Año: 2011. Duración: 111’ País: EE.UU. Director: Joe Wright. Guión: David Farr, Seth Lochhead, Joe Penhall, Joe Wright. Música: The Chemical Brothers. Fotografía: Alwin H. Kuchler. Reparto: Saoirse Ronan, Eric Bana, Cate Blanchett, Tom Hollander, Olivia Williams, Jason Flemyng, Álvaro Cervantes, Marc Soto.
Érase una vez una princesa que vivía en un bosque helado. Allí era cuidada en secreto por su mentor, que la adiestraba en el arte de la guerra hasta que llegase el día en que debiera afrontar su destino, combatir a una malvada bruja. Cuando llegó ese día, la princesa abandonó el bosque y se vio envuelta en multitud de aventuras, recorriendo sitios para ella desconocidos y encontrando a gente buena pero a otra que intentó que no cumpliera su misión. En la confrontación final con la bruja, la princesa ganó pero pagó un importante precio, su inocencia. Obviamente, este no es el argumento de Hanna (2011), la película de acción dirigida por Joe Wright, pero su esquema corresponde al de un cuento infantil de recorrido similar. Quienes intentan comparar la película con la obra de Luc Besson, Nikita (1990) no pueden estar más lejos de la realidad. Hanna se convierte en una fábula sobre el paso a la adolescencia y la asunción de responsabilidades –de amar, de sentir, de matar-, y también una metáfora fatalista, pero todo envuelto en el formato de un actioner más que digno.
La cinta muestra aspectos narrativos diferentes y complementarios. En el terreno de la acción las escenas están cuidadamente planificadas y no hay cortapisas a la hora de rodar a una niña de quince años volando la cabeza a los esbirros de la CIA. En el aspecto dramático, Hanna rompe con su padre buscando su sitio en el mundo, conoce la amistad, la risa, la tristeza, e incluso el sexo, todo dentro de una historia de iniciación a la madurez y de abandono de la inocencia. Como recreación de un cuento infantil Hanna crece en la naturaleza -el bosque donde vive al principio-, va conociendo lugares exóticos, escapa de oscuras –sofisticadas- cárceles, atraviesa desiertos, bosques de ensueño –como el parque de atracciones donde tiene lugar el duelo final- y se ve mezclada con peculiares personajes como el tiritero de Berlín, recurriéndose frecuentemente a la aparición de iconos de los cuentos infantiles como el lobo, las ocas, el bosque, el espejo o los malvados lugartenientes de la bruja, en este caso una banda de skinheads.
Es impresionante forma física de los actores. Tanto las luchas de artes marciales como las secuencias de tiroteos están ejecutadas de forma impecable y visualmente atractiva. Eric Banna ya es un veterano en este tipo de cine pero Cate Blanchett nunca se había sumergido en el cine de acción de una manera tan intensa. Vestida elegantemente reparte tiros sin compasión a los buenos de la función. Pero el verdadero descubrimiento es Saoirse Ronan, la niña que interpreta a Hanna, auténtica protagonista de la cinta y centro alrededor del cual orbita este cuento infantil, que aplica a los malvados la pena capital sin pestañear, con una actitud casi nihilista.
Salvando algunos de los escollos y situaciones imposibles que propicia este tipo de cine, Hanna es una película de acción diferente, ubicada a veces en un entorno onírico y evocador, y que además guarda contacto con la realidad contemporánea situando la historia en un contexto político y social, su principio en plena guerra fría y la continuidad en un entorno altamente tecnificado. El score tecno de The Chemical Brothers aporta un punto exótico que, unido a la sobriedad de la puesta en escena de algunos de sus planos, impregna de un tufillo eurotrash a esta producción, retro pero moderno a la vez, quizás insoportable para algunos estómagos amantes de un cine de acción más rápido y pirotécnico.
Hanna es un espejo donde deberían mirarse los productores de cine de acción, los americanos y los europeos. Acción con historia, pero también con corazón, y nada de esto está reñido con tiroteos salvajes o luchas cuerpo a cuerpo. Es cuestión de arriesgarse, hacer las cosas bien y ganar.
Esta si me gusto, empecé a verla sin muchas ganas y al rato estaba enganchado a la historia. Muy bien hecha y con la gracia de hacer que en una película de acción, la falta de ritmo le siente realmente bien. Algo que de ilogico, resulta chocante. Pero visto el resultado, como dices, un camino a seguir por otras. Realmente me gusto esta película. Saludos
Muy acertado eso que dices de la falta de ritmo. Le da un toque muy especial. Me pasó como a ti, que empecé a verla con mucha desgana pero me fue atrayendo poco a poco y me dejó pillado. Es sorpredente y arriesgada. Un saludo!!!