Crítica de la película Siete Hermanas, dirigida por Tommy Wirkola y protagonizad por Noomi Rapace y Glenn Close
Título: Siete Hermanas aka Seven Sisters aka What Happened to Monday. Año: 2017. Duración: 124 min. País: Reino Unido. Dirección: Tommy Wirkola. Guion: Max Botkin, Kerry Williamson. Música: Christian Wibe. Fotografía: José David Montero. Reparto: Noomi Rapace, Glenn Close, Willem Dafoe, Robert Wagner, Pål Sverre Hagen, Chico Kenzari.
Siete hermanas (What happened to Monday, 2017), la nueva película de Tommy Wirkola, se aleja del tono gamberro, surrealista y alocado al que nos tiene acostumbrados el realizador finés. En Siete Hermanas vamos a transitar un universo más sosegado pero no por ello menos inquietante, el de la distopía futurista. Nunca antes Tommy Wirkola ha tenido los pies más en la tierra, esta película es la primera en la que trata temáticas de plena actualidad: la superpoblación, el cambio climático, la ingeniería social; es su cinta más madura, aunque no es tan fresca ni interesante desde el punto de vista del cine de género como su disparatado díptico sobre los zombies nazis.
En un futuro no muy lejano una hambruna devastará el planeta; la solución será la producción masiva de alimentos transgénicos. Con esa medida tan extrema se erradicará el hambre en la Tierra pero producirá un efecto de secundario de catastróficas consecuencias: los partos múltiples serán una constante, aumentando la población planetaria de manera tan rampante como peligrosa para el sostenimiento de la especie humana. El gobierno mundial decide aplicar una estricta ley de hijo único. Noomi Rapace interpreta a siete hermanas mellizas producto de un parto múltiple, cada una lleva como nombre un día de la semana; permanecen escondidas, evitando ser detectadas por el gobierno, pero algo inesperado ocurrirá, Lunes desaparecerá, ¿qué le ha ocurrido a Lunes? -título original de la película. Esa será la pregunta a la que responderá la peripecia que nos plantea Tommy Wirkola en Siete Hermanas.
Siete Hermanas no es la mejor película de Tommy Wirkola, pero contiene elementos lo suficientemente interesantes para afirmar que este es un título que tiene algo que decir en el panorama de la ciencia ficción cinematográfica actual. Siete Hermanas está emparentada con otros clásicos de la ciencia ficción que ya han tratado fenómenos como la superpoblación, el desastre ecológico o la distopía y la ingeniería social. La referencia más directa la encontramos en la cinta de Richard Fleischer Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, 1973), donde el personaje de Charlton Heston es un privilegiado habitante de una ciudad superpoblada; la que la densidad de población es tal que las muchedumbres se ven obligadas a dormir en las escaleras de los edificios y periódicamente las calles son «limpiadas» de gente mediante palas excavadoras y volquetes. Basada en el libro de Harry Harrison Make room, make room (1966), Cuando el destino nos alcance plantea un mundo distópico en el que la especie humana ha depredado el planeta y es sometida a un castigo de tintes kármicos. En Siete Hemanas, el castigo que la humanidad recibe por la conclusión irónicamente «buenista» del final se sintetiza en dos potentes planos: uno en el que la anti-heroína de la función -interpretada por Glenn Close- pronuncia sus últimas palabras ante un gran avenida atestada de gente en la que literalmente no cabe un alfiler -un buen trabajo de efectos digitales para provocar ese shock visual-, en una escena posterior vemos una sala de incubadoras de neonatos repleta hasta el techo. El poder de ambos planos, situados en la parte final del metraje, reside no solo en el aspecto visual sino en la lectura que debe hacer el espectador sobre el futuro de nuestro planeta y la relación de la especie humana con él: ¿está justificado el crecimiento desaforado de la población mundial en aras de un mundo democrático y justo para todos sus habitantes? el desastre está servido. Siete Hermanas tiene el poder de suscitar esta cuestión desde las coordenadas de la comedia ácida en las que se sitúa en sus últimos minutos.
Noomi Rapace es la heroína (x 7) de Siete Hermanas. Queda comprobada la capacidad de la actriz sueca para realizar papeles de acción gracias a su envidiable forma física. Siete Hermanas contiene unas buenas escenas de acción aunque no desdeña el apartado melodramático, como el inserto de una historia romántica dentro del guion, introducido con buen tino para dar ritmo a la historia. No obstante, Noomi Rapace no da lo mejor de sí misma en la interpretación de las siete hermanas, crea unos personajes demasiado miméticos y un poco planos. Está claro que Siete Hermanas no pretende ser un melodrama de ciencia ficción a la altura de Gattaca (1997), sus miras están puestas en la creación de un producto de entretenimiento de bajo coste con los mejores resultados posibles, y lo consigue. La apuesta de la productora Rafaella de Laurenttis por crear una película con la estética de cintas como Ultraviolet o Equilibrium y compaginarla con la excentricidad de Tommy Wirkola hace de Siete Hermanas una propuesta divertida y comercial, con esa lectura final que elevará la película a título de culto a la vuelta de unos años.
