Crítica: Lifeforce, de Tobe Hooper
Título: Lifeforce. Año: 1985. Duración: 116′ País: Reino Unido. Director: Tobe Hooper. Guión: Dan O’Bannon, Don Jakoby (Novela: Colin Wilson). Música: Henry Mancini. Fotografía: Alan Hume. Reparto: Steve Railsback, Peter Firth, Frank Finlay, Mathilda May, Patrick Stewart, Michael Gothard, Nicholas Bal, Aubrey Morris, Nancy Paul, John Hallam.
Lifeforce o como se puede hacer algo tan malo que incluya a Dan O´Bannon, Tobe Hooper, Patrick Stewart y la Cannon
El dolor, la angustia, el sentirse sucio después de ver estas cosas… No hay palabras suficientes para describir el terrible tormento al ver cierto tipo de cine.
En el mundo hay cosas que dan mucho pavor, y lo normal es que estas cosas te puedan llegar a paralizar del todo, lo que puede llegar a ser un handicap que te impide hacer cosas que los demás podrían hacer sin problemas. Así que aquí os dejo mi lista de los diez principales males de la historia:
1- Cine Costumbrista. 2- Dogma 95. 3- El Puto Lars Von Trier. 4- Alejandro Jodorowski (para mi jodoflorodowski) 5- Satanás. 6- La Tuna. 7- Las estúpidas pseudociencias como la homeopatía, psicomagia (véase Jodo floro) y tonterías del estilo 8- Las productoras de cine de dudosa calidad y procedencia como la Troma, La Cannon, La Asylum y gilipollas del palo. 9- Los Escuadrones de la Muerte. 10- Productores con “criterio”.
Todo este tipo de gentuza deberían ser parias de nuestra sociedad, pero esto esta lejos de acabar, ya que la naturaleza aborrece los vacíos y siempre aparecerá nueva mierda para darnos por detrás. Normalmente esta gente suele palidecer ante la materia fecal que me suelo ver y esta película no es la excepción a ninguna regla.
La historia empieza así, y voy a remitirme al que considero el Dios del conocimiento empresarial (Scott Adams), aplicándolo a la Cannon y demostrando porque nunca tuvieron un éxito decente en toda su carrera cinematográfica.
Al menos que yo sepa. “ Un Chimpancé con retraso mental podría beberse una caja de cervezas y todavía podría seguir llevando mejor una productora cinematográfica que Menahem Golan y Yoran Globus”. Vale, ahora diréis que soy un poco duro con ellos, he incluso que soy gentuza por decir eso, pero ahora os reto a que me digáis de la siguiente lista de cosas, cual no podría llegar a realizar el chimpancé anteriormente citado:
- Evitar las decisiones.
- Asistir a reuniones presupuestarias y seguir evitando decisiones.
- Balbucear.
- Exigir variados y coloridos borradores de guion.
- No leer esos variados y coloridos borradores de guion.
- Repartir recompensas y castigos al azar.
- Fruncir el ceño ante la gente que cree en la Política de Puertas Abiertas.
- Firmar (con materia fecal personal e intransferible) contratos millonarios con actores de algún éxito en servilletas de papel del bar de enfrente.
Como veis, cualquier persona con dos dedos de frente, algo de talento y sobretodo con ganas de hacer algo perdurable y bonito podría hacerlo mejor, y por eso esta oscura teoría sirve para todas esas personas que creen que hacen algo “cool” (como sucedía dentro de las piedras de riñón de Garci tras hacer Holmes & Watson me voy de farra days) cuando en realidad la gente se deshueva de ellos a traición.
O mejor aun, a la cara
Pero esta es la historia de como tras reunir a gente con talento, un grupo de israelitas la cagan tomando una serie de malas decisiones y acaban haciendo un trozo de escoria fácil de tragar pero difícil de digerir.
