Seguimos reseñando los cortos nominados en el I Festival Internacional de Cortometrajes de Pilar de Horadada, Cortopilar. Segunda y última entrega.
LA CHAQUETA DEL BOTONES
Sepultados por los grandilocuentes comics americanos y los manga japoneses, los «tebeos» de antaño son unos desconocidos para las generaciones más jóvenes. La Chaqueta del Botones, cortometraje de Daniel Tornero, fotografiado por el genial Ignacio Aguilar, bebe de la misma esencia de los tebeos, comenzando por los estereotipados y genuinos personajes de aquellas publicaciones, y terminado por una puesta en escena que pretende dar verosimilitud a los abigarrados espacios de sus viñetas. La Chaqueta del Botones conserva, en la dirección y el trabajo de iluminación y puesta en escena sus valores más notables. Teniendo en cuenta que todo el cortometraje transcurre en platós, la ingeniería eléctrica y de planificación de esta pieza tuvo que presentar grandes dificultades para el realizador y sus técnicos. Su argumento es un poco derivativo y eso hace que el pulso que propone Daniel Tornero se diluya en medio de una trama subargumental, pero la interpretación de Javier Godino sostiene de forma envidiable los envites de un guión que debía haberse hilado un poco más fino.
BEHIND
Dirigido por Ángel Gómez Hernández, Behind es un cortometraje construido con la solidez que demuestra el talento del gran cineasta que hay detrás de la cámara. Los premios que está recogiendo en todos los festivales donde se exhibe están más que justificados ante esta narración de terror psicológico que progresivamente se torna en atmosférico y adquiere una fisicidad tan aterradora como inigualable. La pieza cuenta con las indispensables intepretaciones de Macarena Gómez y Lone Fleming, si la primera encarna a una madre en continua guardia ante la posibilidad de que su hija le sea arrebatada ¿por su marido?, la segunda interpreta a un personaje tenebroso y enigmático; las escenas que comparten las dos actrices son un tour de force inigualable y vital para el buen funcionamiento del corto. Respecto a la puesta en escena, el realizador hace un buen uso de cuantos recursos visuales son necesarios para ofrecernos varias situaciones climáticas que terminarán, inevitablemente, en la recreación un horror visceral y atávico. La banda sonora y la fotografía redondean una obra a la que ya muchos aficionados tildan como el gran cortometraje de terror de 2016.
YERBABUENA
Sólo dos actrices en un duelo interpretativo donde comienzan siendo aliadas y terminan convirtiéndose en antagonistas: Ingrid Rubio y Olivia Delcán, dos pesos pesados del panorama cinematográfico español dirigidas por Estefanía Cortés en una pieza de corta duración pero de enormes pretensiones. Otros cortos exhibidos en Cortopilar han hablado ya sobre el aislamiento y la soledad en los tiempos actuales, pero esta vez al tan cacareado ¡regalo abrazos! le vemos un reverso oscuro de lo que tendría que ser una manifestación de empatía hacia otras personas. Los actores comienzan sus diálogos intimando, abrazándose, hablando de quienes son y como viven, de sus recuerdos, pero el rol de uno de ellos tiene poco de altruista, y quizás denote una carestía de afección que le ha convertido en ser misántropo y aprovechado. La idea que sugiere Estefanía Cortés se materializa en un único escenario y con planos fijos en casi todo el metraje. Yerbabuena violenta y hace reflexionar al espectador.
CRETINOS
Sin duda el cortometraje más hilarante de los nominados en el Festival Internacional de Cortometrajes de Pilar de la Horadada (Cortopilar). Escrito y dirigido por Eduardo Moyano -también director del interesante La Primera Noche-, el duelo interpretativo de gags y chistes entre un escritor rico pero frustrado (Miguel Martínez) y un atracador de poca monta (Christian Sampedro) se resuelve de forma tan notable como divertida. Varios flashbacks nos cuentan la historia y motivaciones de cada uno de los personajes, amplificando lo caricaturesco de sus vidas. Hay que realizar una mención muy especial a la fotografía y a la puesta en escena, simple pero detallista, en la tienda de comestibles donde tiene lugar la acción. La cámara de Eduardo Moyano se mueve con valentía en las escenas de interior e incluso logra excelentes resultados en el uso de la profundidad de campo y el desenfoque en los exteriores. El argumento se salda con un final ¿redentor? ¡no! de un humor tan negro que subraya la naturaleza de perdedores de ambos personajes. Cretinos es un corto imprescindible para el comedia española de 2016.
