Zombie Hunter: Aunque la mierda la pintes de rosa, mierda se queda.
Que se sepa ahora, los zombies están más de moda que nunca gracias a autenticas pestes como The Walking Caspa, o Resident Cenagal. Así que ni cortos ni perezosos, un montón de gilipollas se han unido a esta moda ya que por lo visto da mucho rédito y en las que se suele invertir una media de 10 euros para que luego acabe recaudando unos 30 euros más o menos, con suerte. En este punto nos encontramos con Kevin King, director de este film y el clásico friki que se masturba haciéndose cuantos videojuegos pasen por su consola al 100%, o más porcentaje si puede, y con películas de dudosa calidad y procedencia hechas con poco talento y menor dinero, que ademas usa de tinta para su impresora el semen que le sale tras estas eyaculaciones. Para empezar he de decir que al menos es algo entretenida, porque he de confesar que ver esos filtros rosas y esos CGI tan asquerósamente baratos consigue que te de ganas de ver el resto del presupuesto de la película, un presupuesto que por lo visto no incluía un script porque fallos de raccord hay a patadas. En cada nueva etapa de la casi inexistente carrera de este tipo de gente, se nota descaradamente que van perdiendo recursos, credibilidad y presupuestos para sus filmes, pero a ellos no les importan estas cosas, porque su ebriedad de poder siempre quedara intacta. Ya pueden tener una gran productora salchichera respaldándole, o la terraza de su casa como lugar de rodaje, que no se van a sentir limitados en absoluto y seguirán produciendo cuantas defecaciones se encuentren por el contenedor de basura ese que llaman hogar. Esta película es la mejor muestra posible de como ha degenerado el genero zombie hasta limites insospechados, que no conoce el ridículo y que por lo visto seguirán rodando películas de esta baja calidad y estofa hasta el día en el que todos estos autores se mueran, incluso con todo en su contra, como en el caso que hoy nos ocupa. También nos valdrá como ejemplo de toda esa gente que cree que hace una buena película y acaban soltándonos un zurullo costumbrista, intentando hacérnoslo pasar por bueno. Si, los que os sentís aludidos por este comentario os lo confirmo: Va por vosotros.
Nos encontramos en un post-apocalipsis zombie de esos típicos y tópicos provocado por una misteriosa droga de color rosa llamada “Sin” que acaba petando al planeta Tierra. El Cazador es el más que típico antiheroe borrachuzo solitario superviviente que montado en su buga, va aniquilando zombies en busca de la redención por sus pecados pasados y a su vez enfrascado en la eterna búsqueda de un bocata de chorizo de Cantimpalo, pero todo esto no tendría ningún sentido si no estuviese regado con una botella de Tequila chicano. Tras toparse con un grupo de gentuza liderado por el cura huele bragas Jesus, decide unirse a ellos porque no tiene nada mejor que hacer.
Entre pitos y flautas, pasan cinco minutos de metraje en los que no pasa una shit y no se muy bien que pensar. Entonces mi sentido arácnido de la caspa me dice algo, me empiezo a oler algo raro. Me doy cuenta de que el protagonista es un calco de Max Payne (el del videojuego, la película es un trozo de caspa de alucinar) pero en un mundo baldio post-apocaliptico y con cara de retrasado mental rubio. Aun así dejo pasar el tiempo a ver que pasa, A partir de aquí ya no me huelo nada, directamente me escuecen los ojos del pestazo que me viene a la jeta. Y es que, como más de uno de vosotros habrá adivinado, la principal labor del director en esta película es hacernos agonizar con las secuencias del film todo lo que pueda. Nada de divertirnos, si no meter escenas y mas escenas para completar la película, como si de un álbum de cromos se tratase. De este modo, este amago de película discurre entre aburridísimas y rutinarias peleas de tres al cuarto y discursos abominables tipo Scooby Doo, hasta tal punto que la única lucha emotiva a la que va a asistir el espectador es la que mantiene el director con el tiempo, peleando desesperada y encarnizadamente en la sala de edición por alcanzar esa duración mínima necesaria para que salga al circuito comercial. Una cosa me quedo claro clarinete tras ver este vomitivo engendro del Hades, y es que esta es la visión de film perfecto según el director, pero por mi parte el muy subnormal, visión, lo que se dice visión, no debe tener ninguna, si atendemos a la fotografía a ratos medio destrozada, a los cuarenta y cuatro mil filtros digitales que nos mete por el ano (sin escupitajo de cortesía ni nada) y esos focazos epilépticos de puticlub que planta en cada escena, acaba trasladándonos su punto de vista de la historia, es decir, dejándonos completamente ciegos como si fuésemos el maestro del protagonista de la serie de Kung Fu.
Por si no ha quedado claro del todo, lo confirmo, este es un film de bajísimo presupuesto y de menor valía, cuyo único atractivo puede ser el ver al incombustible Danny Trejo liándose a hachazos con los zombies que se encuentra por las esquinas, pero es que ni por esa razón se podría ver esta película, o si, hay gente para todo. Por lo demás resulta carente de casi todo lo que hay que pedirle a una película del subgénero, o ya puestos, a cualquier película. Se trata de una especie de road movie mierder que resulta ser el fruto de una especie de fusión impía entre Mad Max con menos pasta aun y las últimas entregas de Resident Evil localizadas en el desierto. Aquí el cazador de zombies se dedica precisamente a eso, a reventar zombies a destajo mientras el resto le miran, al mas puro estilo de trabajo en España. Hasta aquí llega el argumento. El guión prosigue inexorablemente su camino hacia la más incongruente de las chorradas, culminando en un festival de despropósitos apestosos que no te acaba diciendo nada. Se puede decir que el supuesto guionista escribe la historia en torno a las alucinaciones que le produce la inhalación de alguna extraña e intoxicante sustancia rosa como en la película. Pero no os preocupéis porque hay clichés como para parar un B52 en pleno vuelo, entre ellos el del clásico grupo de supervivientes que dan ganas de practicarles la eutanasia nada mas verlos. El grupo esta compuesto por la chica voluptuosa que esta mas caliente que el escroto de Satan, la otra chica guapa y recatadilla, su hermano deforme y subnormalizado de 15 años, un redneck pajillero y literalmente subnormal, el abuelo Cebolleta especializado en volar con aviones y mirar como pasa el tiempo, y el cura Danny Trejo que se dedica a acumular cuantos puntos de experiencia pueda en este lugar y a aceptar cualquier papel que le ofrezcan, por muy malo que sea.