Es la historia de la Cannon Films
Los Ochenta fueron una época oscura como ninguna, solo superada por la época en la que la Santísima Inquisición campaba a sus anchas por el mundo, quemando a la people que directamente no hablaba “especialmente” bien de ellos. Esta vez nuestros buenos amigos Menahem Golan y Yoran Globus (a partir de ahora la Cannon o la puta Cannon de los cojones) quisieron seguir la estela de grandes éxitos espaciales que en aquella época pululaban por los cines (me refiero a Star Wars por supuesto) y hacer algo chachi y megaguay. El eslógan publicitario lo dejaba muy claro (dejaba claro que estaban ebrios de poder): “El evento cinematográfico de ciencia ficción de la década“, y eso auguraba desde el principio que no seria nada memorable. Las intenciones de la Cannon nunca llegaron a arrojar ningún tipo de sombra de duda, pretendiendo los productores conseguir para su compañía un éxito similar al que La Guerra de las Galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977) había logrado la década anterior, incluso llegando a plantearse de hacer una pentalogia o algo peor, si la película llegaba a funcionar en el circuito comercial. Pero, como pasaría una y otra vez con todo lo que puso el pie durante los ochenta (y especialmente de los “Alegres primos israelitas”), la Cannon se dejaba llevar por sus descomunales ínfulas de grandeza ,dando como resultado un filme de resultados terribles que, una vez más, demostraba el extraño y decadente gusto de los primos israelíes. Pero esto es una historia que merece ser contada. Me refiero a la creación de la Cannon y el descubrimiento de un montón de estrellas conocidas que a día de hoy parece que no se llegaron a estampar de morros del todo con ellos, por muchas películas chanas y pedorras llegasen a hacer.
Sera un poco largo pero sera divertido, lo prometo
Su historia comenzó en su Israel natal, donde sus grandes narices (¿sera porque el aire es gratis?) consiguieron olisquear un éxito sin precedentes en su país natal, que acabo transformándose en la medianamente famosa película Lemon Popsicle que lo peto, consiguiendo adelantarse al cine de adolescentes calentorros agilipollados unos cuantos años antes de lo debido. Pronto decidieron ir a lo grande y el mismo Golan dirigió (es un decir) Operación Relámpago una película basada en una crisis de rehenes sucedida el año anterior, en la cual ya se vio el claro oportunismo en el que se basaría toda su carrera cinematográfica (La Asylum supo muy bien aprender del maestro). Pero esto fue a mas y el tío recibió por esta película una nominación a los Oscars como mejor película de habla “guiri” (os recuerdo que para los Estadounidenses los guiris somos los de fuera de su país). Si, recibió una nominación pero es como decir que Ben Affleck y Matt Damon tienen una nominacion al Oscar a mejor guion, que encima la tienen y la ganaron por goleada. También tiene una nominación Silvester Stallone al mejor guion y todo.
Y que no se nos olvide, estamos hablando del Israelita que creo la leyenda de Chuck Norris y el Charles Bronson metafascista.
Tras el éxito cosechado decidieron ir a los Estados Unidos para empezar a perpetrar crímenes humanitarios en el séptimo arte día si, día también. Por tanto consiguieron comprar a precio de saldo la Cannon Films para hacer películas “de verdad” y sentirse bien con sus antepasados que habían sufrido tanto tiempo en el desierto (y eso que no hay ni un solo documento que avale esa fantástica historia de partir el Mar Rojo y demás). Pero aunque ellos creían que iban a crear un gran estudio de cine, la cosa estaba lejos de ese propósito y todo se debe a sus delirios de grandeza, las malas decisiones tomadas, los contratos escritos en servilletas de papel (True Story), y lo cutres que en realidad eran. Esos buenos sentimientos chocaban continuamente con el hecho de que no eran tan buenos empresarios como el anteriormente citado Chimpancé subnormal borracho, y que tenían una capacidad artística y creativa al nivel de una langosta iraquí.
Hicieron muchas películas (casi todas terribles) pero me centrare en algunas que creo que son las mas memorables. Tras varios filmes sin ningún tipo de repercusión, llegaría el primer clásico de la Cannon. Su primer hito de cine de mierda: The Apple, también dirigida por Golan. Un musical disco – religioso – futurista – hortera – gitanudo con fama de conseguir lo imposible: ser mala hasta limites insospechados. Por supuesto, hoy en día es objeto de culto (sectario) y hay gente hippster que la adora y todo.
