Crítica de La Cuarta Fase, con Milla Jovovich y Elias Koteas
Título: La Cuarta Fase (The Fourth Kind). Año: 2009. Duración: 98’ País: EE.UU. Director: Olatunde Osunsanmi. Música: Atli Örvarsson. Fotografía: Lorenzo Senatore. Reparto: Milla Jovovich, Elias Koteas, Will Patton, Hakeem Kae-Kazim, Corey Johnson, Enzo Cilenti, Daphne Alexander, Alisha Seaton, Tyne Rafaeli
«La presencia que sentí dentro de mí va más allá de lo que usted puede imaginar. Era deseperanza, así que no puede ser Dios, pero puede fingir que lo es»
LA CUARTA FASE: LA HISTORIA QUE EMPEZÓ HACE MILES DE AÑOS
Desde la más lejana antigüedad todas las culturas ancestrales han considerado como verdad incuestionable la existencia de seres de naturaleza supraterrena que han interactuado con los humanos a muy diversos niveles: unas veces enseñaban los secretos de la agricultura, otros los de la construcción, otros los de la medicina, y otras veces mantenían relaciones cercanas –incluso sexuales- que son narradas en las leyendas y los libros sagrados. Así, seres como los gentiles, las lamias, los duendes, las hadas, los gigantes o los dioses del Olimpo, se han colado en el mundo humano para hacernos creer que son los creadores del universo, guiar la historia de nuestras civilizaciones o en otros casos para llevarse a algunos de nosotros a sus mundos. Estos mundos indeterminados son nombrados como Cielo, Infierno, Hel, Inframundo, Valhalla u otro sinfín de nombres en cada cultura en particular. Se prohibía a los niños acercarse en determinadas fechas a lugares como fuentes sagradas, ríos, cuevas, páramos, con la amenaza de ser arrebatados por estos seres fantásticos sin posibilidad de retorno. Otras veces se marcaban ciertos puntos geográficos a los que sólo podían entrar sacerdotes o chamanes para comunicarse con los espíritus, vedando el paso a cualquier persona no iniciada en los contactos con “el otro mundo”.
En la alucinación del rey vikingo Gylfi, éste entra en el Asgard, que está forrado de escudos de oro, y allí hay tres seres de naturaleza indeterminada que se hacen llamar el Alto, el Igual de Alto y el Tercero; ellos son los que relatan a Gylfi la cosmogonía vikinga. Moisés sube al monte Sinaí para recoger las tablas de la Ley que le entrega Yavhé, una entidad brumosa que se materializa en forma de nube emitiendo relámpagos. Las apariciones marianas utilizan a personas normalmente simples y analfabetas para crear nuevos lugares de culto, y a algunos se les comunican alucinadas profecías, muriendo “de éxtasis” pocos años después del contacto. Estas entidades, dicen ser ángeles, vírgenes o incluso el mismo Jesucristo. El nacimiento del Islám tiene lugar cuando Mahoma encuentra en una cueva a un ángel, el cual le hace entrega de la piedra que se venera enla Meca. Losprofetas Elías y Ezequiel son arrebatados por carros celestiales y devueltos a la tierra con crípticos mensajes para su pueblo. Ejemplos como éstos deben ponernos en alerta sobre la naturaleza de los contemporáneos contactos con ovnis o mal llamados seres extraterrestres. La casuística de los contactos con entidades supraterrenas habla de cinco fases de contacto: avistamientos de platillos volantes o luces (primera fase), evidencias físicas de aterrizaje de naves o sus consecuencias (segunda fase), interacción y observación cercana de las entidades que pilotan las naves (tercera fase), abducción o secuestro de personas (cuarta fase) y conexión telepática frecuente con las entidades (quinta fase).
En nuestra calidad de seres sujetos a una escala evolutiva, con todo lo que haya por debajo y por encima de nosotros, el contacto con lo que desconocemos y nos supera a nivel de conciencia y tecnología, nos causa miedo y produce un shock en nuestra mente que nos deja tan asustados como cuando una de nuestras mascotas le soltamos una regañina. Así, los individuos que han sido contactados, y más si han sido abducidos, arrastran una serie de traumas mentales de los que les será difícil recuperarse en toda su vida.
