Otra Tierra (Another Earth)

Título: Otra Tierra (Another Earth). Año: 2011. Duración: 92’ País: EE.UU. Director: Mike Cahill.  Guión: Mike Cahill, Brit Marling. Fotografía: Mike Cahill. Música: Fall On Your Sword. Reparto: Brit Marling, William Mapother, Jordan Baker, Flint Beverage, Robin Taylor.

Crítica: Otra Tierra (Another Earth), de Mike Cahill

Hay un sueño que tiene cualquier director indie, y es el de poder hacer una película de género con elementos típicos –y tópicos- del cine indie, como son el uso de la cámara digital, fotografía con distintos tipos de grano, encuadres poco ortodoxos, un esqueleto argumental de fuerte peso dramático, actores desconocidos, y sobre todo un guión original. Si a eso le unimos un trasfondo de película de género (terror, fantástico, policiaco, etc.) la película tendrá el éxito asegurado como obra de culto.

Otra Tierra (Another Earth, 2011), ópera prima de Mike Cahill, sorprende por el ánimo de contar una historia dramática y a la vez una historia de género. Lo primero lo consigue sobradamente mediante la narración de un dramón digno del más lacrimógeno cineclub. El componente fantástico es el propio contexto en el que se desarrolla la historia de redención y segundas oportunidades, tan del gusto de los realizadores indies. La película obtuvo el Premio del Jurado en el Festival de Sundance de 2011 así que necesariamente ha de haber conjugado con habilidad ambos elementos. Aparte de este galardón Brit Marling, que además es coautora del guión, obtuvo merecidamente el premio a mejor actriz en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2011. Rhonda Williams (Brit Marling), una sobresaliente estudiante de astrofísica, es admitida en una importante agencia espacial la misma noche en la que estrella su vehículo con el de John Burroughs (William Mapotter), un compositor de música experimental. En el accidente muere la familia de éste. Esa misma noche tiene lugar el descubrimiento de un planeta idéntico ala Tierra. Cuando Rhondasale de la cárcel busca expresar a Burroughs el pesar por lo ocurrido a la vez que participa en un concurso para viajar al planeta recién descubierto. Estas dos iniciativas vitales tienen por objeto poner su conciencia en paz. 

No hay duda sobre la calidad del drama que nos cuenta Otra Tierra, aunque tampoco es sorprendente a estas alturas, habida cuenta de que hay innumerables películas que hablan de la redención de los personajes ofensores y del perdón de los ofendidos, sobre todo en el caso de argumentos en los que se usan como excusa los accidentes involuntarios. Este folletín melodramático carecería de tirón si no se hubiese complementado con un trasfondo fantástico que es el que ofrece un punto de vista distinto y complementario a esta historia de redención y perdón. La existencia de otro planeta igual al que vivimos, en el que habita nuestro doppelganger se puede entender como una liberación espiritual en la que el encuentro con nuestra identidad gemela dará respuesta a nuestra inquietud existencial. La necesidad de escapismo de Rhoda tiene, en este caso, un componente constructivo al situarla en una posición privilegiada respecto a aquellos que la rodean y deben vivir su ansiedad en completa soledad, como le ocurre a su anciano compañero de trabajo. Este es el itinerario existencial que Rhoda ha iniciado al tomar la decisión de viajar a Tierra 2, pero previamente ha de poner en orden su vida en “nuestra” Tierra. El final de la película esta resuelto de una manera muy ponderada, dejando abierta una extraordinaria pregunta que también plantearon otras obras cumbre del cine de ciencia ficción como Solaris (2002). 

A nivel cuántico, las teorías científicas hablan de la existencia de partículas de materia y antimateria, y de cómo el choque o encuentro entre dos de esas partículas desencadenaría una reacción energética tal que cambiaría sustancialmente el universo que conocemos. En ese sentido, Otra Tierra es una película apocalíptica, como la reciente obra de Lars Von Triers Melancolia (Melancholia, 2011), con la que tiene puntos en común. Quizás el encuentro a nivel de conciencia entre Rhoda de Tierra 1 y Rhoda de Tierra 2 pueda producir ese salto espiritual que nos cambie y convierta nuestro planeta en un sitio pacífico, sin guerras o ansiedad. La aparición de Tierra 2 en el cielo hace que los personajes de la película alcen su mirada y se pregunten si el encuentro con su otro yo les dará la paz que necesitan. O quizás ese reencuentro represente una parte de la necesaria evolución del universo para que tenga lugar el big crunch anunciado por los científicos, en el cual el cosmos se contraerá para expandirse otra vez y empezar un nuevo ciclo que durará miles de millones de años. Esto es scifi, nada más y nada menos.