Crítica de Warfare, Tiempo de Guerra, dirigida por Alex Garland y Ray Mendoza
Warfare, Tiempo de Guerra. Título original: Warfare. Año: 2025. Director: Alex Garland, Ray Mendoza. Guion: Alex Garland, Ray Mendoza. Reparto: D’Pharaoh Woon-A-Tai, Will Poulter, Cosmo Jarvis, Kit Connor, Finn Bennett, Taylor John Smith, Michael Gandolfini.
Warfare, Tiempo de Guerra (2025) llega a nuestras pantallas en un momento en el que el mundo se agita convulsivamente; y no es que antes las placas tectónicas de la geopolítica mundial se estuvieran precisamente quietas, pero la inauguración de un nuevo periodo de la administración Trump en el gobierno estadounidense hace sonar los tambores de guerra de un lado al otro del orbe, y el cine también se prepara para ello.
De toda la vida, ha existido el cine de propaganda. El cine de propaganda busca la justificación de las políticas de los hegemones (dueños de los medios suficientes para crear grandes producciones bélicas) demonizando a países enemigos o justificando las más absolutas barbaries. En este último caso, varias producciones norteamericanas han blanqueado la imagen del sionismo con amables producciones durante el último año: Septiembre 5 (2024) o A real Pain (2024), en tanto que la más candente y sangrienta limpieza étnica en Palestina permanece lejos de los focos y el dinero de los productores.
En otras ocasiones, la propaganda cinematográfica exhibe músculo bélico para atraer a nuevos reclutas para la picadora de carne en los conflictos que están por llegar en un tiempo próximo; ahí situamos a Warfare, Tiempo de Guerra, la nueva película de Alex Garland, codirigida con el veterano Navy Seal Ray Mendoza y producida por A24.
Warfare, Tiempo de Guerra, es la segunda película en la que Alex Garland en la que se mete de lleno en la parafernalia militar; su anterior título Civil War (2023) ya tanteaba este terreno mediante una curiosa distopía anticipatoria que preveía la fragmentación de los Estados Unidos y una moderna guerra civil, provocada por las políticas de un presidente populista y de ideología ultraderechista, prácticamente un émulo de Donald Trump. Y es que ya se sabe aquella famosa cita de la retórica política estadounidense, “el árbol de la libertad debe ser regado, de vez en cuando, con la sangre de los patriotas y los tiranos” (Thomas Jefferson, 1787).
Alex Garland codirige Warfare, Tiempo de Guerra, junto a Ray Mendoza, veterano de los Navy Seals que también fue protagonista de los hechos reales que narra la película. Un pelotón de marines decide tomar posiciones en una casa de una ciudad iraquí en plena invasión norteamericana del país árabe. Un ataque de la resistencia iraquí les pondrá en un serio aprieto y tendrán que sudar sangre (literalmente) para salir del embrollo. Con una duración muy ajustada que apenas sobrepasa la hora y media, Warfare, Tiempo de Guerra, nos sumerge de manera magistral en la experiencia del combate y del sentimiento de los soldados norteamericanos, el shock que sufren y la entereza con la que intentan salir del embrollo.
Sin duda, Warfare, Tiempo de Guerra, es una auténtica experiencia. Black Hawk Derribado (2001), de Ridley Scott, sembró las semillas de un nuevo estilo de cine bélico, una estética adecuada a las nuevas contiendas que se estaban fraguando en Oriente Medio. Este estilo de cine polvoriento, amigo de realismo más feroz y que no ocultaba la superioridad bélica de Norteamérica frente a sus enemigos, determinó la nueva forma de crear cine bélico. Y Warfare, Tiempo de Guerra, es su variante evolucionada e hiperbólica y realista, y todo ello sin renunciar a la emoción de la cinematografía. Las interpretaciones de los actores no solo muestran un metódico entrenamiento militar, también una inmersión absoluta en sus personajes. Tampoco hay nada que reprochar en el apartado técnico, donde destaca el diseño del sonido de la cinta, quizás la piedra angular de esta experiencia inmersiva.
Ray Mendoza ya colaboró con Alex Garland en Civil War, pero también fue asesor en la película que más intentó blanquear el desastre de la Operación Alas Rojas durante la invasión estadounidense de Afganistán, nos referimos a Único Superviviente (2013), una cinta que, al igual que Warfare, Tiempo de Guerra, cumple un doble objetivo, ser una película de acción bien realizada y disfrutable, y servir de vehículo de reclutamiento para la Marina estadounidense. Warfare, Tiempo de Guerra, enaltece la épica de sus protagonistas, no es para menos, a tenor del valor de los soldados y de las penurias y consecuencias del combate, pero su final no deja lugar a dudas, el tío Sam te lo dice muy claro: I want you for US Army.