Crítica de La Bala de Dios, con Maika Monroe
La Bala de Dios (God Is a Bullet). Año: 2023. Duración: 156 min. País: Estados Unidos. Dirección: Nick Cassavetes. Guion: Nick Cassavetes. Libro: Boston Teran. Reparto: Maika Monroe, Karl Glusman, Nikolaj Coster-Waldau, Jamie Foxx, January Jones.
La Bala de Dios (God is a bullet, 2023) es una de esas películas que sacan al género de acción no-mainstream del oscurantismo y la marginalidad de la serie B. En otrora, los títulos menores del género actioner se relegaba a las estanterías de los videoclubs (tiempos aquellos) y ahora al fondo de catálogo de las plataformas de contenidos. Con un tímido estreno en España y a la espera de que el formato físico la saque del olvido (distribuye Selectavision), La Bala de Dios es un potente (e irregular) ejercicio de road movie / actioner dirigido por Nick Cassavettes, cuyo apellido traicionero le desvela como hijo de los célebres John Cassavettes y Gena Rowlands.
La relación de Nick Cassavetes con el cine de acción no es nueva; en nuestra cabeza aún resuena el éxito de John Q o Alpha Dog, ambas cintas adscritas al género del thriller que contaban con una gran carga de drama en sus guiones. La Bala de Dios no traiciona este compromiso con el drama. Este elemento logra consolidar el guion y ofrece una variedad de nutritivas subtramas que arrojan estupendas ideas, sin que ninguna de ellas logre aplastar con su peso al argumento principal.

Asistimos a una heterogénea mezcla de thriller policíaco, película fronteriza, narcosatanismo y acción. La excelente Maika Monroe no falla, su papel es poderoso y temperamental, e interpreta a una chica con turbulento pasado que vive permanentemente en un estado de angustia existencial. Nikolaj Coster-Waldau tiene un papel más medido, a medida que avanza la película su personaje experimenta un cambio significativo, e incluso físicamente. Y una mención aparte merece Karl Glusman, un eterno secundario que realiza un papel lleno de carácter, siniestro y enigmático. Cabe recordar a Karl Glusman en el excelente thriller Watcher (2022), donde también compartía protagonismo con Maika Monroe.
La Bala de Dios tiene interesantes puntos de vista de lo que podríamos llamar un american gothic “revisitado”. Aunque parezca mentira, el poso del american gothic ha sido enorme en la cinematografía de horror norteamericana y se sigue notando hoy en día. La Bala de Dios contiene elementos en común con algunos de los títulos de la época como Carrera con el diablo (1975), pero aún más, el tono fronterizo de su parte narcosatánica comparte su espíritu con la más desconocida y contemporánea Borderland (2007). Con todo ello, La Bala de Dios sitúa al espectador en un territorio indómito y salvaje, fuera de toda regla moral y legal, donde la vida vale bastante poco y las líneas rojas del respeto a la integridad física son tan difusas como evidente es que impera la ley del más fuerte y desalmado.

Esta experiencia se vive con inquietud, no obstante, y es ahí donde la irregularidad de La Bala de Dios hace zozobrar en parte la película. La violencia es el eje vertebrador del segmento principal del filme, pero a veces, su ejercicio es tan nihilista que roza lo paródico, rompiendo el ritmo del metraje y pudiendo desmotivar al espectador. Como muestra, la escena de acción final, que lanza la película a la fantasía actioner más propia de los años 80 o la reyerta en el poblado mexicano donde el personaje de Nikolaj Coster-Waldau salva al de Maika Monroe.
Pero a pesar de su irregularidad, La Bala de Dios sabe dibujar nuevas texturas para el thriller y el actioner. Desde las caracterizaciones de sus protagonistas hasta la recreación de las ceremonias satánicas, pasando por los áridos e infernales ambientes en los que se desarrolla la película, Nick Cassavetes ha sacado un buen partido del libro de Boston Teran, en el que se basa La Bala de Dios. Si podemos obviar esas irregularidades, que hemos visto tantas veces en el cine mainstream y que nunca nos han incomodado, sin duda disfrutaremos La Bala de Dios.
Por cierto, el título original es God is bullet, y su traducción para España, aunque la haga pasar por un filme más políticamente correcto, desvirtúa completamente la percepción del espectador.








