En nuestra penúltima jornada en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya 2023 solo vamos ver tres películas y hemos realizado una entrevista al realizador y una de las actrices de Vermin La Plaga. Las películas visionadas han sido Rabia, lo último de José Luis Grau, La Espera, el retorno del interesante Francisco Javier Gutiérrez y La Ermita, la segunda película de Carlota Pereda, la realizadora de Cerdita.
Rabia
Conmocionado por la muerte de su esposa, Alberto se somete a un autoexilio, arrastrando consigo a su hijo, Alan. Esta nueva atmósfera cambiará su relación y ambos tendrán que aprender a sobrellevar una relación padre-hijo. Originada por el enojo y la culpa, Alan cae en una esquizofrenia que gradualmente lo llevará a creer que su padre es un hombre lobo. Alberto sacrificará su vida para salvar la de su hijo.
Este es el argumento de Rabia, de José Luis Grau, el realizador de Somos lo que hay. Grau es un veterano del cine de terror mejicano que vuelve a Sitges con su última propuesta, un cuento de licantropía con lectura social efectivo, pero con algunas deficiencias en su puesta en escena.
La espera
Francisco Javier Gutiérrez llega a las pantallas de Sitges con otra película ambientada en el entorno rural andaluz después de 3 Días. Nada que ver con el apocalipsis social de su anterior título, su nueva película, La Espera, nos lleva a un universo que parece ubicado en los años 70 u 80, en una deprimida zona rural andaluza donde los señoritos y los caciques son los amos de facto de las vidas de los que están para servirles.
La Espera tiene una atmósfera árida, pegajosa y sucia, muy cuidada, donde el actor principal, Víctor Clavijo, desarrolla una interpretación demoledora. La ambientación es otro de los elementos fundamentales de la película. La recreación del desvencijado núcleo rural donde tienen lugar los luctuosos sucesos de la película o el café del pueblo -únicos escenarios cerrados del filme- tienen tal nivel de detalle que parecen absolutamente realista.
Esta película contiene varios elementos fantásticos relacionados con el género folk horror que no terminan de funcionar bien por la falta de cohesión -y de conexión- de los mismos. Sí funciona la historia criminal que desencadena la acción, pero el guion está desequilibrado en ese aspecto y la buena ambientación y atmósfera de La Espera no sirven para sostener el relato.
La ermita
El retorno de Carlota Pereda a la dirección no se ha hecho esperar tras el éxito de su ópera prima, Cerdita. Con muchos más medios, un plantel encabezado por la que es una de las musas del fantástico español, Belén Rueda, y la producción de medios públicos y privados, incluido Netflix, La Ermita se propone como una apuesta del cine español por un cine fantástico abierto a todos los públicos y de consumo rápido en las plataformas digitales.
La expectación creada por La Ermita responde, en primer lugar, en la necesidad de encumbrar a un talente emergente femenino al Olimpo del cine de género en España. Por otro lado, la curiosidad por ver si Carlota Pereda había conseguido superar la irregularidad que marcaba su primer trabajo.
El resultado es positivo en cuanto a la creación de una película fantástica asequible que casi roza el cine familiar y, en ese sentido, Carlota Pereda contará con un cheque en blanco para su próxima película, que estará destinada a hacerla subir algún peldaño más en su carrera. La realizadora también consigue superar a Cerdita y crear una película más coherente y sólida. Lo negativo está en la misma naturaleza de la propuesta, La Ermita es una película sin fuerza que ofrece un fantástico aséptico y destinado al consumo rápido.
