Entrevista a los protagonistas de Luger
De izq. a dcha. Mario Mayo, Fiebre de Cabina, David Sainz y Ángel Acero

Tras la proyección de Luger, película dirigida por Bruno Martín, en el Festival de Cine Fantastic de Catalunya 2025, y recoger muchísimos buenos comentarios e impresiones, tenemos la oportunidad de entrevistar a tres de sus protagonistas: Mario Mayo, David Saínz y Ángel Acero.

Venís de probar las mieles del otro lado del charco (Festival Fantastic Fest de Austin, Texas). Me ha dado la impresión de que en Sitges la recepción de la película ha sido buena. ¿Cómo lo habéis visto?

David Sainz: Pues muy bien porque aquí se entiende a la gente cuando habla (risas). Yo no hablo mucho inglés así que no pude disfrutar al 100 % en Austin. Pero lo bonito es que tenemos la sensación de haber caído de pie, a la gente le ha gustado, y esa sensación fue la misma en Austin que aquí. 

Mario Mayo: Además, el público español es de los más exigentes y el martes pasado, tras el pase en el Auditori, salimos muy contentos con las reacciones. En Austin hay público al que les puedes dar cualquier cosa porque les gusta todo y aquí es mucho más exigente.

Ángel Acero: Yo no he estado en Austin y este es mi primer pase y ha sido un gustazo ver a la gente. Ha estado muy bien la reacción.

Hay muchas cosas que me han  gustado de la película pero si tuviera que destacar una en concreto sería el ritmo, que no decae en todo el metraje. ¿Cómo habéis vivido ese ritmo tan frenético?

Á. A.: El rodaje ha sido muy intenso pero ha habido muy buen ambiente entre todos y creo que ha sido muy bonito.

D. S.: Desde nuestra perspectiva es todo más complicado y en cuestión de ritmo nosotros solo hemos acatado órdenes. Bruno Martín no solo ha sido el director y el guionista de la película, sino también el editor. Mientras grabábamos, él en su cabeza sabía cómo iba a quedar la película y él es el que le ha dado el estilo final.

Hay mucha velocidad, muchas escenas en coches. No estáis parados en casi ningún momento. Es impresionante poder tener al público fijo en la pantalla todo el tiempo.

M.M.: La gente nos remarcaba eso, que se les pasó desde las primeras secuencias.

Á.A.: Y en las escenas en las que va más lenta es porque te está dando una información muy buena, por tanto no se te cae en ningún momento.

En la escena del despacho del chatarrero se da mucha información y hay muchos personajes. Es una escena muy comprimida.

M.M.: Esa escena es muy agobiante, está creada para conseguir esa sensación en el espectador.

También es una película de personajes. No solo vosotros, si no también todos los que faltan. Hay un elenco de personajes muy característicos. Tenemos a los personajes títpicos de la buddy movie, a nuestro tercero en discordia y a otros personajes que van apareciendo, como el de Mauricio Morales, que da miedo.

D.S.: Da miedo en la peli pero si le ves aquí te lo comes a besos.

Sí, pero yo me lo encuentro vestido como en la película y no me cruzo con él (risas). De cara a preparar los papeles, ¿cómo lo vivís?

D.S.: En mi caso fue más fácil porque mi personaje se parece más a mí que los demás personajes al resto. Pero eso es lo más bonito de este oficio, poder convertirnos en otro. También tuvimos tiempo para ensayar individualmente y juntos, y ahí vimos cómo encajar entre todos.

M.M.: Los ensayos lo bueno que tienen es que escuchas al compañero como habla y cómo es él como personaje y te da esas cositas para que le entiendas como personaje.

Á.A.: Se va formando una hermandad, a nivel individual es otra cosa. Precisamente, me convertí en papá durante el rodaje, algo que es mi motor.

fotograma de la  película Luger
Luger

El macguffin de la película es esa pistola Luger. Un poco rebuscada la idea, todo hay que decirlo. Cómo se llega a esa idea.