Pero se cansaron rápido y decidieron que serian más respetables intentando ganar algún premio menor como la Palma de Oro del Festival de Cannes o algo por el estilo. La gente al oír esto temblaron como si los jinetes del Apocalípsis (de nombres Cutre, Salchichero, gilipollas y casposo) fuesen a aparecer en cualquier momento. La cosa es que al final, todo lo que hacían salia mal o regulero y era como si todo lo que tocasen estos tíos hacia que directamente necesitase una buena dosis de Pantene Pro V o la antitetanica. Y lo peor es que los tíos estos no se percataban de que hacían basura, tal y como un trabajador de la Cannon dijo en una entrevista: ‘Tanto Menahem como Yoram amaban el cine y querían hacer películas con clase, pero su gusto era un poco raro. (…) No creo que supieran en realidad que la mayoría de (sus) películas eran malas”.
Eso lo dice todo
Pronto una conjunción cósmica cerca de la estrella Beetelgeuse lograría unir a esta productora con un grande de los grandes: Charles Bronson. Este tandem terrible (también llamados la Deadly Alliance) consiguió producir una de las clásicas películas metafascistas de Charles Bronson llamada “Al filo de la Medianoche”, dirigida por el caído en desgracia Richard Fleischer (te jodes por cargarte el Guerrero Rojo y Conan el Destructor) que hizo mas que nada por hacer algo y porque solo estos israelitas le querían para hacer películas. Andando en el tiempo se dedicaron a producir mas basura como la versión Chana y pedorra de Conan el Barbaro llamada La Espada Salvaje de Krotar, una película de Hercules con Lou Ferrigno, y alguna que otra película con Ana Obregon o Sean Connery (aprovechándose de su baja forma en aquel momento, y eso que había hecho el Nombre de la Rosa hace na).
Si la unión de Bronson y la Cannon era digno de contarse como un mito de los bardos de antaño (aprovecha Friker Jimenez que esto es para hablarlo en tu programa), la de Chuck Norris y la Cannon es del material del que se hacen las leyendas como la del Anillo Único de ese tal Sauron. Este hombre ya tenía algunos éxitos sobre sus torneadas espaldas (como si de un Atlas cinematográfico se tratase) cuando llegó a la Cannon. Pronto se vio firmando un acuerdo (en servilletas de papel por supuesto) para rodar de seguido dos películas bélicas sobre un veterano de Vietnam, a la sombra del éxito de Acorralado. De hecho, este primer Desaparecido en combate se adelantó a Rambo en su trama de enviar a un veterano soldado americano a rescatar a prisioneros olvidados en una selva dejada de la mano de Dios. Lo más gracioso de todo es que la película es, en realidad, la secuela. En una de sus escasas decisiones acertadas, Golan y Globus fueron capaces de ver que la prevista segunda parte era bastante mejor que la primera. Así que decidieron estrenarlas al revés.
Liforce es Maestría en el negocio y lo demás gilipolleces
Y ahora vamos al momento del que hablo de Lifeforce (1985). Con la situación económica mejorando por segundos (del día, no de sus películas), el plan de negocio de la Cannon se afianzó tanto, como cuando una sanguijuela se te queda un rato largo chupándote la sangre. Adelantándose a su época (como unos Leonardo Da Vinci de lo toxico) fueron los primeros en utilizar el modelo de prevender las películas a numerosas distribuidoras en todo el mundo, a veces incluso antes de empezar la producción para así pagarse las películas antes de que las distribuidoras se diesen cuenta de lo “mierder” que eran. Con pequeños presupuestos y la compra de una cadena de cines para asegurar pantallas en Estados Unidos (método conocido como pantallas cautivas, que en este caso se debería denominar pantallas secuestradas que te torturan como si no hubiese mañana), la cosa funcionaba a las mil maravillas. Pero cometieron el error de intentar ser más grandes y comenzar a financiar su expansión aumentando artificialmente el verdadero valor de la empresa (que valía poco mas de tres duros). Así que en un golpe épico como ninguno conocido hasta aquel momento, compraron la compañía británica Thorn-Emi y un edificio de oficinas bastante satánico (¿Otra vez olfato empresarial?), y decidieron lanzarse a las superproducciones. Adquirieron los derechos de una novela de dudosa calidad llamada Vampiros del espacio (Que personalmente no he leído, por tanto toda la película es una “novedad”) y anunciaron que iban a producir un éxito de la talla de La Guerra de las Galaxias, pero con la protagonista en pelotas toda la película, como si eso hiciese mejorar el metraje.
