Crítica de Keeper, de Osgood Perkins
Keeper. Año: 2025. Duración: 99’. País: Estados Unidos. Director: Osgood Perkins. Guion: Nick Lepard. Reparto: Tatiana Maslany, Rossif Sutherland, Kett Turton, Erin Boyes.
Keeper (2025), nuevo título en la filmografía del realizador Osgood Perkins, llega tras un lapso de alrededor de año y medio después del estreno en España de Longlegs, su título más reconocido y que mayor éxito profesional le ha reportado. Tan prolífica carrera se basa en la elección de proyectos sencillos y fáciles de producir, pero de un gran impacto dentro de la escena del cine de horror contemporáneo.
Osgood Perkins, hijo de Anthony Perkins, no se ha desprendido del apellido de su padre pero ha conseguido brillar en la constelación del terror mundial por méritos propios. Sin duda, la suya es una carrera focalizada en el cine de horror, y además va consiguiendo, poco a poco, asentar un estilo propio, imprimiendo un sello autoral en sus películas. De hecho, la menos autoral de todas es The Monkey, un título que la distribuidora ya tenía en catálogo antes de Longlegs pero que lanzó a los cines de toda España tras el éxito de aquella.
Keeper es una película muy pequeña, una miniatura que sin embargo ha afianzado el estilo visual de Osgood Perkins y le aúpa como una voz propia dentro de la escena. Quienes pensábamos que los méritos de Longlegs (a pesar de los defectos de la cinta) fueron pura casualidad, estábamos equivocados. Osgood Perkins ya es un maestro del terror, su estilo es sencillo, sus formas, tranquilas, delicadas, frías, sus personajes desesperados, solos y aterrados. Esta película nos habla de una pareja en crisis, aburrida y con pocas perspectivas y alicientes. La corrección de su relación se resume en una monotonía en la que se pueden reflejar muchas parejas actuales, pero, en este caso, esa angustia existencial no puede sino venir acompañada de un profundo horror. Osgood Perkins utiliza este punto de partida para llevar lo cotidiano hasta la experiencia terrorífica, la propuesta de Keeper es la de aterrar al espectador mediante la desesperanza que encierra un espacio aséptico y geométrico como es la casa donde se desarrolla la mayor parte de la acción.
Keeper es una película hecha con pulcritud; a diferencia de Longlegs, las texturas de la imagen son limpias, igual que su puesta en escena. La geometría angulosa y falta de detalles de la casa hacen gala de aquella máxima ocultista en la cuál se indica que las presencias más horribles, los daemones, se refugian en las esquinas de las habitaciones. Osgood Perkins consigue crear una atmósfera precisa y trufada de encuentros con lo sobrenatural que elevan el tono a medida que avanza el metraje. Su buena mano, creando el ambiente propiciatorio al estilo de la célebre Hereditary (2018), suple las carencias de un guion un tanto famélico que busca consolidar sus ideas en el terreno del folk horror, sin obtener un buen resultado.
La estrella de la película es la actriz canadiense Tatiana Maslany, una intérprete sin una apariencia física contundente pero que encaja a la perfección en el rol de mujer hastiada y asfixiada por la monotonía. En lo interpretativo, su trabajo funciona a la perfección, no busca el encuentro con el horror, viene hacia ella y su choque es inevitable, crea a la perfección un personaje completamente aterrado y vulnerable con el que el público puede empatizar fácilmente.
En su último tramo, Keeper no logra rematar el acento de la propuesta. Lo etéreo se vuelve material y lo sensorial se vuelve tangible. Con ecos nuevamente a la citada Hereditary, Keeper no encuentra una salida digna a la atmósfera creada y no acierta a coronar la idea original de la historia. Eso sí, nos regala un “homenaje” al mangaka de Junji Ito nada despreciable, además de una especie desquiciado epílogo que más bien parece una broma añadida por Osgood Perkins como remate de la cinta.
Después de Keeper, y a lo largo de 2026, Osgood Perkins estrenará The Young People, una película de la que no se conoce aún su argumento. Por lo ya visto en Keeper y en el resto de su filmografía, debemos estar atentos para seguir la carrera de este cineasta cuyo leitmotiv es hacer pasar miedo, sin concesiones.
