Crítica de Hitman Agente 47
Título: Hitman Agente 47 (Hitman Agent 47). Año: 2015. Duración: 96 min. País: Estados Unidos. Director: Aleksander Bach. Guión: Michael Finch, Kyle Ward, Skip Woods. Música: Marco Beltrami. Fotografía: Óttar Guðnason. Reparto: Rupert Friend, Zachary Quinto, Hannah Ware, Ciarán Hinds, Thomas Kretschmann, Emilio Rivera, Dan Bakkedahl, Jerry Hoffmann, David Brückner, Rolf Kanies, Melanie Benna, Joe Toedtling.
No muchos recordarán el anterior acercamiento que se hizo al personaje de Hitman, un asesino a sueldo protagonista del videojuego homónimo cuya génesis estaba en un experimento genético para potenciar sus habilidades. El paso de la consola a la pantalla de cine se hizo con más pena que gloria a pesar de los esfuerzos de su director, Xavier Gens, por fabricar un producto de entretenimiento digno y con cierto sello de autoría. Este primer Hitman (2007) supuso, aparte de ser la primera adaptación del videojuego, el aterrizaje de uno de los enfants terribles del cine de terror francés en el cine mainstream. Otro dato importante es que la producción contaba con un gran aporte de capital francés, un riesgo que se demostró inasumible para una película de este calibre. La producción del título degeneró en una guerra intestina entre los productores cuyo resultado fue bien visible en la pantalla: una película irregular y de escasa personalidad que ha pasado de puntillas en el glosario del aficionado al cine de acción. Hitman tiene nueva adaptación, otra oportunidad de la mano del desconocido Aleksander Bach, un joven director de origen polaco que ha demostrado un cierto pulso a la hora de plasmar en cine las andanzas del personaje en Hitman Agente 47 (2015), el resultado de la película, aún por modesto anticipan encargos similares al realizador en los próximos lustros. Hitman Agente 47 está protagonizada por el cameleónico Ruper Friend, al que ya vimos y aplaudimos en Convicto (Starred Up, 2014).
Hitman Agente 47 es una montaña rusa de acción donde los recursos elípticos brillan por su ausencia a favor de la concatenación de unas secuencias de acción que van entre lo irregular a lo brillante. Hay muchos guiños al personaje de Terminator en varios momentos de su saga: los dos Agentes enfrentados (Rupert Friend y Zachary Quinto) se enfrentan como si fueran los terminators de las dos primeras entregas de la franquicia creada por James Cameron, con una mujer a la que proteger por medio. También existe ese juego moral presente en aquellos Terminators ¿cuál es el verdadero objetivo de Hitman? El guión juega con esta triquiñuela hasta la primera mitad de la cinta despistando al espectador. A partir de la segunda parte comienza el verdadero Hitman, y es donde el esqueleto dramático de la película comienza a articularse en una historia que merodea el voyerismo exótico de una saga Bourne ó 007 con el inserto de elementos hipertecnológicos muy conseguidos: las interfaces de los aparatos de vigilancia de Hitman Agente 47 y otros gadgets que parece que obran magia.
En las escenas de acción de Hitman Agente 47 hay demasiado estatismo, aunque no están mal planificadas se les podría haber sacado más partido. Los tiroteos no aportan nada nuevo a los sets de acción ya vistos en otras producciones, incluso alguna escena se nos antoja con falta de garra. Donde Hitman Agente 47 echa toda la carne en el asador es en las persecuciones automovilísticas, especialmente la del parking y su desenlace en el exterior de la ciudad de Singapour. Las localizaciones en ciudades no americanas, por exóticas y desconocidas para la mayor parte del público, son otra de las bazas que juega Aleksander Bach mediante un guión que trasiega constantemente a los personajes de un país a otro.
Hitman Agente 47 es una película de acción comercial, no es demasiado brillante pero quiere ser honesta y ofrecer un espectáculo de entretenimiento. No se le ve el empaque suficiente para justificar una continuación, su ritmo es irregular e hipoteca y fragmenta la narración a favor de unas escenas de acción que son efectivas según el momento. No obstante, debemos tener algo muy presente: un videojuego es una aventura fragmentada y carente de cohesión narrativa en muchos momentos y Hitman Agente 47 comparte el mismo ADN que su fuente original, así que el remedio para no aburrirnos demasiado por la irregularidad de la narración es la de abstraernos y disfrutar con persecuciones de coches, ensaladas de tiros y escenarios exóticos. Y otro apunte más: si el personaje de Hitman de la película de Xavier Gens nos escandalizó por su carácter de hombre asexuado cuando rechaza los encantos de la escultural Olga Kurylenko, el personaje de Hitman Agente 47, como buen trasunto de terminator, tampoco muestra interés por el sexo femenino; poner en un aprieto parecido al nuevo Hitman no hubiera estado mal, nos habríamos reído.