Antes de comenzar con el análisis de La Cuarta Fase (The Fourth Kind, 2010) ha sido necesaria esta larga introducción. Para reseñar esta película, el lector ha de percatarse de que el tema tratado no es para nada una frivolidad. Independientemente de la opinión personal de cada cual, hay una casuística constatable, y los hechos están ahí.
LA CUARTA FASE: LA DRAMATIZACIÓN DE UN FALSO DOCUMENTAL
A pesar de que podamos confundir esta película con un episodio piloto de expediente X –las semejanzas son evidentes- el núcleo narrativo de La Cuarta Fase encierra una historia que tiene mucho que ver con el argumento de la serie televisiva pero presentado de una forma más sólida y trabajada.
En un aislado pueblo de Alaska, hacia el año 2000, la psicóloga Abigail Tyler realiza terapia a varios pacientes que comparten recuerdos insconscientes sobre la presencia de un búho que entra en sus dormitorios. El recuerdo de este búho es la parte más amable de unas inquietantes presencias que desencadenan un brote de psicosis en la población. Pronto descubrirá en la investigación que lo que les ocurre a las personas afectadas por estas visitas guarda una estrecha relación con la misteriosa muerte de su marido.
En el prólogo de La Cuarta Fase, la actriz Milla Jovovich nos aclara que ella interpreta a la Dra. Abigail Tyler, un personaje que presuntamente existe en la realidad y cuyas grabaciones reales serán intercaladas en la dramatización de los hechos. Se define así el formato de la historia, la dramatización de un falso documental mediante la inclusión de un nuevo nivel narrativo. A pesar de lo que dice Jovovich en el prólogo y la campaña publicitaria que rodeó al estreno del film, no se deben tomar como verdaderas las grabaciones de la demacrada Abigail Tyler, también están dramatizadas.
Abigail Tyler (Charlotte Milchard) aparece, en su versión “verdadera” como una mujer de mediana edad de aspecto enfermizo y demacrado que irá desgranando sus experiencias paralelamente a su dramatización protagonizada por Milla Jovovich. Para ello, el director y guionista Olatunde Osunsanmi, utiliza recursos como la pantalla partida, en la que llega a mostrar dos escenas idénticas, cada una con protagonistas diferentes. El contraste físico entrela demacrada Abygail Taylor del documental yla Milla Jovovich de la dramatización es notable, utilizando a actores “más guapos” que los verdaderos protagonistas, realzando así la crudeza de los hechos reales. Las supuestas cintas de la “verdadera” Dra. Taylor también son barnizadas con una estética más agresiva y burda, casi feísta, para aumentar el dramatismo de esa parte del metraje.
La Cuarta Fase dramatizada se mueve premeditadamente entre dos aguas: el terror y la ciencia ficción. Es evidente que el tema de las abducciones forma parte del género scifi pero el guión quiere ante todo asustar, y lo consigue mostrando alucinantes sesiones de hipnosis rodadas en formato casero, cargadas de interferencias, como si hubiera una fuerza “demoníaca” presente en cada momento, y que trae funestas consecuencias físicas y psicológicas a los hipnotizados. En estas escenas se persigue la angustia y la sensación de vulnerabilidad con la que el espectador debe empatizar. Especialmente aterrador es el testimonio “real” de la doctora Tyler y las voces de ultratumba que surgen de su sesión de hipnosis, en un ritmo trepidante y aterrador que lleva la situación al clímax.
