Crítica: Somos lo que Hay, de Jorge Michel Grau
Título: Somos lo que Hay. Año: 2010. Duración: 85 minutos. País: México. Director: Jorge Michel Grau. Guión: Jorge Michel Grau. Reparto: Francisco Barreiro, Alan Chávez, Paulina Gaitán, Carmen Beato, Jorge Zárate, Esteban Soberánes, Daniel Giménez Cacho, Juan Carlos Colombo, Humberto Yáñez
Que Iberoamérica está despertando en cuanto a cine de género se refiere, es algo que está fuera de toda duda hoy en día. Jóvenes cineastas latinoamericanos han encontrado en el cine independiente un rincón donde desarrollar interesantes ideas, alejados del torbellino de un cine mainstream que ya ni siquiera sirve para llenar las salas de los centros comerciales. Encontramos muestras de este incipiente cine de género en películas tan atractivas como La Casa Muda (2010), de Gustavo Hernández, Fase 7 (2010) de Nicolas Goldbart o la más gore, Somos lo que Hay (2010), del novel Jorge Michel Grau, acompañado de un notable y profesional equipo técnico y actoral, y escrita a partir de un cuento que desarrolló en sus años de facultad.
Ciudad de México, una ciudad exageradamente populosa. Un hombre de mediana edad recorre un lujoso centro comercial y sus calles aledañas, infestadas de miseria, para terminar caído y muerto en una acera. En su estómago, un dedo humano. Pronto la familia recibirá notificación de su muerte, el patriarca de la familia, quedando sumidos en una profunda tristeza que irá más allá de la mera muerte de un ser querido. Esta familia es un clan de caníbales que sobrevive en las paupérrimas barriadas de la ciudad. Guiadacon mano de hierro por el patriarca ahora fallecido, la familia se sentirá perdida e incapaz de asumir un destino en el que sólo existe la pobreza y el hambre.
Independientemente de la temática fantástica de Somos lo que Hay, ésta cuenta la historia de un núcleo familiar que se debate entre la descomposición y la emergencia de un nuevo liderazgo liderado por los hijos varones, enfrentado con las viejas directrices que representala madre. Esta premisa argumental sirve de telón de fondo para contar muchas más cosas, que conforman una interesante historia con un explícito contenido social sobre los devastadores efectos del capitalismo en los países sudamericanos, que han creado bolsas de pobreza tan arraigadas en la sociedad que el remonte generacional es prácticamente imposible.
La Zona (2007) es otra película mexicana dirigida por Rodrigo Plá, que sirve de excelente referente para comprender la organización social de este tipo de sociedades, estratificadas en capas sociales con distancias abismales entre ellas. Esta película cuenta como un muro de seguridad separaba una barriada de casas de lujo de una empobrecida favela, y las trágicas interacciones que se producen entre los habitantes de ambos lados de la valla. Somos lo que hay tuvo muy en cuenta el mensaje transmitido por el film de Rodrigo Plá, no para volver a contar el contraste de clases sociales, sino para incidir en los avatares de los menos favorecidos, los que viven en destartaladas viviendas, con trabajos tan insignificantes que ni siquiera les dan para comer.
Así, Somos lo que Hay deviene en revulsivo fantástico de la realidad relatada por Rodrigo Plá, quedando dividida en dos enfoques distintos pero que se engarzan y complementan. Por una parte el relato social neorrealista y por otro un relato fantástico sobre el canibalismo, dos caras de una moneda que tienen un denominador común: el hambre. La imposibilidad real de conseguir comida en un universo de pobreza endémica. Este hecho provoca la creación de núcleos familiares donde la supervivencia, jerarquizada por el patriarca, viene dada por el aprovechamiento de la carne de “los otros”, gente que convive en el mismo estrato social de los protagonistas y que serían considerados como ganado a los ojos de la familia protagonista. Por otra parte, Somos lo que Hay dejaría el camino abierto a la posterior explicación de cierto rito de descuartizamiento y glorificación de la carne a consumir.