M.M.:  Bruno Martín tiene un conocido que sabe mucho de armas nazis y del mundo nazi y que le ha contado muchas historias de este tipo. Digamos que está basado en algo real pero no es una historia real.

Dice el leitmotiv de la camiseta promocional “No vamos a salir de este polígono en la puta vida”. Vamos a hablar del espacio físico donde se desarrolla la película. ¿Ese polígono existe?

D.S.: Es un polígono inventado pero es la mezcla de lo que hay en el extrarradio de Madrid. La frase que sale al principio de la peli dice “El polígono industrial más grande de Europa”. La idea era convertir ese polígono en un laberinto para ratones donde estamos encerrados todos.

Las escenas claustrofóbicas quizás sean las más difíciles de rodar. Pero también tenemos escenas en coches donde vais mirando, hablando de un coche a otro. ¿Cuáles son las escenas que a vosotros os costaron más de rodar u os gustaron más?

M.M.: Sobre la escena en la que vamos David y yo conduciendo en paralelo,los productores nos dijeron que no íbamos a ser capaces de hacerla porque tiene una gran complejidad de coordinación. Pero salió bien a la primera.

Á.A.: En las que estábamos en el mismo coche fueron complicadas porque íbamos con las ventanas cerradas, sin aire acondicionado y hacía bastante calor, pero la verdad es que nos apoyamos en el humor, lo que hicimos fue reírnos y divertirnos, pero fue complicado.

D.S.: Hay algo que nadie sabe pero aparte de nosotros tres había un sonidista en el maletero (risas).

M.M.: Sí, le íbamos preguntando, José ¿estás bien? José ¿estás bien?…y cuando dejó de responder…siguiente sonidista, ¡gracias! (muchas risas).

Á.A.: Pero él nos decía que iba muy fresco (risas). Pero vamos, fue complicado para nosotros porque había que hacer las escenas desde diferentes perspectivas.

D.S.: Creo que las escenas que más disfrutamos fueron las más complicadas. Y estas no eran las que requerían más físico si no todo lo contrario. Por ejemplo, el momento del discurso de Mario en el autobús, esas en las teníamos que salir de nuestro propio pellejo fueron las escenas más complicadas pero también las más disfrutables.

Esa escena que decís del autobús fue densa. Hay mucha gente en el autobús y mucha tensión. ¿Cómo la vivisteis a nivel de buddy movie? Como la pareja que formáis en la película.

M.M: Pasan muchas cosas en un espacio muy reducido y hay mucha gente allí. Porque nosotros vemos a los actores, pero hay más gente. Exige una gran concentración.

D.S.: La escena se rodó en dos noches y la recuerdo como los momentos más intensos del rodaje. En los parones estábamos muy serios porque sabíamos que era la conclusión de la película y debíamos terminarla bien.

Fotograma de Luger
Luger

Para David, la escena de la furgoneta, que termina de aquella manera. Es una escena potente.

D.S.: Cuando la hemos proyectado es uno de los momentos en los que más me gusta ver al público alrededor, siento como se quedan acojonados. No podemos hacer spoilers pero yo vi la peli con mi madre y ella estuvo rozando la angina de pecho (risas), incluso se puso de pie, y le dije: Mamá, tranquila que no me ha pasado nada.

¿Cómo veis el futuro comercial de la película?

M.M.: Ahora en Madrid tenemos otro pase importante en noviembre y confiamos en que se vaya a hacer un trabajo importante para su estreno en salas y después que pase a plataformas. Además Filmax la ha añadido a su catálogo.

D.S.: A mí me gustaría que Luger, que es una película arriesgada, fuera un puerta para que el público conecte con el género patrio y se puedan hacer cosas que fomenten esa conexión.

Muchas gracias por vuestro tiempo, chicos. Y buena suerte con Luger