos que estética y formalmente son brillantes –el asesinato desde dentro del cuerpo, las policromías, la música, elmontaje…- pero que deconstruyen con su confusión la tenue historia que subyace detrás de este pulso estético. Una pena para esta película, de la que nos esperábamos algo más que juegos de colores, estridencias y virtuosismo visual.

the strange colour of your bodys tears

The Strange Colour of your Body´s Tears no será un clásico, terminará en una anécdota, y a mí personalmente, eso me parte el corazón porque realmente amo el trabajo que se realizó en Amer. Y se me olvidaba, el número de deserciones y de gente dormida en la sala superó lo nunca visto por un servidor en este festival. Empiezo a pensar que cuando esto sucede es por alguna buena razón.

Dejamos el Auditori a las cinco de la tarde desde que entramos a las 10 30 y vamos al cine Retiro, a ver Horror Stories 2, una versión surcoreana –habréis notado la cantidad de películas surcoreanas que hay este año en el festival- del Masters of Horror estadounidense. Presenta la película el director de una de las tres historias que componen el largo. Los tres relatos, pese a ser redundantes en los tópicos de terror orientales (fantasmas que se arrastran, horror teen, etc.) se dejan ver con gracia y al menos esta muestra de terror canónico nos desintoxica de tanto experimento visual, aunque a los experimentos en ocasiones se les deba llamar por su verdadero nombre: incapacidad para narrar una historia.

hellbenders demonio

No os he contado que en Horror Stories 2 me encontré con mi gran amigo y compañero de cuarto Nicolas Afonso, con el que compartí al salir una pizza y unos tercios de Estrella de Galicia. Nos cocimos un poco y encaramos el último reto del día una SESIÓN GOLFA en el cine Retiro, nada menos que con Hellbenders 3D. Dirige J.T. Petty –el director de The Burrowers– y protagoniza uno de los rostros del fantástico más conocidos de los últimos treinta años, Clancy Brown. El cine hasta los topes, y todos con las gafas 3D disfrutando de lo lindo con las aventuras de una pandilla de exorcistas, todos ellos curas, tan degenerados y viciosos como expeditivos en sus métodos. Diversión hasta altas horas de la madrugada y esperanza en que el miércoles podamos tener un día con menos altibajos en los títulos que se proyectarán.

¡¡Perdonad si veis algún gazapo o algo mal escrito!! Salgo ya para otra proyección.

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