Crítica de Devuélvemela (Bring her back), de los hermanos Philippou
Devuélvemela (Bring Her Back). Año: 2025. Duración: 99′. País:Australia. Dirección: Danny Philippou, Michael Philippou. Guion: Danny Philippou, Michael Philippou, Bill Hinzman. Reparto: Sally Hawkins, Billy Barratt, Sora Wong, Jonah Wren Phillips.
Devuélvemela (2025) es la segunda propuesta de terror veraniega para este cálido 2025. Hay algo indiscutible, y es que el verano atrae al público a las salas. Las causas son el refugio que ofrece el aire acondicionado y el hecho de que las distribuidoras aprovechan para colar productos que creen que van a tener mejor cabida en estas fechas. En este caso, que la segunda película de los hermanos Daniel y Michael Philippou haya podido verse en el impasse veraniego es toda una suerte. La gran calidad de Devuélvemela nos deja el mejor sabor de boca de la temporada.
Si Háblame (2023) jugaba a dos bandas, intentando satisfacer a un público postadolescente y a otro más adulto, Devuélvemela pisa de lleno el terreno del cine de horror serio y creativo. Devuélvemela es una historia de vidas al límite, donde el pasado y los remordimientos lastran las emociones de los personajes protagonistas. En este contexto, todo se antoja como radical, desde los mismos lazos que de los personajes hasta la propuesta de un terror que nace del duelo y los traumas que sufren. La infancia violentada como línea argumental de la película ya es una propuesta radical por sí misma.

Devuélvemela es una de esas películas que no se pueden contar. Desvelar cualquier dato de su argumento solo podría distraer al espectador de una experiencia de cine de terror auténtico y catártico que hay que digerir, sentir y padecer. Frente a títulos que se quedan en la superficie, que no generan nada más allá del susto efímero y del artificio granguiñolesco, Devuélvemela destaca como una película directa que ataca al espectador por varios frentes. El primero de esos frentes es la propuesta argumental, como ya hemos dicho, el de unas vidas instaladas en el dolor perpetuo. Otro de los frentes es la propia historia de horror, una trama ocultista muy bien construida y que nos regala, entre otras cosas, una textura snuff de extrema radicalidad pocas veces vista.
Aparte de los dos extremos mencionados no debemos perder de vista los códigos del cine de horror que usan los Hermanos Phillippou. A estas alturas de la vida, es complicado encontrar la originalidad en el cine de terror, toda vez que las películas de horror se han convertido en mezcla de elementos de subgéneros donde se mezclan códigos de un lado y de otro. Devuélvemela no es ajena a este factor pero hay que reconocer la originalidad en el uso de los códigos del gore, del body horror y del ocultismo. Hay escenas rodadas con dureza y coraje donde nada es gratuito y todo, hasta la más mínima explosión gore, tiene su justificación.

Es necesario reconocer el extraordinario trabajo realizado en el apartado de los efectos especiales. La labor de maquillaje es excepcional, y queda totalmente patente en el último acto de la película, veinte minutos brutales donde los realizadores nos sumergen en una atmósfera de auténtica pesadilla, donde los muros de la cotidianidad se derrumban y, literalmente, se abren las puertas del infierno. Lo visual, lo físico se mezcla con lo espiritual, los mundos se confunden y los efectos de maquillaje tienen un papel decisivo en esa ficción.
Los Hermanos Philippou han creado una película de horror difícil de olvidar, mostrando nuevas texturas y explorando universos creativos propios. Desde la distancia tenemos muy presente al cine extremo francés de Pascal Laugier en Martyrs o fenómenos coetáneos como Hereditary o Smile. De cualquier manera, es posible que en el futuro Devuélvemela se convierta en un clásico de culto; tiene todas las papeletas para pertenecer a esa lista de películas que decidieron emprender una senda propia para contar una historia de horror incómoda y visualmente atrevida.