El nombre de la película: Lifeforce. El reconocimiento a nivel mundial: Provocar carcajadas de vergüenza ajena a lo largo y ancho del planeta.
Y ahora al meollo, así que hablare por fin de la película, y lo de la Cannon lo dejo para otro día porque queda tela. Lo dejare para cuando me vea El Templo del Oro, Megaforce o algo del estilo de esta gente. Pero esto no acaba aquí porque continuare otro día hablando de las superproducciones sin ningún sentido para demostrar que eran gente seria, el fallido intento de hacer una película de Spiderman, lo que paso en Superman IV cuando ellos trincaron los derechos del personaje, el encuentro y futuro contrato de Van Damme en varias “Películas”, ejecutivos que se iban de putas en vez de levantar la compañía con su sudor y esfuerzo (bueno al menos sudaban y se esforzaban), mas contratos en servilletas de papel, peleas entre parientes cosanguineos, películas basadas en la Lambada y el “Final Strike” de la Cannon. Espero que os interese, porque creo que hay gente para todo.
Mejor sigamos que si no nos vamos por los cerros de Latveria
La primera decisión de la Cannon fue poner un montón de dinero mal adquirido en otras inversiones (alguna de sus películas) y pillar a gente que tuviese algún tipo de reconocimiento en el sector audiovisual. Su primera idea de bombero fue contratar al archiconocido Dan O´Bannon que en los ochenta y noventa estuvo muy, pero que muy activo. Este agradable señor nacido en Missouri en el 46 fue muy prolífico en aquella oscura época. Como todo buen miembro de la gran familia audiovisual recogió premios, amarguras y acabo escribiendo mierda, y para mas inri, con la Cannon (Encima ambos riman y todo). Su apasionante carrera tiene de todo y aunque comenzó como “sustituto de todo” en el 74 para la película Dark Star de John Carpenter, su carrera fue a caballo entre esto, lo otro y que jamas supo rematar muy bien la jugada. Curtido en mil batallas (realmente unas pocas) haciendo los FX de Star Wars del 77 y la película de John Carpenter, decidió ir algún que otro paso mas allá escribiendo alguna que otra cosa. Tiempo después firmo el libreto de Alíen, el octavo pasajero del 79, que como todos sabemos tuvo una muy buena acogida, pero poco mas haría por el séptimo arte a partir de entonces (con la excepción de Desafio Total de 1990, pero esto seria 5 años después de estrellarse con Lifeforce y que todos olvidásemos su terrible asociación con la Cannon). La leyenda cuenta que cuando hablaron con el los “alegres primos israelitas” le dijeron de hacer una película que combinase sabiamente y a partes iguales Star Wars, Dark Star y algún que otro sueño húmedo de los primos. Junto a seis manos mas, la película acabo poco a poco pareciéndose menos al libro, hasta el nivel de no llegar a ser una adaptación de dicho libro, si no una versión chana y pedorra del mismo.
¿Como decirles que no?. En serio ¿Como? Porque tela marinera
El siguiente tío épico de la lista es aun mas potente que el bueno de Dan y no es otro que Tobe Hooper, ese famoso Texano nacido en el 43. Este artesano del suspense, el terror y las degeneraciones ochenteras fue contratado para dirigir este despropósito y se encontró con un marrón de proporciones espacio tiempo, bastante difícil de superar. Pero este hombre ya venia de haber hecho sus cosillas como La Matanza de Texas del 74, Misterio de Salem´s Lot en el 79, la Casa de los Horrores del 81 y Poltergeist en el 82 y tenia mucho que decir sobre este proyecto (En realidad se quedaría sin aire al leer el libreto y por eso no se cambio una mierda). Aunque tendríamos que esperar hasta el 86 para que hiciese su obra cumbre, una de las mayores degeneraciones de aquella época: La Matanza de Texas 2, una película que merece todo mi respeto porque combina terror, drama, escenas de batallas con motosierras como si fuesen espadas medievales en Excalibur y todo ello aderezado con los efectos especiales del maestro de la casquería definitivo, Tom Savini. La leyenda cuenta que cuando se le acercaron “los joviales primos judíos”, el tío se leyó el guion y acabo estrujándose la bolsa escrotal para ver si seguía vivo, y parece ser que al confirmar que seguía vivo y no en encefalograma plano, decidió seguir adelante, mas que nada porque llevaba una temporada un poco jodida haciendo cine.
