Crítica: La Bestia In Calore, de Luigi Batzella
Título: La Bestia In Calore. Año: 1977. Duración: 86 min. País: Italia. Director: Luigi Batzella. Guión: Lorenzo Artale, Luigi Batzella. Música: Giuliano Sorgini. Fotografía: Ugo Brunelli. Reparto: Macha Magall, Gino Turini, Edilio Kim, Xiro Papas, Salvatore Baccaro, Giuseppe Castellano, Brad Harris, Benito Pacifico, Alfredo Rizzo, Brigitte Skay.
Luigi Batzella, con el alias de Ivan Kathansky, dirige esta cinta en la que el título original, La Bestia in Calore (1977), nos puede dar una idea de su argumento, aunque nunca, hasta que la visionemos, comprenderemos el delirio de su guión. Un campo de experimentación nazi es el particular infierno de la Doctora Ellen Kratsch (Macha Magall, habitual del exploit italiano de la época) y su equipo, cuyo proyecto estrella es convertir a uno de los prisioneros en una bestia simiesca ávida de mujeres a las que violará y matará. Según palabras de la propia oficial de las SS, lo que el experimento persigue es la creación de un superhombre, pero logra algo más parecido a un brutal humanoide con aspecto de neandertal. El personaje de la doctora, claramente inspirado en la rubicunda comandante Ilsa, La Loba de las SS, -la masterpiece del nazixploitation-, no llegará a la crueldad y vicio de ésta, aunque también castrará y ejecutará con saña a algunos miembros de la resistencia. El título La Bestia in Calore, no sólo se refiere a la bestia como la criatura encerrada en la jaula, también a la Doctora Kratsch, insaciable dominatrix y castradora al igual que lo era Ilsa.
Muy pobre estilísticamente y con una violencia bastante atenuada en la mayoría de las ocasiones, tiene como plato fuerte la aparición de la mencionada bestia y la escena de la castración de varios miembros de la resistencia. Hay subtramas que nos muestran las operaciones de la resistencia para acabar con la tiranía de la doctora, ejecuciones sumarias de los nazis que hoy serían censuradas desde su propia concepción en el guión como la del disparo en la vagina a una miembro de la resistencia, o el ametrallamiento de un bebé que lanzan al aire unos soldados, momentos que para ser efectivos requieren más de la imaginación del espectador que de la explicitud (nula) de la escena. Al final la doctora Kratsch prueba su propia medicina y acaba siendo una de las víctimas de su propio engendro.
SS Hell Camp o La Bestia in Calore formó parte de las conocidas como Nasty Movies por los censores británicos, es un producto exploit muy barato, tanto es así que nos encontramos estruendosos fallos de guardarropía a lo largo y ancho del metraje. La ambientación es igual de pobre, limitándose en el mejor de los casos, a unos pocos decorados y edificios desconchados. Para dar más empaque a la producción, que en su trama conecta con aquellas películas de «hazañas bélicas», añade insertos documentales de la Segunda Guerra Mundial tintados en color de forma chapucera.
La película no puede evitar verse contagiada de un tono a lo «spaguetti western» , el cine italiano del a época encontró en los sucedáneos del western, el cine policíaco y el drama una válvula de escape para la creatividad de las productoras y equipos técnicos, aparte del inmensos beneficios económicos que les reportaron, de ahí que la fórmula cinematográfica empleada en muchas de sus películas fuera muy similar. Aún así SS Hell Camp o La Bestia in Calore conserva cierta dignidad al saber en que terreno se mueve en la mayor parte del metraje, sin incurrir en demasiada gratuidad de desnudos ni sadismo, y por supuesto es la actriz Macha Magall la que, con su personaje, el verdadero motor de una historia que sin ella sería tan tediosa como desechable.
https://youtube.com/watch?v=18jJhSen1GE