La parte donde se escenifica este rito es, sin duda, la más truculenta, pero menos interesante que aquellas en las que se describen el entorno social y las contradicciones morales y sexuales de los protagonistas. No exenta de cierto erotismo cuando el personaje de la atractiva Paulina Gaitán-vista en Sin Nombre (2008), otra película sobre la desintegración social en el contexto de la inmigración y las bandas organizadas– deja de rebanar un cadáver para darle un mordisco en el muslo. Lo peor de esta escena es la ruptura con el realismo social que hasta ese momento se había impreso en Somos lo que Hay. La mención y ejecución del rito abre más interrogantes que respuestas, y ya estamos visionando el tercio final del film, y sirve más para una justificación moral de los protagonistas: un rito de origen indeterminado que perviviría de generación en generación, convertido ya en modo de supervivencia, y que conservaría cierto carácter mágico. No se relata el origen del rito y da un giro innecesario a la más aterradora realidad relatada a modo de set pieces hasta ese momento: la caza de un niño abandonado para su sacrificio, la prostituta asesinada y abandonada en la calle, la corrupción policial, la ambigüedad sexual de uno de los caníbales o la inquietante pureza virginal del personaje de Paulina Gaitán, que contrasta con su frialdad y ansia caníbal. La puesta en escena del rito nos remite a Borderland (2007) una cinta que también hablaba de horrores caníbales creados al amparo de la pobreza y el narcotráfico.
En una entrevista ofrecida por Grau a medios mexicanos relata la próxima aparición de una novela gráfica –es más barata que una película- que explicaría el origen del ritual y de la muerte del padre: una enfermedad real, llamada Kuru, que surgió en una tribu caníbal de Nueva Guinea, que fue muriendo a partir de una proteína del ser humano que es nociva para el mismo ser humano. El canibalismo abandona las ignotas selvas centroamericanas y se ubica en una superpoblada ciudad, otra selva, al fin y al cabo, pero más peligrosa. Una vuelta de tuerca que decantará la historia de Somos lo que Hay hacia el lado fantástico, y le restará verosimilitud, pero que quizás asegure la producción de una lucrativa franquicia. Y como colofón, un sentido homenaje a la película Cronos (1993), obra prima de Guillermo del Toro: el cameo de Daniel de Daniel Giménez Cacho en el depósito de cadáveres.
El trailer, realmente inquietante, parece conseguido ese ambien te oscuro y triste del que hablamos en los sin nombre. Pinta bien la pelicula, si ademas el guion le da veracidad. Puede ser toda una sorpresa. Saludos
La única pega que encuentro es el giro «fantástico» que hace la película, cuando podría ser un film totalmente «social» pero de aún así es una muestra excelente de cine mexicano independiente. Si la ves ya me contarás que te parece el conjunto. Saludos.
Ya te dire cuando la vea, por cierto el tema del canibalismo, me gusto mucho el tratamiento que se le da pelicula La Carretera. Elegante para mostrar sin abusar de las escenas mas gores, siempre me parecio mas inquietante no mostrar y si sugerir. Claro que la fotografia en esa pelciula es impresionante y los actores igual. Una pelicula magnifica de la que hice una de mis primeras reseñas hace unos pocos meses, cuando empece con el blog este.
Lo dicho, a ver si la veo y te comento, que ultimamente entre mi familia que es numerosa y los aviones, trabajo en una compañia aerea. No tengo tiempo para casi nada
Muy buena La Carretera, leí tu post hace tiempo. Y el libro es impresionante igual, y corto -cosa que yo agradezco. La escena de la «despensa» es acojonante. Te recomiendo también Stake Land, una de vampiros al estilo Soy Leyenda y con la estética de La Carretera; eso sí, no esperes grandes presupuestos jeje, es muy modesta. Saludos.
Acabo de ver Stake Land, buena recomendacion. Falta de presupuesto sin duda, pero me gusta esa ambientacion que da y que los vampiros no sean niñatos dispuestos a moder a otros niñatos por amor y zaranjadas varias. Me ha gustado y tampoco la veo tan modesta, no es una superproduccion, pero tampoco es una cutrez de esas que tambien tienen su gracia….
Hola Plared. Me alegro que te haya gustado. Tenemos que ir cruzando recomendaciones!! En octubre iré al festival de Sitges y traeré unos montón de nuevos títulos para devorar. Saludos.
Imagino que igual las has visto pero Higanjima una pelicula coreana y Japonesa, estaba bastante entretenida, con ciertos personajes bastante curiosos, me sorprendio la verdad. Una mezcla de produccion con dinero y a la vez el encanto de las peliculas de serie b. Vamos que entretener lo hace,
Tambien la horda, pelicula francesa que mezcla polis, traficantes y zombis, no esta nada mal. La verdad es que me parece bastante mejor que muchas con mas fama
Por cierto, yo todas estas peliculas las suelo ver con mi hija. Cada vez que sale una ya la tengo ahi, con esa sonrisa y dicendo. Papi. tengo una de esas que nos encantan…
jajaja, yo juego con mis sobrinas a los zombies, hay que ir acostumbrando a la juventud a ver buen cine. Gracias por la recomendación, a ver si la busco y te cuento. Saludos.