POR NO MORIR NADA MÁS VERNOS
Deberíamos parar un segundo a considerar como la luz eléctrica condiciona y modula nuestro comportamiento. El acontecimiento, hoy en día, de quedar sumidos en un apagón con otra persona supone un reto y también una oportunidad para intimar, olvidando las distracciones de las que nos rodeamos. A este respecto, Carlos Crespo realiza una interesante reflexión en Por no morir nada más vernos: una pareja en crisis afronta una velada sin luz eléctrica, momento en el que aprovechan para sincerarse, la súbita vuelta de la electricidad les devolverá a un estado primigenio, donde la distancia emocional entre ambos es tan grande que parece insalvable. El realizador, apoyado en la fotografía por Ignacio Aguilar, demuestra una extraordinaria valía en la dirección de actores y en la creación de ambientes tensos y atmosféricos. El plano de comienzo del cortometraje es el de la pareja en separada por el falso techo de su apartamento de dos plantas, el plano que finaliza la obra es el mismo, pero la cámara se aleja en un zoom inverso, dándonos a entender que no hay redención posible para esa pareja, tuvieron una oportunidad en el espejismo de una habitación casi a oscuras, pero no fue suficiente.
COMO YO TE AMO
Como yo te amo es un cortometraje de enormes pretensiones y pareciera que el objetivo puesto en una obra de mayor duración. Las desventuras del enamorado Aarón Gómez -al que secudan Silvia Alonso y Carlos Areces– son glosadas en forma de comedia policíaca y melodrama carcelario. Se ha contado con extraordinarios medios para la realización de este corto, o al menos la impresión que de los productores se han dejado la piel para ofrecer al público una montaña rusa de acción, sensaciones en escenarios muy diversos. Exagerada, histriónica e hilarante, esta obra nos demuestra cuán persistente puede ser la fuerza del amor a primera vista. El guión está salpicado de un humor saludable que se aprovecha de la bis cómica de todo el elenco participante.
GRAFFITI
Graffiti es una historia que tiene muchos puntos de contacto con el libro Soy Leyenda, de Richard Matheson, aún guarda más similitudes con su última adaptación, Soy Leyenda (Francis Lawrence, 2007). En Graffiti se subraya la soledad en la que vive Edgar, el protagonista, único superviviente de una ciudad que se encuentra consumida por la radiación. Un día descubre el mensaje de una persona, un graffiti escrito en la pared de su mugriento e improvisado dormitorio, llegando a entablar una curiosa relación romántica en forma de pintadas. Aparte de la lectura de género -ciencia ficcción-, en Graffiti subyace una lectura muy inquietante: la forma que tenemos de relacionarnos en la era digital, la de las redes sociales, la soledad y la nausea existencial, en la de los mensajes telegráficos entre las personas. Graffiti es una historia áspera con un giro muy dramático, pero también redentor y esperanzador. Lluis Quílez firma este cortometraje con pulso seguro y con una acertada visión del paisaje postapocalíptico cuyo rodaje tuvo lugar en Pripyat, donde se ubica el reactor nuclear de Chernobil.
VERDE PISTACHO
El estilo de Paco Cavero es cómico, sus chistes nos acercan a la comicidad de nuestro día a día, una necesidad de escapismo nada disimulado ante la cotidianeidad, y todo ello aderezado con un delicioso jugo de fantasía. Verde Pistacho, igual que Le Llamaremos Bobby -su primer cortometraje-, muestran a personas normales que viven una fantasía, con golpes de efecto, de humor, escarbando en nuestras neurosis para facilitar su exorcismo en forma de risa. Verde Pistacho es una pieza anti-ET, una versión con más mala leche que el mítico título de cine familiar que todos conocemos, con personajes que rayan lo estrafalario -aquel vecino pesado- y con unos aliens cuya intención parece ser la lucha contra el mal gusto y las imposiciones sociales. Hilarante de principio a fin, supone un salto cualitativo de este joven y prometedor realizador.
CAMBIO
Atmosférico e inquietante, el nuevo corto de Daniel Romero es un torbellino de sensaciones amparadas por un contexto de cine de terror, y no hay más terrorífico como ver que como la vida en convivencia se degrada y alguien se convierte en una persona completamente diferente. En Cambio, la pareja protagonista sufre una crisis durante unas vacaciones en un entorno idílico, si su pretensión era la de reflotar su relación, su fracaso hace que sus dobles (dopplegänger) intervengan con gran fiereza, creando un horror increscendo que violentará la situación con la intención de subvertirla. El cortometraje de Daniel Romero cuenta con un increíble aparataje sonoro que transmite al espectador una ansiedad poco vista en una pieza de tan corta duración. Sin duda uno de los cortometrajes más interesantes de Cortopilar.
