Critica de Prey, la quinta entrega de la saga Predator
Prey. Año: 2022. Duración: 99 min. País: Estados Unidos. Dirección: Dan Trachtenberg. Guion: Patrick Aison. Reparto: Amber Midthunder, Dane DiLiegro, Stefany Mathias, Stormee Kipp, Dakota Beavers, Harlan Blayne Kytwayhat.
Prey (2022) es la quinta entrega de la saga Predator (Depredador) y la única que no se ha estrenado en cines. Así es, uno de los iconos del cine fantástico de la década de los 80 y que se ha mantenido en lo más alto del ranking de los aficionados desde entonces no ha tenido estreno en las salas de cine. Veamos por qué y así comprenderemos mejor la naturaleza y el desarrollo de esta producción, así como el impacto en el público y el resultado de esta película.
No hace mucho tiempo, la todopoderosa Disney compró a la productora Twenty Century Fox, propietaria de los derechos de las sagas Predator y Alien, franquicias ligadas entre sí por dos títulos (2004 y 2007) que reunían y enfrentaban a ambas criaturas, Alien Vs Predator. Desde entonces, la apuesta de los nuevos dueños de las franquicias fue bastante tibia. El fracaso en taquilla de Alien Covenant (2017), dirigida por Ridley Scott, que volvió a dirigir una nueva entrega de la resucitada saga xenomorfa, no sentó bien a los directivos de la Disney así que los proyectos para seguir adelante con Alien y, de rebote, con Predator, quedaron en suspenso. Pero el rápido desarrollo de las plataformas de ocio digitales planteó un nuevo y suculento escenario. ¿Por qué no hacer directamente productos para el consumo masivo en plataformas? Disney debió tener muy en cuenta el éxito de las películas producidas por Netflix y la puesta en marcha de una serie basada en el videojuego Resident Evil. Si a eso unimos el abaratamiento de las producciones con el uso masivo de los efectos digitales, la productora, que cuenta con una plataforma digital propia, decidió poner en marcha una nueva entrega de Predator, la que nos ocupa, Prey, y una nueva saga de Alien en forma de serie televisiva.
Prey, dirigida por el versátil Dan Trachtenger, sitúa la acción en el siglo XVIII y la ubica en el territorio de la nación Comanche, en un momento histórico en el que los nativos empezaron a saborear en sus propias carnes la depredación del hombre blanco. Otro, nuestro consabido Predator aparece en escena por primera vez en la historia de la humanidad. Su caza, al principio, es errática, se entretiene con animales cada vez más grandes hasta que por fin conoce al ser humano. En Prey, como contendiente, no tiene a un fornido adversario como fue Arnold Schwarzenegger sino a una menuda nativa comanche interpretada por Amber Midthunder. Ese es el primer problema de Prey y el problema que ha tenido la saga a partir de su tercera entrega, la falta de un oponente digno para un predator. En Prey una enquencle guerrera logra acabar con nuestro vigoroso extraterrestre, pero en las entregas 3 y 4 sus oponentes tampoco eran un dechado de fuerza y presencia en la pantalla.
La propia naturaleza de Prey como producto televisivo, creado para una plataforma, redunda en un presupuesto muy ajustado en el apartado de los efectos especiales. Los efectos digitales no son todo lo buenos que deberían ser. Ahí está ese puma y ese oso digitales con una animación más que artificial, o esos paisajes impostados donde tienen lugar las escenas de acción más importantes. En el ámbito más realista, Prey también falla, muestra retazos de la vida de los comanches, un campamento indio que parece sacado de un parque temático, y quiere desarrollar un aburrido hilo dramático presentando al personaje protagonista como víctima de una tradición férreamente masculina y heteropatriarcal.
El mejor momento de Prey, es el de la batalla del final, corta y con poca inventiva, pero al menos aporta algo de emoción a una película que debió concebirse para la pantalla grande y contar con un elenco y un guion a la altura. A partir de ahí, ni siquiera la conclusión de Prey, con la aparición de la legendaria pistola Raphael Adolini 1715, tiene una lógica dentro del argumento de la saga. Esta pistola fue entregada por un jefe Predator al personaje de Danny Glover en Predator 2 como premio y reconocimiento de su valentía; en Prey, la protagonista arrebata el arma a uno de los cazadores de búfalos exterminados por el Predator y, posteriormente, esta se la regala al jefe de su tribu. Después de Prey ¿vuelve un predator a la Tierra y la obtiene como trofeo de caza? Ridículo. A ver con qué nos sorprenden.
Si el futuro de las sagas Predator y Alien es el de las plataformas digitales su resultado será algo parecido al de Prey, productos de fácil digestión, adaptados a la corrección política del momento y visualmente deficitarios y digitalmente insulsos. Que lástima.