Como intento de novedad tenemos el motivo del apocalipsis que llega de una forma distinta a la habitual, aunque en el fondo nos acabe importando una mierda pinchada en un palo. Tras la abrupta llegada de una droga de color rosa, esta se expande como el humo de un porro en un establecimiento cerrado y la población que se ha yonkizado por su culpa, acaba transformándose en un puto zombie sin motivaciones liándola parda y convirtiendo a nuestro planeta en un bonito zurullo en linea de playa. La película nos sumerge en un mundo relativamente violento (ya que no se ve a casi nadie) a causa de este incidente. Y es aquí donde se nos presenta al cazador, un cliché redundante a modo de hombre solitario enfrentado a todo lo que le rodea, receloso incluso de sí mismo, con el carisma de un dildo sin pilas, subido a lomos de su Camaro y exterminando a cuantos zombies vea a tiros, a golpes de cuchillos mágicos o con su tranca haciéndoles un +6 hit combo a la cara. El parecido con el personaje protagonista del videojuego Max Payne es asombroso, solo le cambian tres cosas le añaden un poco mas de rollo Punisher o de un perdonavidas cualquiera de esos que tienen un cementerio aparte.
El asunto es que después de tirarse casi un año sin ver a un ser humano recorriendo los caminos putrefactos por los que pulula con su cara de gilipollas francés, se da de bruces con un grupo de survivalist mal equipados para el apocalipsis zombie, y con su líder que es el personaje interpretado por el cuñado de Robert Rodriguez, un sacerdote muy peculiar llamado Padre Jesús. Rodeado de dos féminas que se supone que están de toma pan y moja; Claire Niederpruem guapetona, algo mojigata y tontorrona y la explosiva (siempre que no le hagan zooms a la cara) Jade Regier, estos dos personajes solo están por el film para que se vayan insinuando de manera random a lo largo del metraje a nuestro anticlimatico personaje. Pero aun así el cazador no les hace ni puto caso ya que va en piloto automático con el guion y tiene que parecer aun mas solitario e inaccesible.
La trama alcantarillera de esta Zombie Hunter poco más da de sí. Este supuesto guión podría resumirse con un par de “me cago en la puta de oros joder” y los actores del film también tienen lo suyo, pudiendo comprobar como van hundiéndose poco a poco a medida que avanza el film con sus interpretaciones de obra de teatro de preescolar donde finalmente acaban autocanibalizandose a si mismos. Solo puede definirse esta caca de la vaca como un conjunto de típicos tópicos de variados géneros, mezclados con batidora sin ningún sentido del buen gusto, aderezados con flirteos entre el protagonista y las dos chicas, con diálogos adjuntos que llevan algunas frases para pegarle a todos con un bate de baseball lleno de cuchillas de afeitar y la presencia de Danny Trejo haciendo de tío mas duro que los clavos de un ataúd y que a la larga pa lo que dura en la película vivo, se lo podrían haber ahorrado y su sueldo haberlo invertido en CGI decentes. Fijo que es el que mas cobra, es sin duda el Rutger Hauer mejicano.
Especial mención a los infumables CGI tan baratos, con monstruos gigantes plagiados directamente del Resident Evil del 96 (el videojuego), con un desarrollo tedioso, con momento de tío con motosierra loco incluido tan socorridos en este tipo de films pero que a diferencia que en otros metrajes que esa es un arma de leyenda (como en Sharknado) aquí vale menos que usar una cucharilla de café para asesinar a la people https://www.youtube.com/watch?v=9VDvgL58h_Y, un descarado intento sodomizante de copiar los tonos cromáticos apagados de los autocines cincuenteros, aderezando el conjunto con una música electrónica al nivel de Chimo Bayo. Vamos, una deyección de Godzilla que no se sostiene por sí misma de ninguna de las maneras posibles, que incide y reincide en cada uno de los errores cometidos anteriormente en el subgénero de los muertos vivientes, de las películas rollo Mad Max, o de cualquier obra cinematográfica posible (excepto The Room, por supuesto).
En resumen, Zombie Hunter es una de esas películas de “desconexión cerebral”, si no todo lo contrario. Hay que abrir a tope todos los sentidos para no perderte absolutamente nada. El más mínimo detalle chorras puede hacer que te despolles (o no, en mi caso no mucho). Todo esto se hace con una idea en mente y es para que ningún cliente potencial (cuya cifra de un test de CI no supere las 2 cifras) se pierda y crea que esta viéndose la ultima mierda de Jodorowski y acabe creyéndose mas listo que nadie tras su visionado. Esa no es la intención del largometraje en cuestión y puede confirmarse que esta película tiene pocos mensajes que darnos.
Básicamente toda la película es basura infecta con sangre rosa renderizada de por medio, que solo podrías verte hasta las trancas de LSD o con unos huevos mas grandes que el iceberg que acabo violando análmente al Titanic.