Crítica: Terminator Génesis
Título: Terminator Génesis (Terminator Genisys). Año: 2015. Duración: 126 min. País: Estados Unidos. Director: Alan Taylor. Guión: Laeta Kalogridis, Patrick Lussier. Música: Lorne Balfe. Fotografía: Kramer Morgenthau. Reparto: Emilia Clarke, Arnold Schwarzenegger, Jason Clarke, Jai Courtney, J.K. Simmons, Dayo Okeniyi, Lee Byung-Hun, Matt Smith, Michael Gladis, Sandrine Holt, Natalie Stephany Aguilar, Teri Wyble, Brett Azar, Starlette Miariaunii, Nolan Gross.
La práctica del «reboot» o «recomienzo» de una franquicia para insuflar nueva vida a una saga ya agotada no es nueva, pero es difícil hallar con la fórmula que permita que una nueva generación de fans se enganche a un fenómeno que, al menos en teoría, habría procurado unos excelentes beneficios a sus productores, amén de participar en la orgiástica cultura popular en la que vivimos inmersos. Las razones para el reboot de una franquicia pueden ser varias: el envejecimiento de los actores, su agotamiento comercial o simplemente la actualización y renovación estética y temática que la permita subsistir en los nuevos tiempos, teniendo en cuenta que, por lo general, las sagas objeto de reboot ya forman parte de nuestro imaginario pop. Entre los reboots más sonados de la última década figuran el desastroso lanzamiento de Jason Momoa como Conan El Bárbaro (2011) o la enquencle revisitación de Robocop (2014) de la mano del a priori interesante José Padilha. Otro de los reboots más esperados del 2015 ha sido el de la saga Terminator, y aunque parecía imposible superar lo que en nuestra memoria colectiva los buenos recuerdos que conservamos de la mitología creada por James Cameron, un guión obra de Patrick Lussier y Laeta Kalogridis que no ha insultado a la inteligencia de los espectadores y la dirección firme y pirotécnica de Alan Taylor, ayudado por el especialista en cine de acción Alexander Witt, lo ha hecho posible; Terminator cuenta con su reboot, Terminator Génesis (Terminator Genisys, 2015), y ha cumplido con creces las expectativas que los aficionados han puesto en él, un reboot que, a priori, y todo hay que decirlo, eran pocas, y es que nuestro nivel de hartazgo ante las producciones que únicamente pretenden seguir sacando réditos de lo conseguido en el pasado es ya una actitud difícil de quitarnos de la cabeza y está más que justificada.
Terminator Génesis (Terminator Genisys, 2015) se concibe como un refrito de las dos primeras entregas de la saga: Terminator (1984) y Terminator El Juicio Final (1996) pero en clave de blockbuster veraniego. Si la primera entrega de Terminator fue una película de serie B con unos resultados que trascendían su propia concepción, en la segunda, los efectos especiales se convertían en los protagonistas de la función creando una espectacular cinta a golpes de mamporro digital, aún incipientes en la industria cinematográfica, pero lo suficientemente avanzados como para precognizar lo que sería el futuro del cine de entretenimiento y acción. Los resultados de ambas partes no tuvieron parangón para el desastre que supuso la crepuscular e innecesaria Terminator 3 La Rebelión de las máquinas (2003) o la poco comprendida Terminator Salvation (2009). La nueva entrega o reboot, Terminator Génesis, coprotagonizada por Arnold Schwarzenegger, es una película arriesgada toda vez que en nuestra memoria ha quedado un grato recuerdo de los filmes de 1984 y 1996 -y a algunos también de la cinta de 2009 entre los que se encuentra el autor de esta crítica-, un capítulo que reinicia la serie pero que necesita de la complicidad del espectador, o más, del fan, para que funcione. Sin ánimo de destripar demasiado una película que, por otra parte, tiene un argumento que ya ha sido desgranado de forma abusiva por su productora, diremos que Arnold Schwarzenegger es una terminator que acompaña a Sara Connor desde su niñez y que Kyle Reese juega un rol mucho más importante que en la primer episodio de la saga gracias a una sofisticación en los viajes en el tiempo que ambientan la película en tres momentos muy distintos del presente y el futuro inmediato de la humanidad.
El terminator interpretado por Arnold Schwarzenegger tiene un sentido del humor que nunca se vio en la saga primigenia, estirada y actioner donde las haya, permitiéndose incluso un guiño a contemporaneidad con un chiste sobre la crisis económica actual. Las secuencias de acción donde Arnold Schwarzenegger aparece son realmente movidas para un actor de la edad del austriaco, ya septuagenario, viéndose a un Schwarzenegger más dinámico que en recientes producciones de acción como Sabotage (2014). Le acompañan Emilia Clarke -célebre por su papel en Juego de Tronos- interpretando a Sara Connor, Jason Clarke como John Connor y Jai Courtney como Kyle Reese, conformando un elenco que junto al despliegue de los efectos especiales y secuencias de acción son el núcleo y alma de una película granguiñolesca en sus sets de acción, y es que con estos actores y un guión que peca más de inteligente que de ingenuo -aunque en todo momento nos aportará una sensación de deja vú, eso sí muy grandilocuente- este reboot es una experiencia interesante y disfrutable.
Terminator Génesis tiene buenos momentos aunque en conjunto pueda herir la sensibilidad de los fans más puristas. Aparte de buenas ideas como el baño en ácido de uno de los terminators, la aparición de un nuevo androide de nueva generación o esa arriesgada pirueta de viaje temporal a mitad del metraje, se dan cita los tics más célebres de la saga: ahí está Arnold Schwarzenegger con un oso de peluche que encierra, ya lo suponemos, una escopeta, la aparición de Kyle Reese en el callejón, el policía que recuerda al T-1000…Puede que algunos fans vean falta de originalidad pero quizás su percepción es errónea pues muy diferente es que se realicen guiños a los dos primeras entregas de la saga -a fin de cuentas es un reboot- y otra es que Terminator Génesis no aporte la necesaria vuelta de tuerca a una historia que parecía agotada.
La nueva entrega de Terminator es, en consecuencia, un ejercicio de posmodernidad basado en una idea que de entrada ya era posmoderna, la del androide que se rebela contra sus creadores. En el campo de la posmodernidad y la cultura popular, mutante por propia definición, Terminator encuentra un nueva génesis y muchos lo aplaudimos, ojalá éste derroche de ingenio sirva de acicate para que los reboots de otras sagas puedan ser tan dignos como lo es este Terminator Génesis. Los títulos de crédito nos despiden con el tema principal de la saga compuesto por Brad Fiedel, una sintonía que se mantiene al margen en todo el metraje y nos apuntilla ese subidón de adrenalina que llevamos «sufriendo» toda la película. Simplemente estremecedor.
https://youtube.com/watch?v=rGSxss7gWak