CORTOPILAR, I Festival Internacional de Cortometrajes de Pilar de la Horadada (Alicante), se celebró durante la semana del 30 de noviembre al 3 de diciembre. En esta extensa reseña vamos a resumir nuestra opinión sobre los cortometrajes nominados que fueron parte de la selección oficial. las opiniones que vertemos hemos de observarlas con relatividad dado que, en general, la selección de cortos fue más que buena, todos tienen una excelente calidad, y como crítica oficial del festival hemos de hacer una comparativa necesaria y constructiva. Veréis que hemos decidido a hacer dos artículos para explayarnos a gusto con cada una de estas grandes obras. Vamos a por el primero de ellos.
WHEN DEMONS DIE
Lo que comienza como un relato de aislamiento con tintes survival termina tornándose en un thriller con numerosas referencias a títulos como La Niebla (The Fog), Señales (Signals) o La Matanza de Texas (Texas Chainsaw Massacre). Grandes virtudes son las que reúne este cortometraje: una buena ambientación, un acertado montaje y una fotografía envolvente, atmosférica, todo dirigido por la batuta de Daniel Rubesman de forma impecable. When Demons Die es una obra que asusta y conmueve en sus momentos más climáticos, pero que al final nos deja cierta sensación de déjà vu. El realizador apuesta todo a un pulso con el espectador que acaba en un giro argumental un tanto estandarizado. Si el guión hubiera evitado la deriva final al thriller el resultado hubiera sido más estimulante. Aún así, el cortometraje es sumamente notable.
UNA AVENTURA DE MIEDO
El cortometraje de Cristina Vilches es una de estas piezas que nadie puede ver con disgusto. Reúne un buen abanico de recursos y formatos de animación, desde el stop-motion con muñecos de plastilina hasta la ilustración minimalista y el collage. Una aventura de miedo es un interesante ejercicio creativo que ha insuflado vida y personalidad a los dos personajes principales, un niño y un monstruo que se harán amigos para vivir la más intensa de las aventuras: la subversión de los miedos infantiles y la asimilación del lado oscuro como una parte más de nuestras vidas. El público al que está destinado es tanto el infantil como el adulto, pues los códigos psicológicos que maneja el cortometraje son tan universales que todos en nuestra vida hemos tenido que abordarlos en algún momento.
PARQUE
Parque es un cortometraje con una duración muy ajustada, 10 minutos en los que desarrolla una historia muy espontánea de humor negro, y «solo» en apariencia con pocas pretensiones. Destacamos la puesta en escena, una fotografía de tonos pastel que va perfecta a la naturaleza del relato, un relato cuya conclusión deja un poso amargo en el espectador. A pesar de que se disfrace con un halo de comedia, subyace en la historia un subtexto sobre el maltrato y la moral de la corrección que incita a una reflexión más sesuda sobre el mensaje de esta obra. Parque es un buen intento de su director, Mateo Garlo, de ser versátil, imaginativo y hasta sublime en su humor, pero un poco más de garra hubiese redondeado a la pieza.
NO ME QUITES
El formato del cortometraje es un marco perfecto para los duelos de rostros, para los planos cortos, para que en muy poco tiempo se puedan desencadenar las más tortuosas pasiones, como sucede en No me quites, un cortometraje directo y pasional, con dos grandes interpretaciones, especialmente la de ascendente y versátil Laia Costa. Planteado como un desencuentro entre dos amantes, el pulso de la Laura (Laia Costa) al huidizo Luis (Hammudi Al-Rahmon Font) se muestra como el resultado de obsesión de tintes enfermizos, una necesidad de llenar el vacío de una soledad inminente. No me quites transmite nervio y energía, es una propuesta que arrastra al espectador al mismo universo obsesivo e incontrolado que vive la pareja protagonista.