Lejos quedan las referencias a films señeros de la ciencia ficción como E.T. el Extraterrestre (E.T. The Extra-Terrestrial, 1982) y Encuentros en la Tercera Fase (Close encounters of the Third Kind, 1977), visiones edulcoradas de este fenómeno realizadas por Steven Spielberg. Las referencias de La Cuarta Fase las podemos encontrar en dos films menos conocidos, pero no por ello menos interesantes de cara al tema que tratamos, Fuego en el Cielo (Fire in the Sky, 1993), inspirada en sucesos reales, y Communion (1989). Ésta última, está protagonizada por Christopher Walken y basada en el libro de Whitley Strieber, que también escribe el guión de la película. Strieber es una afamado escritor de terror y ciencia ficción, responsable de la novela El Ansia (The Hunger, 1981), y confeso contactado de unas entidades a las que él denomina “Los Grises”, a los que describe con rostros que se asemejan a los de los búhos. La novela Communion (1987) es la primera de una trilogía sobre sus experiencias con estos “visitantes de dormitorio”.
Las consecuencias de los agresivos contactos con las entidades -a los que en todo momento se evita nombrar como extraterrestres- son devastadoras para todos los contactados y para los especialistas encargados de su análisis, que se ven impotentes ante hechos que les superan. El guión de La Cuarta Fase recurre a algunos tópicos del género como el contraste de los hechos sucedidos con otros especialistas, el psicólogo Abel Campos (Elías Koteas), el experto en lenguas muertas Awolowa Odusami (Hakeem Kae-Kazim) o la presencia impotente de los representantes de la ley en el pellejo del Sheriff August (Will Patton). Lo mejor del carácter de estos personajes es que son gente que no tiene nada que ver con el gobierno. Las menciones a la manipulación mediática de los sucesos son referidas por éstos pero no hay una acción directa de personajes como “El Fumador” de Expediente X, lo cual hubiera tergiversado la esencia del drama humano que se cuenta a favor de líneas argumentales cercanas al thiller, como sucede en Expediente X. Y como anécdota un cameo del director Olatunde Osunsanmi en el papel de presentador de un programa de lo paranormal ¡que lleva su propio nombre!, un guiño al compromiso personal que el realizador ha asumido en esta historia.
La Cuarta Fase fue un film mal recibido por el público pero que es justo reivindicar al tratar de el tema de las abducciones desde un punto de vista que combina la ciencia ficción, terror psicológico, el drama, y que también incluye pinceladas de posesión demoníaca, todo envuelto en un formato estimulante, bien construido y con una excelente puesta en escena. La película se despide con un mensaje al público. Los títulos de crédito son acompañados de testimonios de encuentros en diversas fases, y el último de ellos es el más estremecedor:
«ME ATERRA IR A DORMIR ¿Y SI VUELVEN?»
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Me sorprende tu critica. No la he visto, pero casi todas las que he leido, la ponen bastante mal. La verdad es que me ha gustado como la describes y te ha quedado francamente bien las referencias que has dado. Si la termino viendo te comento, por cierto communion si la vi y tengo un grato recuerdo de ella. Saludos y fuera de que sea mejor o peor la pelicula, la entrada te ha quedado francamente bien
Te agradezco mucho tu comentario. La verdad es que a veces me salen reseñas muy largas aunque tengo la esperanza de que alguien se la lea entera!!! así que nuevamente te quedo agradecido. Hace muchos años me interesé por este tipo de fenómenos, sobre todo el de los llamados «Visitantes de dormitorio» -aún vivia Jiménez del Oso- y creo que esta película retrata muy la naturaleza de los mismos y las traumáticas consecuencias para quien los sufre. Además el director ha asumido mucho riesgo al combinar dos niveles narrativos distintos; no es un falso documental al uso. Whitley Strieber es un contactado de estos visitantes de dormitorio según cuenta él. No sé como no le da miedo irse a dormir jaja.Ya me contarás cuando veas la peli. Saludos.
Pues cuando salio la verdad apenas le preste atención, pero después de leer tu reseña me han entrado bastante ganas de verla. En cuanto la vea te digo mi opinión. Saludos!
Hola Zombilio. Sé que la introducción ha sido un poco larga pero era necesaria para que el espectador pudiera ver la película «con otros ojos». Espero que la disfrutes, a mí me acojona vivo, más por la historia implícita que hay que por los sustos. Saludos!!