Año: 2011. Duración: 98′ País: Noruega. Director: Morten Tyldum. Guión: Lars Gudmestad, Ulf Ryberg (Novela: Jo Nesbø). Fotografía: John Andreas Andersen. Reparto: Aksel Hennie, Synnøve Macody Lund, Nikolaj Coster-Waldau, Joachim Rafaelsen, Gunnar Skramstad Johnsen, Lars Skramstad Johnsen, Signe Tynning, Baard Owe.
Un disfrutable y realista thriller violento.
Se estrena este viernes 24 de agosto en los cines españoles la película noruega Headhunters (2011), del director noruego Morten Tyldum, bastante desconocido en nuestro país, cuyo último largometraje data de 2008, siendo Ángeles caídos (Varg Veum). La cinta adapta al cine la novela negra Hodejegerne, de Jo Nesbø (escritor, y también líder y cantante del grupo de música rock noruego Di Derre).
La película nos cuenta la vida de Roger (Aksel Hennie, Age of heroes, 2011), el cual es un reputado cazatalentos noruego que vive en una carísima casa con su bella esposa Diana ( Synnøve Macody Lund). Pero todo no son más que apariencias, puesto que en realidad está viviendo muy por encima de sus posibilidades; si puede mantener ese ritmo de vida es gracias a que roba obras de arte.
En la inauguración de la galería de arte de su esposa, conoce a Clas Greve ( Nikolaj Coster-Waldau, Jaime Lannister en la serie de HBO Juego de Tronos), siendo el candidato perfecto para el cargo de director general de la compañía de Roger, así como por poseer una pintura muy valiosa de Reubens. Pero el robo no resultará tan sencillo como esperaba en un principio…
La película cuenta con los mismos productores de Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009), y eso se nota en cada escena; donde podemos disfrutar de un thriller realista y posible y factible (lejos de las estrafalarias y multitudinarias persecuciones que nos tiene acostumbrado Hollywood). La trama es buena, absorbente desde la primera escena (con una voz en off, desvelándonos el protagonista que sólo mide 1,68 metros); aderezada con violentas y sangrientas escenas sumamente cuidadas en su crudeza y veracidad, así como esporádicos desnudos para todos los gustos. Eso sí, demasiado exceso de sangre para mi gusto.
El director nos conduce con audacia a la hora de presenciar cómo el protagonista es experto en sus dos trabajos; el legal, fichar directivos de talento. Y también en su otro trabajo, robar cuadros y sustituirlos por copias. Todo va bien hasta que conoce a Clas, no sabiendo a quién ha intentado robar, nada menos que a un ex militar experto en localizar personas.
En cuanto a las interpretaciones, éstas resultan muy solventes, en especial su trío protagonista, con un Roger al que acabas cogiéndole cariño… Y mucho asco en cierta escena que recuerda peligrosamente a Slumdog millionaire (2008). La actriz que interpreta a su mujer lo hace muy bien para ser su debut en una película, convenciendo en su papel de esposa desatendida y que desea llenar su vida con un bebé. Y qué decir de Nikolaj, con esos gestos de seductor reconocidos en su papel de Jaime (aunque sin ser rubio esta vez), pero consiguiendo meterse plenamente en su papel de soldado retirado que no se cansará hasta cumplir su objetivo. Nikolaj resulta convincente, mostrando un personaje seguro de sí mismo, ya sea tanto en los negocios como en resolver sus asuntos privados.
En resumen, sin querer revelar datos relevantes de la trama, si acudís a verla os encontraréis ante un excelente thriller de acción, repleto de intrigas, violencia y sangre, alguna que otra escena inolvidable, y con alguna que otra dosis de humor noruego. Pero, sobretodo, consta de algo imprescindible en todo thriller y novela negra digna de ser apreciada: unos giros de la trama buenos y creíbles que conseguirán mantenerte alerta durante toda la cinta.
Lo peor: El giro final está demasiado cogido por los pelos (nunca mejor dicho), pero aún con ello no consigue arruinar lo cosechado durante la película.
Lo mejor: Su crudeza, suciedad; y, sobretodo, realismo. Se convierte en una buena película dentro de su género. Deberían importarse más películas noruegas.
Nota: 8/10
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Crítica de Eduardo Quintana para Fiebre de Cabina
¿Realista? Todo lo contrario; es inverosimil, tramposa y efectista. Sólo por la escena del perro merece ser vista, pero el uso y abuso de la violencia y trivialización de la muerte provocan asco y rechazo.
A mí me pareció realista en cuanto a que sus escenas se encuentran lejos de la pirotecnia y destrucción de Hollywood, así como por poseer escenas plausibles.
Todo thriller con giro final sorprendente debe ser a la vez tramposo y efectista, debido a que esto es imprescindible para mantener la atención del espectador y que se sorprenda más con ese final chocante que, aunque en un principio parezca imposible, nos han dado pistas durante la película para demostrar que sí es posible.
Reconozco el exceso de violencia y sangre en la película, pero esto no es más que una extrapolación de la vida real, la cual es dura, violenta y cruda. De esta forma, la película intenta ser lo más realista y cruda posible, puesto que la realidad nunca va a estar edulcorada con el fin de evitar los rechazos.