HURTO
Hurto es una pequeña joya, lo es no sólo por la puesta en escena y la fotografía, también por lo que los actores destilan, un halo muy especial: él es un taciturno ladrón que entra en una casa a robar baratijas, ella, una solitaria anciana con principio de demencia senil que le confunde con su marido. En el breve transcurso de su encuentro se desarrollará una relación muy especial, llena de recuerdos y alegría, en el marco de un decorado exquisitamente cuidado en todos sus detalles escenográficos y de dirección de arte. Este corto de Jerónimo García Castela, ha obtenido sendas nominaciones en el Festival, pero se echa de menos la de mejor actriz para Silvia Casanova, que realiza un sublime y entrañable trabajo a la par que su partner masculino, Manolo Caro.
CENIZO
El estilo de Guillermo del Toro sigue creando escuela. Aún con destacables diferencias formales, Cenizo es una fábula que, sin apartarse de una historia de base, actual y realista, combina con elementos fantásticos del vintage de la ciencia-ficción norteamericana de los años cincuenta, consiguiendo un producto ensoñador y lacerante a la vez. Hay una cruda realidad que el niño, en su fantasía, quiere obviar y que se revelará implacable en su último acto. Cenizo es un prodigio de puesta en escena y de ideas imaginativas, y si además confluye en él la crítica social, el objetivo de la obra está de sobra conseguido en este excelente trabajo, por el que hemos de felicitar a su director Jon Mikel Caballero, y no solo por este corto, también por una andadura profesional que le llevará muy lejos.
BARAKA
La profusión de medios con el que ha contado el cortometraje de Néstor Ruiz es sencillamente impresionante, Baraka es una rara avis que muestra su músculo en una producción que está casi a la altura de muchas películas de acción. Baraka es uno de esos cortometrajes que nos hacen reflexionar sobre lo mucho que ha crecido el formato corto, siempre a la sombra de su hermano mayor, el largometraje. Baraka también nos sumerge en una realidad que los noticiarios nos cuentan con números, estadísticas e imágenes que parecen sacadas de un videojuego. Su planteamiento recuerda en su subtexto a aquella película de Dennis Villeneuve, Incendies, que reflexiona sobre el pernicioso círculo de la violencia, extendida por unos y otros, y diluida en un mar de caos, religión y política. Necesario, espectacular y vibrante es Baraka, un cortometraje que donde la acción y las pulsiones de sus protagonistas lanzan el relato hasta sus últimas consecuencias.
PLAYBACK
Una seductora Andrea Trepat encarna a una prostituta muda que es citada por un exitoso, pero aburrido, hombre de negocios (Jorge Cabrera). Evitando el exhibicionismo erótico, los dos personajes se embarcarán en una noche sin sexo pero de evocación cinéfila. Queda clara la vocación de tour de force de esta pieza, edulcorada de forma piadosa, y entrañable en su resultado final. Aunque el guión y las formas de Playback puedan parecer una comedia -el cortometraje usa la cinefilia como recurso retórico y humorístico-, su razón de ser es el de contar la historia de dos personas solitarias, de dos absolutos desconocidos que dan una tregua a sus vidas para poder escucharse.
JULIA DE CASTRO DE LA PURÍSSIMA, ANATOMÍA DE UNA CRIMINAL
La actriz y neofolclórica Julia de Castro protagoniza este falso documental que a buen seguro levantará ampollas en muchos asientos. La incorrección política campa a sus anchas: en una galería catalana de arte contemporáneo se exhibe un óleo donde se mezcla la tauromaquia y el desnudo en una puesta en escena puramente española y castiza. La vena underground de los artistas no tardará en salir a la luz en un periplo que sirve para criticar algunos aspectos de la actualidad -catalana- como el chovinismo, la fobia a la tauromaquia empleada políticamente como signo diferenciador del resto del Estado, o la concepción del arte moderno y de su incapacidad para la autocrítica. Una duración excesiva quizás, pero el personaje de Julia es entrañable, y los insertos en los que su director nos ofrece su personal bitácora son hilarantes.