Nadie dio un paso al frente, pero el si. Eso solo lo hacen los verdaderos héroes
El ultimo miembro de este horror coreano del que hablaré sera Patrick Stewart, mas conocido por ser el Profesor Xavier en las cagadas de X-Men y del Capitán Jean Luc Picard en Star Trek la Nueva degeneración (No me he equivocado, es una degeneración como todo Star Trek). Es mas no hablare de nadie más de Lifeforce por la simple razón de que la mayoría de historias acaban en suicidio y da muy mal rollo que gente relacionada con la Cannon acabase muriéndose (y no precisamente de asco). Nacido en Mirfield en el condado de Yorkshire, este Caballero del imperio Britanico ya había hecho alguna cosa antes de esta mierda como era Excalibur del 81 o Dune del 84 (y eso que el gilipollas de Jodoflorowski casi revienta la película, ya que confeso que ni se había leído el libro). En la película apenas sale pero se le reconoce de lejos esa mítica calva y es mas que suficiente para ser comentado. Hace de Psiquiatra rarito que al final nos regala una escena homosexual que todos estábamos esperando de un momento a otro en la película.
Nadie en toda la historia del cine le ha dado tanto rédito a su prematura calvicie, con la excepción de Yul Brynner por supuesto.
La unión de toda esta gente debería haber producido una película que seria recordada por generaciones, pero acabo siendo tan entretenida como un dolor de muelas. Para demostrar que no era una de sus Explotation típicas, invirtieron 25 millones de dolares de la época para ver si conseguían por fin ser respetados, pero no fue así y el argumento de Lifeforce os demostrara porque.
La nave inglesa Churchill (nada de nombres épicos como Battlestar Galáctica, Halcón Milenario, Nostromo o nombres sosos como Enterprise) a ritmo de la poderosa banda sonora de la Sinfónica de Londres (lo mejor de la película sin duda), se encuentran pronto con un objeto de dimensiones demenciales de 240 km de largo, cerca de la cola del cometa Halley. Pronto deciden entrar a ver que pasa y se encuentran rápidamente en el colon de Galactus (para mi el recto, pero mi novia dice que es mas fino decir colon) donde apenas sin movimiento en los trajes espaciales (parecen muñecos de niño chico en un fondo de Croma) van investigando la zona. Todo es podredumbre y basura y cualquier persona se hubiese largado nada mas verse el percal, pero pronto encuentran algo que les dejan babeando. Se encuentran unos sarcófagos que contienen a una mujer y dos hombres en hibernación que los astronautas trasladan a su nave sin verificar ni tan siquiera que narices son. Esto esta simplemente para hacer un “profundo” análisis entre el hombre y la mujer, la sexualidad, y demostrar que son tan calentorros o mas que los adolescentes americanos(la Cannon al menos aprendía de la experiencia). Desde el primer momento vemos a los tres humanoides totalmente desnudos pero solo la mujer ejerce influencia sobre los hombres (son Ingleses pero no mariquitas como muchos pueden creer), haciendo uso de su belleza y sobre todo a través de una atracción puramente sexual tal y como reconoce el personaje interpretado por Michael Gothard, el doctor Bukovsky, después de ser seducido por la humanoide. Por supuesto los hombres no pintan absolutamente una mierda, así que son meramente una escusa para decir que no secuestraron a esa chica en una cueva aislada, ya que estaba con dos maromos mas que debían acompañarla y así no parecer unos pederastas secuestradores interestelares. Aunque creo que alguno de la tripulación le echaba el ojo a la pistola del amor de alguno de esos dos maromos.
El mensaje de Lifeforce es éste: Las mujeres nos hacen saltar sobre su mano a través del sexo y nosotros decimos hasta cuanto. No queda muy bien parado el genero masculino en la cinta.
