Crítica de Asedio, dirigida Miguel Ángel Vivas, con Natalia de Molina
Asedio: Año: 2023. Duración: 99 min. País: España. Dirección: Miguel Ángel Vivas. Guion: Marta Medina. Historia: Miguel Ángel Vivas, José Rodrigo. Reparto: Natalia de Molina, Bella Agossou, Francisco Reyes, Fran Cantos, Chani Martín, Jorge Kent, Óscar Eribo, Efraín Rodríguez
Asedio (2023) es el último título de Miguel Ángel Vivas y a todas luces el más ambicioso, a pesar de que ya cuente con algunas películas donde ha manejado presupuestos abultados como Extinction (2015) o Inside (2018) remake de uno de los mejores títulos del terror francés contemporáneo, A l’ interieur (2007). Decimos que es su película más ambiciosa porque Asedio se posiciona como uno de los mejores thrillers de acción que se han hecho en España en los últimos años. El thriller patrio gana adeptos y reputación temporada a temporada, es sin duda un cine de calidad que ha sacado a nuestra cinematografía del encorsetado mundo de la comedia ibérica y lo ha proyectado hacia nuevos horizontes de calidad y variedad hasta ahora desconocidos. Asedio es una película que apuntala esta tendencia y en la que podremos encontrar otro tipo de lecturas que van a más allá del cine de acción, como ocurre en casi todos los títulos de thriller españoles.
Rodrigo Sorogoyen es uno de los nombres del thriller español, no se puede hablar del género sin tenerlo en mente, y quizás Asedio no existiría sin tener presente a su serie Antidisturbios (2021), una serial televisivo que ahonda -un poco de soslayo- en la problemática social de los desahucios para terminar convertiéndose en un drama policíaco puramente patrio, con protagonistas españoles y desarrollado en un contexto español. Acostumbrado como está el público a los distantes dramas policíacos estadounidenses, la empatía con Antidisturbios fue instantánea y el éxito de la serie también. Asedio produce la misma empatía, aunque el peso del guion está repartido entre el drama y la acción. La problemática de los desahucios -tratada también en el “thriller” social En los márgenes (2022), de Juan Diego Botto- es el punto de partida en el que se mezclan otras inquietudes sociales que no pueden estar más de actualidad, como la inmigración, la exclusión, la pauperización de la clase trabajadora o la corrupción policial, todo mezclado de una manera más o menos homogénea y con una puesta en escena que a veces hasta utiliza códigos del cine de terror -esa inolvidable escena que recuerda a una ataque de zombis haitianos-.
La efectiva dirección de Miguel Ángel Vivas es uno de los pilares fundamentales de Asedio. El realizador es un gran amante de los planos secuencia -ya lo demostró en su demoledora Secuestrados (2010)– y se explaya con unos cuantos de factura magistral, sin olvidar los enfoques y movimientos de cámara; hay que subrayar la inquietante idea mantener la imagen del corrupto jefe del comando policial (Francisco Reyes) en una nebulosa lumínica sin que lleguemos a ver su rostro claramente, como un trasunto contemporáneo del corrupto Quinley de Sed de Mal (1956).
Asedio es una película de víctimas, de buenos y malos, y otros que están en un limbo moral. El guion marca con mucha precisión a las víctimas y a los malos pero aún más a los personajes que están en las zonas grises; y ahí es donde tenemos que mencionar el gran trabajo de Natalia de Molina. El personaje de Natalia de Molina es el catalizador de todos los sucesos de Asedio, pero también una de las piezas del puzle social que nos quiere mostrar la película, la representante de esa nueva clase social que se ha dado en llamar working poors. La fisicidad que muestra la actriz y su adaptación a todo tipo de situaciones es realmente encomiable, a eso se le suma su impecable interpretación que nos cautiva desde la primera y dramática secuencia de la película.
Asedio se desarrolla enteramente en un edificio. El ritmo de la película no es para nada contenido, casi se podría decir que es marca de la casa de Miguel Ángel Vivas; los sucesos se desarrollan con rapidez y el personaje de Natalia de Molina es llevada de un lugar a otro de en una trepidante set de secuencias de acción. El realizador se esfuerza porque la tensión alcance en todo momento su cénit, bien sea mediante acción física, situaciones que llaman a la amenaza o a la traición o indefensión de los protagonistas, algo que recuerda a la indonesia Redada Asesina (2011). Queda para el final lo peor de Asedio, una última escena no conclusiva que el guion quiere enlazar con el prólogo de la película, con un tono black power complicado de encajar en el contexto. Pero quitando este momento, Asedio es un título sólido y que pone a su realizador, a sus intérpretes y al thriller de acción español en un muy buen lugar dentro de nuestra filmografía.