Año: 1973. Duración: 80 minutos. País: EE.UU. Director: Richard Blackburn. Guión: Richard Blackburn, Robert Fern. Música: Dan Neufeld. Fotografía: Robert Caramico. Reparto: Lesley Gilb, Cheryl Smith, William Whitton, Hy Pyke, Maxine Ballantyne, Steve Johnson, Parker West, Charla Hall, Jack Fisher, Buck Buchanan, Richard Blackburn
“Si alguien lleva dentro quererme, me quiere nada más verme, aunque a veces no se den cuenta.” (Lemora)
UN CUENTO DE INICIACIÓN A LA PUBERTAD
La niña Lila Lee (Cheryl Smith) va a emprender un viaje iniciático. Ese viaje le llevará a la adolescencia y al descubrimiento de su sexualidad ¿Cómo conseguirá esto? Nada menos que con la ayuda de una sanguinaria y bella vampira llamada Lemora. Es complicado para un adulto sumergirse en los laberínticos vericuetos de una mente infantil en ese momento de cambio tan extremo. El dilema entre el descubrimiento del deseo y la permanencia en el estado de candidez que ha de abandonar el infante es ciertamente difícil, máxime para una niña, con los cambios hormonales y físicos que ello comporta. Ya hace mucho que fuimos niños y parece que esa etapa tan crítica de nuestra vida ha sido sepultada por la pesada losa de la responsabilidad de la vida adulta, pero aquí está este siniestro cuento de hadas para intentar sacar de nuestros recuerdos esa etapa tan crucial de nuestras vidas, aunque para ello debamos realizar un oscuro y simbólico viaje a nuestros miedos infantiles.
Lemora, un cuento sobrenatural (Lemora: A Child’s Tale of the Supernatural, 1973), fue la única película realizada por el actor Richard Blackburn, que interviene también como guionista, productor e intérprete. Imaginado como una especie de Alicia en el País de las Maravillas (Lewis Carrol) gótica, el viaje de Lila Lee es un cuento infantil, pero macabro, en el que se dan citas numerosas cuestiones morales que tendrán su resolución para llevar a Lila, trasunta de Alicia, desde la inocencia a la madurez, pasando por la liberación del complejo de culpa judeocristiano.
Brumosamente ambientada en algún lugar del Sur de Estados Unidos, en los años 20, durante la recesión económica, Alvin Lee, padre de Lila, es un gangster que asesina a sangre fría a su esposa y a su amante. En su huída llega a Asgaroth, mítica tierra poblada de vampiros y ghouls, cuya reina, la oscura vampiresa Lemora, secuestra a Alvin. Lila recibe una carta de Lemora invitándola a visitar a su padre, gravemente enfermo. El interés de Lemora no es otro que seducir a la joven para convertirla en su eterna hermana de sangre.
Lila canta en el coro de la iglesia, amparada por el reverendo Mueller (Richard Blackburn, el director de la película), que reza para que los pecados del padre no impregnen a la pequeña, y pueda preservar su inocencia –sexual- recordándola continuamente el complejo de culpa que debe sentir por las fechorías de su progenitor. La candidez de Lila se verá amenazada por la sed de carne y sangre de Lemora. En este sentido, la película cuenta con escenas de alto voltaje sexual, como es la del baño que da a Lila, donde ésta se cubre con una toalla dejando entrever una sabrosa anatomía, que en el resto del film es disimulada con un ancho camisón. No en vano, el personaje de Lila en la película tiene trece años y la actriz, en el momento de la interpretación, tenía dieciocho, por motivos obvios de censura. El erotismo está presente en gran parte del metraje, no sólo por el contraste claroscuro de las pulsiones sexuales de Lila sino por la magnética presencia de la vampiresa Lemora, interpretada por la actriz Lesley Gilb, en lo que fue su única actuación ante las cámaras. En una suerte de metáfora pedófila Lemora gusta de abusar de niños a los que secuestra para tomar su sangre y convertirles en su progenie maldita. En otro de los momentos del film Lemora dice a Alvin que se encuentra sedienta y éste admite su vampirización diciéndola que lo haga despacio; una escena en off visual que sugiere un coito en el que la mujer lleva la iniciativa y el hombre no es más que un juguete sexual, dador de sustancia seminal.
La fotografía de la película abusa de los tonos azules y rojos, decididamente extremos y oníricos, que evocan un ambiente ajeno al entendimiento humano, un lugar de cuento de sombras donde una vez dentro no se sale. En el último acto de la cinta, Lila se ve envuelta en un viaje en coche que resulta ser un bucle temporal. Lemora la dice “cuanto más te quieres alejar de mí, más cerca te encuentras”. El salto de la niñez a la adolescencia es irremediable. En la escena del combate entre los ghouls y los vampiros, todos perecerán excepto el ghoul en el que se ha convertido su padre. Lila conseguirá asesinarlo y así, se verá libre para aceptar su fatídico destino, aceptando a Lemora como mentora y seduciendo y vampirizando al reverendo Mueller, aquel que tenía aprisionada su sexualidad entre salmos y sermones.
UNA OBRA REFERENCIAL DEL AMERICAN GOTHIC
En la puesta en escena se observan numerosos defectos formales. En primer lugar, los maquillajes, baratos, que causan más repulsión que miedo, especialmente los de los ghouls. La ambientación de los exteriores carece de bastante realismo; se combinan escenarios reales carpenter gothic –graneros, almacenes, cabañas- con decorados en los que la niebla artificial quiere disimular numerosas anomalías. Los sonidos del bosque son reiterativos, repetidos hasta la saciedad, como el ulular de la lechuza, omnipresente en todas las escenas de exterior. Es en las escenas de interior donde se invierte más esfuerzo en conseguir una ambientación adecuada. La mansión gótica de Lemora está impregnada de detalles dignos de una novela de Anne Rice. Es aquí donde la dirección artística ha empleado más esfuerzo: muebles victorianos, cuadros, ropas, puertas, cristaleras; todo encaja a la perfección con el carácter de esta fría y bella vampiresa, una Carmilla reconvertida a gran dama sureña del american gothic.