Treinta días después, en órbita sobre la Tierra, se descubrirá que toda la tripulación de la nave espacial la ha palmado en un terrible incendio que, curiosamente no ha afectado a los humanoides. Trasladados a Londres, el despertar de los mismos desencadenará una ola de muerte, destrucción y mal gusto.
A partir de este momento Lifeforce deja de tener mucho sentido (en realidad desde la inserción forzada en el colon de Galactus). Se hace larga, cansina y parece que te esta absorbiendo la fuerza vital como a los pobres estúpidos a los que los vampiros espaciales estos les chupa como si fuese un Chupa Chups. Ademas de lenta es reiterativa a mas no poder haciendo Flashbacks de la elipsis inicial, solo para explicarnos lo que paso en la nave de marras. ¡Y lo peor es que es mentira! Pero todo esto da realmente igual porque los pechos de Mathilda May acaparan por completo el protagonismo de la película, lo que nos hace ver que el resto de sus compañeros son como poco reguleros, por no decir que me hacían bostezar continuamente. El maquillaje estaba algo mejor hecho (visto Conan El Bárbaro te parece peor y eso que fue de antes), con monstruos de hilo de pescar de los de andar por casa, cercado continuamente por escenarios acartonados, o donados por algún psicópata que quería ver su casa en un film de la compañía. Si no os ha quedado claro, en Lifeforce todo falla desde que se meten en el colon de Galactus a rebuscar entre su basura como hace la prensa del corazón española con los famosos. Este momento de la peli es especialmente importante ya que se nota sutilmente que todo se empieza a desinflar. Empiezas a perder el interés gradualmente, y es que pronto te das cuenta del gran problema de Lifeforce, y es el de quien mucho abarca poco aprieta (Justo el lema de la Cannon).
Hay muchas muertes de absorción vital (la mía cerebral por ejemplo mientras veía esto), mucha teta y mucho gilipollas incompetente que no sabe que hacer cuando ve dos tetas. El film rodado como solo un film cutre y decadente ingles podría hacer, te va aburriendo pero de fijo, y cuando crees que al fin se ha terminado y puedes dejar de sodomizarte mentalmente, te das cuenta que faltan aun ¡50 minutos! Ouh yeah. Y llegamos a la parte final en la que no sabemos muy bien como se ha llegado a tal desbarajuste sin que nadie se haya dado cuenta de una puta mierda. Las sorpresas finales no son tan sorprendentes porque te las ves venir pero que muy de lejos, y Lifeforce culmina con un desenlace pseudoerótico que se presagia desde el principio el film y que la verdad te quedas sin saber muy bien en que han quedado las cosas, dejándote un olor a fermentación bastante guarro por el salón (producido por la película) y dándote cuenta que no sabes porque se ha convertido en el tercer acto en una película de zombies. Pero no os creáis, en un momento épico de Lifeforce como ninguno empieza a explotar el Parlamento, todo esto es debido a que V de V For Vendetta (el del cómic claro) le da por desatar su plan justo cuando unos rayos azules de 100 libras (de dinero) están reventando todo Londres, relegando al mencionado anarquista a desaparecer de la película (no, en serio no aparece, pero parece que hubiese estado por allí) y que acabe en el alcantarillado deficiente en el que vive que el llama “La Galería de las Sombras” y que yo llamo “Paraíso Fiscal” (porque el tío no paga impuestos ni nada).
No he hablado de Rutger Hauer, pero mas que nada porque esta película es directamente de las de “se caga la perra” y había que explicar muchas cosas (y las que se quedan en el tintero), pero he leído por algún lugar que intentaron darle el papel protagonista a el, pero que lo rechazo. Si hubiese aparecido hubiese mejorado mucho la película, pero es que hasta Rutger sabia que la Cannon daba penica.
Lifeforce, como todos clásicos de la Cannon merece un visionado aunque sea solo para ver como se pueden tirar 25 millones de dolares por la taza del W.C sin que te de rédito alguno. Aunque teniendo en cuenta que esta gente llego a ganar camiones gigantescos de dinero mal ganado, tampoco fue en su momento algo que les doliese mucho monetariamente. Era algo mas de que hirieron su orgullo y que nadie entendía su gusto al hacer cine.