Otro punto en contra de la película es la ausencia de un tono homogéneo en todala cinta. Laacción salta de la niñería al erotismo o a la violencia con demasiada facilidad, orquestados estos cambios con una partitura también repetitiva y omnipresente, que se debate entre la melancolía, la canción de cuna y el clasicismo hammeriano. Esta diferencia de tonalidad, incluso dentro de una misma escena, es perturbadora en exceso y tiende a confundir al espectador, ávido de una narración más lineal. Es de suponer que este desarreglo narrativo está hecho a propósito por los creadores de la historia, aunque en ocasiones juega en contra del ritmo del film.
Una lectura política de la cinta nos situaría en un época convulsa de la historia americana. La gran recesión ha convertido a muchos americanos en criminales y a otros muchos en vagabundos. En la película, éstos últimos se asemejan a los ghouls que vagan por el bosque de Astharoth. Lemora ordena su exterminio a manos de una raza vampírica de sirvientes más pura pero aún inferior a ella (policía). Y no sólo el crimen organizado se adueña de la calle, también una horda de niños huérfanos vaga sin rumbo por hospicios y parroquias. Los menos afortunados son utilizados por desalmados para su propio provecho, tal y como hace Lemora, la dama sureña, y por ende, esclavista, es dueña y señora de la vida de sus sirvientes y de todos cuantos van a parar a su territorio -Lemora dispone de una cohorte de niños vampiros que la entretienen en su monótona eternidad. La decadente mirada gótica europea representada por Lemora observa a las víctimas del capitalismo (gánsteres, huérfanos, vagabundos y charlatanes evangelistas) como criaturas inferiores, serviles objetos de consumo.
¿UNA PELÍCULA MALDITA?
Lemora, un cuento sobrenatural, es una obra maldita. No fue distribuida en Estados Unidos hasta 1975 debido a su supuesto contenido pedófilo y lésbico, siendo Francia el único país europeo que se hizo eco del estreno. Richard Blackburn y Robert Fern, ambos productores de la cinta, vendieron los derechos de la misma para saldar sus deudas, lo que hizo que los negativos permaneciesen perdidos durante casi treinta años, hasta su primera edición en DVD en el año 1994. De los 113 minutos de montaje, sólo hay disponible la copia de 83 minutos, quedando grandes lagunas en el metraje, especialmente en la confrontación final entre los ghouls y los vampiros, durante el ritual de iniciación que en la versión comercial no aparece.
Cheryl Smith, la intérprete de Lila, se dedicó al cine nuddie a finales de los años 70 –Drum, Massacre at Central High y The Incredible Melting Man– y, tras una vida lastrada por la droga, muere prematuramente en el año 2000. Tal y como se ha comentado anteriormente, la actriz Lesley Gilbhizo con ésta, su primera y única actuación para el cine, perdiéndose un gran talento para la gran pantalla.
Elementos para considerar a esta película como maldita no faltan, pero afortunadamente ahora tenemos una ocasión para recrearnos con esta obra única que ha ganado un sabor agridulce, añejo y perturbardor.
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Viendo el cartel, me parecia una de Jesus Franco. Tal y como la comentas habra que verla, en el fondo todos tenemos nuestra vena cutre y este tipo de peliculas…nos gustan. Saludos
Hola Plared! Cuando me dejaron el dvd me tomé con cautela esta película. Igual que tú, pensé en la cutrez tipo Jess Franco, pero luego resultó algo distinto, de más calidad y contenido. Acércate a ella como si vieras Alicia en el País de las Maravillas y creo que puede gustarte. Es menos sofisticada que una peli gótica de Tim Burton pero también muy eficaz. Saludos.
Hola, me gustaría hacer una pregunta a ver si alguien puede ayudarme acerca de ello: En una escena de la película, en un salón oscuro lleno de tapices hay un moemnto en el que Lemora se levanta y pone un disco en un gramófono, y suena una especie de vals retro que baila con Lila, es mi escena preferida del film. Todo el mundo conoce ese vals pero nadie lo reconoce, llevo mucho tiempo intentando cosneguirlo. ¿Alguien sabe el título del vals?. En los créditos no viene.
Saly2 y gracias
Hola! Me temo que no puedo ayudarte. No me consta que haya habido edición de la banda sonora, así que ni idea. En Madrid conozco dos asociaciones góticas que pueden ayudarte. Son gente muy versada en música, cine y cultura gótica: asociación Besaralia (info@semanagoticademadrid.com) y Mentenebre (www.mentenebre.com). Ambas organizan la semana gótica de Madrid. Suerte!!
Muchísimas gracias por la información y las molestias, les preguntaré a ver. No se ha editado banda sonora ninguna, es un vals clásico que incorporan en esa escena. Incluso tengo un amigo pianista que conoce mucha clásica, pero no acierta con el compositor, jeje.
Salu2
¿qué tal? ¿lograste la información sobre la canción? 🙂
La verdad que aún no me han contestado, aunque me he escrito con la coordinadora que me comentó que lo expondría en la mesa de éste fin de semana pasado a la que acudía un experto en bandas sonoras, veremos a ver…